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¿Vivimos en un Estado policial?

Policías por cada 100.000 personas en cada país europeo

Que no haya libertad sin seguridad no implica que tengamos que estar expuestos a una excesiva vigilancia policial por parte de todo el entramado compuesto por el problemático Estado moderno.

Según el portal StatistaEspaña está entre los países europeos con mayor presencia policial por cada cien mil habitantes (de hecho, superamos la media de la Unión Europea con una diferencia considerable).

Como ocurre con los espionajes de las centrales de inteligencia y los excesivos controles de seguridad en los aeropuertos (por ejemplo, obligación de encendido de ordenadores portátiles y tabletas digitales), no pocos restan importancia a estas cuestiones.

No obstante, Ahora Información ha querido consultar al respecto a una serie de personas con cierta autoridad o de cierta referencia en el ámbito que queremos consultar. Sus opiniones se exponen a continuación.

Jorge Asiain: «En el caso de España conviven dos situaciones muy extremas»

El ingeniero mecánico y activista conservador-libertario Jorge Asiain no cree que el problema de España sea de excesiva presencia policial, sino que sin seguridad no hay libertad (advirtiendo además de que, en España, hay dos situaciones extremas y contrapuestas).

A continuación le dejamos con su opinión:

Para poder ejercer la libertad se deben garantizar las condiciones de seguridad necesarias para que ese ejercicio no pueda suponer unas represalias tales que hagan que el individuo se inhiba de ejercerla, ya que la falta de seguridad se traduce en una coacción que limita inevitablemente la libertad.

En el caso de España conviven dos situaciones muy extremas, en una gran mayoría del país no hay problemas de seguridad que coarten la libertad, sin embargo, hay zonas concretas en las que ejercerla resulta completamente imposible, llegando a encontrarse agresiones físicas, llegándose al asesinato, contra los individuos que tratan de ejercerla.

No considero que el problema esté en un exceso o en una falta de vigilancia policial, de centrales de de inteligencia o de controles de seguridad, de hecho, en algunos casos yo echo de menos una mayor presencia policial y mayores controles.

Tampoco considero que el problema sea la existencia de una policía que, en un momento dado, pueda ser represora de las libertades individuales, cuando precisamente en España si por algo se ha caracterizado desde hace bastantes años es en servir para proteger la libertad de los individuos.

El problema está en que se debe asegurar la presencia policial necesaria, no importa si mucha o poca, para garantizar que todos los individuos pueden ejercer plenamente sus libertades.

Por lo que el debate no es Seguridad vs Libertad, que es un debate bastante infantil desde mi punto de vista, si no que el debate está en qué Seguridad es necesaria para asegurar el ejercicio de la Libertad.

Miguel Ángel Pavón: «Las cadenas han vuelto de la forma más siniestra posible»

El responsable del blog Carlistas del Mundo (perteneciente a este digital), Miguel Ángel Pavón, lamenta que los españoles no estamos gozando cada vez de una libertad mayor. Denuncia el exceso de multas y regulaciones diversas, sobre lo cual, detalla más en la entrada que citamos parcialmente a continuación:

[…] La palabra “prohibido” se ha enseñoreado de nuestro léxico sin que, por eso, sienta yo una mayor seguridad. En tiempo me robaban los ladrones. Ahora no sólo lo hacen ellos o sí lo hacen, pues todo el que roba es un ladrón. Viajo por Madrid y veo las mismas caras uniformadas de siempre, cada vez con un gesto menos amable. Entonces pienso que me he equivocado de país, que esta no es mi España, tierra de libertad por la que murieron miles de personas que regaron su tierra con su sangre. Ya no es aquella de “por la libertad Sancho hermano se puede y debe arriesgar la propia vida”. Ya nadie habla de la auténtica libertad. Las cadenas han vuelto de la forma más siniestra posible, no tanto como una imposición externa sino como un autocensor aceptado, incluso amado tiernamente. Cuántos carlistas, Señor, perdieron o arriesgaron sus vidas contra este absolutismo ministerial. En fin, al final los ciegos seguirán sin ver, los sordos sin oír y las actividades tiránicas que ensombrecieron la evolución de las Españas esas sí que resucitan. Entonces el viajero piensa y duda. No sabe si es mejor no volver jamás o perderse entre los campos de la llamada España interior, desolada y abandonada, en busca de esa libertad real, sin drones, robots y cámaras que agobien la estructura natural de las cosas. Mientras el viajero piensa estas cosas una anciana atraviesa con dificultad un paso de peatones. […]

Marco Rassmussen: «El aumento de la “vigilancia” y de la actividad policial, obedece a los conflictos sociales que genera la política de inmigración en masa»

Nuestro colaborador argentino Marco Rassmussen, como hispanista coherente y persona interesada en la actualidad española, ha aprovechado para advertir de que la inseguridad que crece en Europa y hace requerir mayor presencia policial se debe a los experimentos como el multiculturalismo, que buscan consolidar un Estado único.

Precisamente, afirma lo siguiente (se puede leer el artículo íntegro publicado en este diario aquí):

[…] si se monta un Estado policial en Europa, que parece ser el laboratorio predilecto del progresismo, este responde consecuentemente a los problemas que genera esta redistribución democrática y al creciente tamaño de su partido único, en especial de una de las castas que lo componen, los Ilotas.

Resulta que la creciente politización y, con ella, el aumento de la “vigilancia” y de la actividad policial, obedece a los conflictos sociales que genera la política de inmigración en masa. Pero, ¿a queé obedecen estas políticas de “libre inmigración” europeas? Efectivamente, esto es el multiculturalismo, una política concreta que lleva a la expansión y consolidación del Estado de partido único Occidental, a través del aumento del número de Ilotas, los ciervos inmigrados del poder.

¿Qué son, entonces, estos “choques” entre nativos e inmigrantes incapaces de adaptarse? La manifestación visible de esa latente guerra civil que es la democracia, producida por el rechazo que genera en el nativo medio, en el Vaysia común, el privilegio que recibe el recién llegado por sobre el propio local; y de la incapacidad y, sobre todo, negación del inmigrado de adaptarse socialmente, por el incentivo que reciben, por parte de las elites, quienes recompensan su (des) obediencia civil. […]

Finalmente, ustedes, los lectores, también estáis invitados a participar en el debate, a través de la sección de comentarios que tenemos habilitada para ello.

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