Volver al paraíso hispano
(Por José Font) –
El desafío separatista por culpa de los gobiernos inanes de estos cuarenta últimos años por un lado, el verdadero aislamiento de España en la estrategia geopolítica actual con su nula influencia mundial por otro y el abandono del catolicismo, son esencialmente, los tres factores que más han mancillado a la patria en este periodo histórico. España nunca ha sido más débil que ahora, ni en 1898.
Hemos gastado demasiadas energías desde 1977 en el sentido equivocado. España se ha convertido en una madre de familia numerosísima que ha sucumbido al chantaje de dos de sus hijos malcriados, Vascongadas y Cataluña, las dos grandes mimadas del Franquismo también. Y es que hemos permitido durante mucho tiempo, que la mirada maternal de la nación se centrara en exceso en esa prole maleducada y caprichosa, como el progenitor que hace todo lo posible para contentar al hijo estúpido, al engreído, al mal hijo, desatendiendo así a los otros niños -Perú, México, Argentina…- a los que estaban ahí siempre para la madre y algunos de ellos nos odian por ese ninguneo sistemático. Entendimos mal la Parábola del hijo pródigo, sin duda.
Por ello es urgente volver nuestros ojos a los hijos de Hispanomérica, quitándonos el vértigo y el miedo, siendo muy ambiciosos, para volver a seducirles -también a Portugal- y anhelar realmente una Iberoamérica fuerte, la gran familia. Para revertir esta trágica situación de los hijos de América, España tiene que formatearse, el país tiene que tener valentía para no sólo asumir la historia, sino defenderla con todos sus medios. Hay que colocarse de nuevo en la casilla de salida de nuestra misión universal evangelizadora y portadora de paz y de civilización, hay que regresar de manera inmediata al 12 de octubre de 1492, volver al paraíso, enraizarnos y ser pioneros sin complejos, sin ambages, sin titubeos. Así los hijos rebeldes no podrán ante la mirada del mundo, incluso la de sus propias aldeas, defender tesis contrarias a la de formar parte de la grandeza, del destino, de lo que realmente fueron las Españas, la inmensa empresa común, antítesis del actual Estado de las Autonomías, país derrotado y sin eco en el universo.
Complicado, titánico… sí, pero San Agustín ya nos lo dejó muy claro: “Dios no manda cosas imposibles, sino que, al mandar lo que manda, te invita a hacer lo que puedas y pedir lo que no puedas y te ayuda para que puedas”. No lo conseguiremos con los partidos políticos de hoy ni con el sistema actual, eso es lo único cierto, pero acordémonos del primer jesuita por Asia, del primer explorador por tierras ignotas, buceemos en las almas de los españoles dormidos, conquistemos la prensa, las redes sociales y los grupos de presión, para que emerja a la superficie la verdadera alma española. Con sólo un hombre nos bastará, él nos guiará y nosotros le seguiremos confiando en Dios hacia la Historia.
Un comentario en “Volver al paraíso hispano”
Godofredo
Árdua tarea para un cuerpo débil tratar de transmitir energía: es lo que le pasa a España. En los últimos cuarenta años, la clase política se ha dedicado a medrar, ha buscado su propio beneficio olvidando absolutamente su compromiso social y denigrando el concepto Patria con todo lo que ello significa. Siempre hay excepciones, pero en general han sido un cáncer maligno y, si ahora pagamos las consecuencias, lo por venir es peor. Esa bobalicona que reivindica el concepto matria podría ser un resumen, tan bajo hemos caído.
Suscribo lo dicho en el artículo que en nada se aparta de la verdad. Hay mucho por hacer, pero lo más importante es empezar.