Talavera, la decisiva batalla de la Guerra Civil olvidada
(Por Antonio de Mendoza Casas) –
1. ¿Decisiva?
En el transcurso de una guerra, siempre se han producido batallas, que ya sea por el momento, el lugar o por la importancia se han considerado decisivas. Lo cierto es que se encuentran numerosas, tal como ocurrió con Stalingrado. Pero históricamente el único caso de una batalla tan decisiva que implicara el cambio de trayectoria de una guerra, solo se produjo en una batalla casi ignorada u ocultada que se produjo a mediados de 1936: la batalla de Talavera.
La razón de considerar decisiva esta batalla no se debe a consideraciones estratégicas ni a la importancia de los efectivos implicados en ella, ni siquiera a las repercusiones de dejar expedito el camino de Madrid a las tropas de África.
La razón fundamental de considerar decisiva esta batalla se debe por un lado a la fecha en la que se celebró, el 3 de septiembre de 1936 a los 46 días del comienzo de la Guerra Civil y a los 18 que las tropas africanas iniciaron su marcha hacia Madrid desde Sevilla a unos 413 Kms. de su punto de partida, unos 3.500 hombres muy escasamente armados y equipados y prácticamente sin transportes automóviles, sin dejar de combatir contra fuerzas superiores a veces muy duramente a costa de fuertes pérdidas como en Mérida y Badajoz.
Hasta el día 3 de septiembre, el ejército nacional apenas había recibido ningún suministro de Italia o Alemania, salvo 9 bombarderos italianos Savoia y 20 lentos aviones de transporte alemanes Ju-52, algunos de ellos improvisadamente habilitados como bombarderos, a los que habría que añadir 6 lentos biplanos alemanes He-51, utilizados como cazas en situación de clara inferioridad.
Todo ello partiendo de la base inicial que los aviones controlados por el gobierno del Frente Popular superaban en cuatro a uno a los sublevados del ejército nacional. Por si fuera poco la fuerza aérea del Frente Popular se vio reforzada con la adquisición en Francia de varios aviones de diferentes tipos y modelos además de 53 bombarderos Potez-54 y 35 cazas Dewoitine-371, superiores en todo a los 6 cazas biplanos He-51 y los 20 trasportes Ju-52 y 9 bombarderos Sa-80, claramente de prestaciones inferiores a los franceses del mismo tipo. En definitiva, la superioridad de medios aéreos del Ejército gubernamental seguía siendo aplastante en términos absolutos, aunque en términos relativos se había reducido ligeramente a algo inferior de 4 a 1.
El propio objetivo de las escuálidas fuerzas africanas que alcanzaría un total de 6.000, encuadrados en 4 columnas con unos efectivos de cada una equivalentes a un regimiento (unos 1.500 hombres), pero con un armamento tan sumamente pobre que se reducía a una batería de artillería ligera compuesta de 4 pequeñas piezas de 75 mm. Con tan débiles fuerzas, el objetivo de Madrid no era ya una osadía, sino una verdadera fantasía, dirigida por una persona como Franco, osado pero muy realista y preparado. Por ello, ante la escasez de armas automáticas y de artillería, tan importante o más que la victoria sobre el ejército del Frente Popular era el botín potencial a lograr, par poder reforzar la potencia ofensiva de las tropas de origen africano.
2. Antecedentes
Ya el propio planteamiento del Alzamiento militar, tiene más de trampa montada por el propio Frente Popular a las fuerzas de la derecha, en una operación de exterminio, como reconoce Indalecio Prieto o el general Batet con Mola en el monasterio de Irache el 16 de julio de 1936. Igualmente queda confirmado por la orden del ministro de Marina Giral que el mismo 18 de julio de 1936 envía la flota a bloquear el Estrecho. O en el discurso del secretario del Partido Comunista, José Díaz, ante las cortes e 15 de julio de 1936 en el que da por sentado el conocimiento del Alzamiento (Tres años de lucha – José Díaz; París 1970).
La confianza en el Frente Popular de que el Alzamiento militar sería aplastado y cortado de raíz era patente a todos los niveles, no tomando en consideración los avances a marchas forzadas de algunas fuerzas traídas en avión a Sevilla.
La confianza del Frente Popular, se limitó en todos los casos a frenar el avance de las fuerzas africanas, excepto en el caso de la batalla de Talavera, que dada la acumulación de medios del Frente Popular, parece claro que la pretensión del general Riquelme y los generales del Frente Popular, el objetivo era barrer literalmente a las fuerzas africanas y hacerlas retroceder hasta Mérida y Badajoz o incluso Sevilla.
