Solo me arrodillo ante Dios ¡Abajo la Constitución!

Lo que no deja de ser chocante es que esa afirmación la hagan políticos que son defensores de la Constitución del 78, del engaño masivo que supuso la Transición para el pueblo católico de España. Los políticos de 1978 no sólo no se arrodillaron sino que obligaron entonces a todo el pueblo español a dar la espalda a Dios con la aprobación de una constitución atea. Ahora estamos pagando las consecuencias de aquel proceso de descristianización. ¿Cómo es posible, por ejemplo, que ya sólo una de cada cinco bodas que se hacen en España sea por la Iglesia?
El acto organizado ayer en La Roda de Andalucía (Sevilla) como desagravio por el destrozo de una imagen del Sagrado Corazón es un símbolo de lo que España necesita. Arrodillarse ante Dios es lo primero. Pero inmediatamente después hay que alzarse contra aquellos que quieren un mundo sin Dios.



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