De la inexistente prevaricación, ni arbitrariedades de las decisiones judiciales. Las vergüenzas del sistema
Citando a la alcaldesa de Alsasua en 2011, Garazi Urrestarazu Zubizarreta, (refiriéndose a la Guardia Civil) «Me cago en vuestra puta calavera». En el informe que se remitió a la Fiscalía de la Audiencia Nacional, se indicaba que la alcaldesa, llamó, en un primer momento, «hijos de puta» a los guardias. Posteriormente les aclaró que no le habían entendido, que, simplemente, se había «cagado» en su «puta calavera». Sin consecuencias.
También, el 4 de agosto, en el municipio navarro de Etxarri Aranatz, se celebran las jornadas del “inutiyan egune” o “día del inútil”, con el “tiro al facha” incluido (a saber lo que entienden y consideran “facha”, puede ser usted, o cualquiera), permitido por el titular del Juzgado Central de Instrucción número 2 de la Audiencia Nacional, el juez Ismael Moreno, que dice: el “tiro al facha” es una mera expresión de opiniones arriesgadas que inquietan o chocan a diversos sectores de la población. Lo que no es una mera opinión personal, desde el momento que está en un documento judicial.
Es de suponer que la jurisprudencia amparara también al que promueva el “tiro al etarra” o incluso el “tiro al juez inútil” (en el ámbito de la jornada), o se “cagué en la puta calavera” de sus muertos.
O no, porque ya se sabe que no todos son iguales ante la ley, ni toda “expresión de opiniones arriesgadas que inquietan o chocan a diversos sectores de la población” son impunes. Si no que se lo pregunten a los condenados por gritar ¡Viva España! en la celebración de la diada catalana en Madrid. Flagrante delito.
De cualquier modo las estadísticas indican y corroboran que ni la prevaricación, ni la arbitrariedad, existen ni se dan (excepto cuando acompañan al cohecho, esto es cuando salta que hay dinerito poco honroso de por medio).
¡Qué desperdicio de artículo en el Código Penal!