3. Desarrollo de la batalla
En el camino hacia Madrid, el primer enfrentamiento serio es en Mérida, adonde llegan las columnas el 11 de agosto de 1936, derrotando a fuerzas superiores que huyen en desbandada hacia Don Benito y capturando además de numerosos fusiles dos piezas de artillería de 75 mm., 4 ametralladoras y dos blindados. El botín aparentemente modesto es relativamente importante pues representaba incrementar la potencia de fuego de una columna, prácticamente en un 50%. Inmediatamente se dirigen a Badajoz a 60 Km., defendida por una considerable fuerza de unos 8.000 hombres mandados por el coronel Puigdengolas, que al poco huiría a Portugal, abandonando a sus fuerzas.
Yagüe, inicia el asalto a Badajoz el mismo día 14, conquistándola después de sufrir 285 dolorosas bajas, teniendo en cuenta la escasez de las furzas disponibles por los sublevados. En el mismo episodio, las pérdidas de los defensores del Frente Popular, superan los mil.
Entre el 1 y el 3 de septiembre se desarrolla la batalla de Talavera en la que una fuerza del Ejército popular de unos 10.000 hombres, de los cuales aproximadamente la mitad eran tropas regulares del ejército, guardias de asalto y guardia civil y el otro 50% milicias, todos ellos muy bien armados en especial con más de 100 piezas de artillería e incluso con un tren blindado y con dos piezas de artillería. Esta considerable fuerza intentó frenar las escuálidas fuerzas de Yagüe de unos 3.500 hombres débilmente armados.
La importancia de esta batalla, más que al derrota del fuerte Ejército Popular, se debió más que a la derrota y a la pérdida de la importante plaza de Talavera de la Reina, a las tremendas pérdidas de material abandonado precipitadamente en una inexplicable huida en desbandada y que como más destacado, además de la captura del tren blindado fue la captura de 29 piezas de artillería de 75 mm., además de 30 ametralladoras, 500 fusiles, y de manera especial abundante munición, pertrechos y alimentos además de 45 automóviles de ellos varios camiones y motocicletas. La importancia del botín es tal, que la diminuta fuerza de África, mal equipada y armada se convierte en una fuerza que prácticamente triplica la potencia de fuego inicial con el material suministrado por el enemigo que se convierte en el único suministrador de las fuerzas sublevadas en los cruciales momentos iniciales en el que los sublevados carecían de todo.
La derrota de unas fuerzas con una superioridad tan aplastante, resultaba totalmente inexplicable. Y es lo que lo convierte en caso casi único, al dar lugar a que una victoria cantada se convirtiera en una derrota sin paliativos que invirtió el curso de la campaña de casi dos meses. El material capturado dio lugar a la formación de unas fuerzas con considerable artillería que les permitió enfrentarse con éxito a las fuerzas que ocupaban Toledo y asediaban El Alcázar y que hubiera resultado inviable sin el abundante material capturado.
¿Cómo era explicable que unas fuerzas con una superioridad de efectivos de 3 a 1, y de artillería de más de 10 a 1, sufriera una derrota tan definitiva? Todo ello aun considerando la incompetencia, estupidez y cobardía de las fuerzas del Ejército Popular. Hay que tener en cuenta que lo que se consideraban milicias del Frente Popular, no eran más que poco más de un millar saqueadores y asesinos de unos cientos de paisanos indefensos, que huyeron desordenadamente al primer tiro y ver los uniformes de la Legión.
4. Punto de inflexión
La acumulación de medios que se produce en los primeros días de septiembre de 1936, es incomparablemente superior al que se había producido en España hasta esas fechas. Es un punto de inflexión del transcurso de la guerra, de tal forma, que cualquiera que llegara a disponer de esos medios – es decir ganase la batalla – se encontraría en una situación tal, que podría darle la vuelta al transcurso de la guerra.
La lógica victoria del Ejército Popular hubiera hecho imposible el avance hacia Madrid de las fuerzas africanas y desde luego hubiera convertido en inviable la liberación de El Alcázar y de Toledo, ya que las fuerzas disponibles resultarían muy inferiores a las del Ejército Popular en Toledo.
Sin embargo, la derrota del Ejército Popular fue tan completa que dio la vuelta a la situación, además de la victoria, el material capturado fue tan grande, que las fuerzas africanas en campaña pasaron de tener muy escasa artillería a tener una masa de artillería importante y con capacidad de enfrentarse a las bien armadas y pertrechadas tropas del Ejército Popular en Madrid.
