Crónica: la pancarta del 25 de cada mes en Pamplona
(CTC-Navarra). El mensaje de esta pancarta es un grito silencioso cada 25 de mes enfrente del Parlamento de Navarra. Lleva desde 1985 en la calle, sin desfallecer, para recordar a la clase política que el aborto es algo totalmente destructivo para la sociedad, para la persona y que supone eliminar un inocente de este mundo. Según José Fermín Garralda Arizcun, presidente de la Junta Regional, “se exhibe enfrente del Parlamento de Navarra para ver si a los componente de esta institución se les cae la cara de vergüenza”. J.F. Garralda es una de esas personalidades tenaces en Navarra que no falta nunca a la cita con la pancarta y con los políticos navarros. Muchos han caído por el camino en esta protesta constante, pero el presidente de la Junta Regional de Navarra sigue presentando batalla.
Alrededor de esta pancarta se recuerda que cada día en Navarra, en la Clínica de Ansoáin, se matan más y más niños concebidos, seres humanos con toda la dignidad que Dios les ha dado. El aborto ya no entiende de ideologías, de razas o de memoria histórica. El aborto es precisamente la desmemoria, el futuro que nunca ha llegado a ser lo que debía ser… La izquierda abertzale de inspiración vasca tendría que tener en cuenta que los suyos, los de su “supuesta raza” también están siendo destruidos por una maquinaria que solo entiende de dinero y de comodidades. Por eso esta pancarta atestigua mucho más de lo que parece. La incomodidad en Pamplona, fruto de la lluvia o el frío del invierno o del calor en verano, no es motivo para dejar de manifestarse. Esta es la incomodidad de quien protesta contra la comodidad de un Estado de Bienestar en Navarra que ha consagrado el aborto.
Una joven hispano-americana aplaudió mientras pasaba, el pasado 25 de noviembre. Un matrimonio francés con su mascota entabló una conversación favorable a la vida del concebido y aún no nacido. A los que insultan, se les responde con un “pero si tu ya vives”.
Contestamos al Gobierno de Navarra con un “ABORTO NO. Dios ama al embrión” por su propósito de extender las facilidades para abortar.