Funeral masónico: menos homenajes y más respeto
(Ahorainformacion.es) – Los políticos no saben que hacer en esta fase de la epidemia en la que se están multiplicando los brotes mientras se teme la llegada de una “segunda oleada”. El pequeño virus les supera y tienen la necesidad de legislar y multar para dar la sensación de que hacen algo útil. Naturalmente, cualquier decisión que tomen irá convenientemente respaldada por la opinión democrática recabada por el CIS, que es quien controla lo que hay que preguntar. Ahora están empeñados en la obligatoriedad de la mascarilla y en ensayar pequeños confinamientos y restricciones. Nunca hubo tantas cosas obligatorias ni tantas prohibidas.
Otro de los asuntos que ha tenido ocupados a políticos y funcionarios es la preparación de la liturgia neopagana que va a tener lugar hoy, día de la Virgen del Carmen, en Madrid, fuera del templo de la Almudena, en el patio de la armería del Palacio Real. Se espera un gran acto cargado de emotividad y confuso en sus intenciones.
Los partidos se han puesto de acuerdo para celebrar una ceremonia confusa en la que van a mezclar el merecido homenaje a los sanitarios con un funeral laicista sin Dios, sin referencias trascendentes más allá de minutos masónicos de silencio o de promesas de recuerdo.
Que el estado convocara un acto cívico para homenajear a los profesionales que han luchado de forma destacada contra la epidemia nos parecería muy adecuado. Que conceda medallas a médicos y enfermeras, a los trabajadores de las residencias, a las cajeras de mercadona o a los fontaneros de IFEMA es estupendo. Hay que ser agradecidos y está claro que aquí hay mucha gente que se merece un homenaje. El problema es que se quiere mezclar este agradecimiento con un “homenaje” a los muertos. ¿Homenaje, por qué? Lo que hay que hacer con los muertos es enterrarlos y rezar por su alma. Y antes de eso hay que procurar que no se mueran. ¿No es un sarcasmo homenajear a los 20.000 muertos de las residencias de ancianos a quienes se negó una adecuada atención hospitalaria? ¿Primero les das morfina y luego les homenajeas? Si como Sánchez y compañía no crees en nada, al menos respétalos. A los vivos y a los muertos. Y cuéntalos bien, por cierto, porque las víctimas de lo que llevamos de epidemia no son, “casi 30.000” sino más de 40.000.