Esto explica que las fuerzas africanas que llegaron a Toledo permitieran huir casi intactas a las fuerzas del Frente Popular de guarnición en Toledo. Debe rechazarse la interpretación como un detalle de generosidad el permitir la huida de las fuerzas del Ejército Popular en Toledo. Simplemente las fuerzas africanas carecía de capacidad para acosar y perseguir a los restos del Ejército Popular, de bastante entidad.
5. ¿Olvidada?
Es difícil saber si la batalla es olvidada, ocultada o simplemente ignorada. En cierto modo resulta una batalla incómoda para ambos contendientes. Para el Frente Popular, resulto vergonzoso no solamente perder una batalla contra fuerzas muy inferiores, sino que esa derrota fue una desbandada de las tropas hasta el punto que además de abandonar todo el material, estaban tan aterrados que los milicianos en su huida llegaron a asesinar a uno de sus capitanes que intentó frenarlos e impulsarlos a resistir.
Por parte de los nacionales alzados, lo incómodo era reconocer una debilidad propia tal, ya que su intención era presentarse como una fuerza superior e irresistible a la que era preferible no oponerse. Ante esto, la batalla dejaba patente una debilidad de los sublevados tal, que hacía imprescindible el armamento y equipo capturados.
Lo cierto es que los relatos de calidad como <<Historia esencial de la Guerra Civil española>> de Ricardo de lo Cierva, resultan bastante pobres en detalles, lo mismo que ocurre la <<Historia militar>> de Aznar. La única explicación, es que el conjunto de estupideces y cobardías encadenadas, no tienen explicación, por lo que era preferible silenciarlas.
En una situación tan difícil, Franco se permite todavía restar recursos de sus fuerzas ofensivas y reforzar débilmente la defensa de Oviedo, que el 17 de octubre de 1936 rompe el cerco de la ciudad de Oviedo y queda liberada. Con lo que eso representa de disponibilidad de recursos y reducción del frente asturiano, recuperando la mitad de Asturias.
6. Antecedentes
El planteamiento de provocar el Alzamiento militar como una trampa, queda patente en numerosas ocasiones, como en un relato pretendidamente objetivo de José Díaz Ramos (1895-1942), Secretario general del Partido Comunista de España (1932-1942), en el que no se encuentran referencias o valoración a la batalla de Talavera en su obra Tres años de lucha (editada en Librairie du Globe; París 1969), en el que se incluye sin embargo, un largo discurso de 15 de julio de 1936 en las Cortes, en el que repetidamente insiste en que en Navarra y otras provincias se está preparando un golpe de Estado de las derechas, pero que las organizaciones obreras y el gobierno, están alertas y preparadas.
Curiosamente esto queda confirmado con el resultado de la entrevista con Mola del general Batet el 16 de julio de 1936. En el que Batet le confirma que el Gobierno tiene conocimiento preciso del Alzamiento militar. Ello se hace evidente y encaja con la orden del ministro de marina Giral – algo que no se improvisa – que envía la flota al Estrecho antes del inicio del Alzamiento, para impedir todo posible movimiento de tropas entre África y la Península.
En el texto de la alocución transmitida por radio desde Madrid el 6 de agosto de 1936 y días posteriores, se insiste en lo que es práctica frecuente en la izquierda: fabrican un relato de los hechos tal como les gustaría que fueran y que nada tiene que ver con la realidad. Atribuyen constantes victorias con miles de prisioneros y captura de material a las milicias de los partidos, cosa explicable como fruto de la pura propaganda, pero atribuyen el alzamiento a militares y generales, cuando era evidente que casi la totalidad de los 103 generales en activo, permaneció obediente al gobierno del Frente Popular, así como la casi totalidad de la marina y la aviación y más del 50% de las fuerzas armadas, incluidas guardias de asalto y guardia civil, de la Península.
De los 103 generales en activo, se sublevaron 9. Si se quiere hacer una simplificación resultaría más acertado calificar el Alzamiento como un alzamiento popular, en el que el pueblo pobre, se revela contra generales corruptos y políticos enemigos de la democracia producto de unas elecciones amañadas en las que incluso se suprimieron las elecciones municipales para barrer cualquier rastro de democracia, nombrando directamente todas las corporaciones municipales e incluso a los funcionarios.
7. El relato
El problema con que se enfrenta el Frente Popular, es como explicar tal cúmulo de estupideces, torpezas y cobardías. No tenían escrúpulos en mentir pues era algo cotidiano, pero cambiar la realidad hasta un punto tan patente los pondría en evidencia incluso ante los partidarios más serviles.
