La dictadura avanza, pero no nos callarán
Decía no hace mucho Iker Jiménez en un vídeoblog que, en su opinión, una de las claves de la sorpresa de Trump en las elecciones estadounidenses es que la prensa, el periodismo, ha perdido toda credibilidad a fuerza de actuar servilmente sometido a los dictados de las ideologías políticamente correctas. Por eso se equivocaron todas las encuestas, porque al final, el sentido común, la gente normal, la realidad de las cosas, terminan por abrirse paso. Y a lo mejor la gente no hace mas que apoyar al menos malo -esa es la trampa de los sistemas partitocráticos- pero mientras tanto demuestran querer liberarse de la tiranía hipócrita de los mundialistas.
Por el momento, en internet, existen espacios de libertad en los que gente libre -como los que hacemos AHORAINFORMACION.ES- dice lo que piensa, argumenta, debate, da razones. Pero el mundo de las grandes corporaciones mediáticas está podrido de mentiras y abducido por Jorge Soros, los lobbys LGTBP, las empresas abortistas, la masonería de verdad y los ideólogos progres de toda calaña.
La batalla está llegando a un punto álgido. Esa dictadura del relativismo sobre la que nos advertía Benedicto XVI parece más fuerte que nunca. En España cuenta a su favor con todos los partidos con representación parlamentaria, con todos los grandes medios de comunicación, con todo el peso del rodillo judicial como acaba de demostrar el juez que ha prohibido la libre circulación de un autobús que defiende la verdad de las cosas. Aparentemente somos, una vez más, David contra Goliat. Habrá que ir practicando con la honda.