Lo más práctico fue lo que en realidad se hizo, silenciarlo como si el hecho no se hubiera producido.
Tratar de explicar que el comportamiento torpe y cobarde de unas fuerzas considerablemente superiores, fue lo que en realidad armó al Ejército sublevado entregándole su armamento y equipo. Era demasiado, y lo mejor era silenciarlo.
Por parte de las Fuerzas africanas, era incómodo reconocer que actuaron casi de <<farol>>, casi carentes de unos medios que le atribuían. Las fuerzas africanas en Marruecos no llegaban a 34.000 hombres pobremente armados, y cualquiera sabe que no se improvisa una ampliación de fuerzas. Por otra parte no era posible dejar desguarnecido el Protectorado marroquí, por lo que el límite de disponibilidad de fuerzas, era el 50% de los 34.000 en plantilla, que casi se llevó al límite.
8. Conjeturas
Para comprender mínimamente un desastre como el que se produjo en el Ejército Popular, hay que acudir al método indirecto de presumir cual era el verdadero objetivo de tan considerable fuerzas movilizadas.
Dada la magnitud de las fuerzas y el armamento y medios acumulados del Ejército Popular , hay que suponer que como mínimo la pretensión era frenar a la débil fuerza africana, aun sobrándole medios para aplastarla literalmente.
Al no conseguir nada y encontrarse con un derrota sin paliativos, solo podían esperar tratar de explicar el desastre, salvando a menos el aspecto de la propaganda.
El problema con el que se enfrentaban los <<inteligentes>> y preparados mandos del Ejército Popular, era como reinventar el relato de la vergonzosa derrota de unas fuerzas incomparablemente superiores a las africanas mandadas por incompetentes. Por cierto habría que concluir que fue una suerte para el Ejército Popular, que las tropas africanas fueran mandadas por los incompetentes mandos africanos, pues si llegan a ser competentes, el Ejérctio Popular tiene que frener a las escuálidas fuerzas africanas en Moscú en lugar de en Talavera de la Reina.
Por mucho que estuvieran acostumbrados a inventarse relatos y hechos, lo cierto era que resultaba sumamente difícil explicar que unas fuerzas tres veces superiores, con transportes, un tren blindado, abastecimientos y una superioridad en artillería de 10 a 1, pudo sufrir tan severa derrota y lo que es peor abandonar prácticamente todo su equipo, convirtiendo las endebles fuerzas africanas en unas fuerzas capaces de reanudar la ofensiva y liberar Toledo y El Alcázar.
El tratar de escudarse en que una parte importante de las fuerzas del Ejército Popular estaba formado por milicias, solamente sirve para confirmar que la experiencia de las milicias se reducía al asesinato de cientos de paisanos indefensos y al saqueo de edificios religiosos y públicos, que simplemente al avistar uniformes africanos huyeron abandonado armamento y equipo.
Lo cierto es que Talavera es tan clave en el transcurso de la guerra, que un resultado de la batalla distinto del que se produjo, incluida una victoria parcial nacional, hubiera significado la imposibilidad de continuar la ofensiva y por tanto el fracaso de la liberación de Toledo y de El Alcázar.
Esto es así debido a que sin lograr una masa crítica de artillería no hubiera sido posible continuar la ofensiva.
Estos hechos representaron un verdadero punto de inflexión, en el que unas débiles fuerzas incapaces de llevar a cabo una ofensiva contra las fuerzas considerables en Toledo, se convierten en una fuerza sólida y bien armada capaz de realizar una ofensiva que les llevó a la liberación de Toledo y a proyectarse amenazadoramente sobre Madrid, aunque claramente incapaces de conquistarlo.
Al margen del relato fantasioso del Frente Popular, se encontraron con un relato nacional poco interesado en aclarar la verdad.
Lo cierto es que el relato nacional estaba interesado en dar a entender que disponían de considerables fuerzas capaces de amenazar Madrid, cosa a todas luces falso, pero utilizado como arma de guerra al estilo de Queipo de Llano, que no pasaba de pompa de jabón.
Todo esto explica que incluso ahora el relato continúe confuso, tratando de atribuirlo a los alemanes, cuando era conocido sobradamente que no había ni un solo alemán en las fuerzas africanas. Es más los únicos alemanes estaban al servicio del frente Popular, como voluntarios de las Brigadas internacionales.
Sorprendentemente el esfuerzo por silenciar los hechos continua y se enlaza con otras <<memorias >> fabricadas, no ya para cambiar las interpretaciones, sino los propios hechos.