Las razones por las que el Estado Islámico ha atacado Turquía
El pasado domingo 1 de enero, un terrorista irrumpió en la discoteca Reina y disparó repetidamente un arma, asesinando a 39 personas y dejando 69 heridos. El Estado Islámico ha declarado la autoría del suceso, aunque en realidad todavía se espera tener al terrorista de origen turco para interrogarle y aclarar sus relaciones con el grupo terrorista que opera en Siria e Irak. El agresor disparó con un fusil de asalto de manera indiscriminada desde la puerta del local, en el que se hallaban unas 800 personas celebrando la Nochevieja. El atacante, que permanece huido, dejó el arma en el lugar de los hechos. A la entrada también abatió a un policía y a un guardia de seguridad.
Que el Estado Islámico haya estado atacando continuamente a Turquía no nos debe sorprender. Terrorismo yihadista y ataque al mundo occidental no siempre tienen que estar de la mano. De todos es sabido que los ataques terroristas del Estado Islámico también se realizan contra seguidores del Islam. La división entre los mahometanos es grande y entre países y etnias también se se han sembrado enemistades. Chíies, suníes, kurdos, alawitas, el gobierno turco, el gobierno iraní, Arabia Saudí… Un entramado de grupos con los que el Estado Islámico tiene diferente relación. Aquellos que no comparten su modelo de ver la política y la vida social son objetivos del Califato. El caso del enfrentamiento entre Turquía y el Estado Islámico es el de una enemistad muy sangrienta que se ha cobrado la vida de más de 300 inocentes en Asia Menor en el año 2016 en múltiples atentados del ISIS.
No obstante, el chivo expiatorio son los cristianos que son civiles indefensos sin ningún tipo de responsabilidad pública en muchos de esos territorios. Son acusados de apóstatas y de idólatras por considerar a Jesús como hijo de Dios. De hecho, en el comunicado del Estado Islámico, se asegura que el ataque a la discoteca de Estambul que causó tantos muertos fue realizada para acabar “con los cristianos que celebraban su fiesta apóstata”.
Turquía y su gobierno apostata
“El Gobierno apostata turco está sacrificando a sus soldados en su guerra contra el Estado Islámico”, “que nadie suponga que las bombas contra el Estado Islámico quedarán sin respuesta. Como dijo nuestro califa, que Dios le proteja: Incluso si es dentro de un tiempo, nos cobraremos nuestra venganza, por Dios”.
La revista oficial del Estado Islámico, Konstantniyye. Abril de 2016.
Para el grupo terrorista hay una relación muy directa entre atacar a Turquía y atacar al Gobierno Turco. La relación entre los ataques terroristas, una venganza por la intervención en la guerra contra el Estado Islámico en colaboración con las potencias occidentales; y la acusación de apostasía, son claras. Turquía sería un país musulmán con un gobierno que ha renunciado a su fe y va en contra de Allah, al ir en contra del Califato. Recordemos que desde julio de este año, el país dirigido por Recep Tayyip Erdogan, ha atacado Siria como respuesta a los múltiples atentados producidos en la frontera a lo largo de todo el año y, sobre todo, por el asalto al aeropuerto de Estambul, que se cobró 50 víctimas mortales y 200 heridos.
Es difícil saber si el nivel de intolerancia del gobierno de Erdogan es demasiado leve según el Islam. La acusación constante contra el Gobierno Turco por ser el “protector de la cruz” entra dentro de lo absurdo. Según fuentes de Iglesia Necesitada los cristianos turcos a menudo son considerados como “extranjeros”, lo cual es lamentable. Pese a la libertad de culto existente, siempre tienen que justificar qué puestos públicos ocupan. En los últimos años se han registrado asesinatos muy inquietantes de religiosos católicos y protestantes, sin hablar de la muerte de Hrant Dink, el periodista turco de origen armenio. Una parte considerable de la población turca, incitada por el nacionalismo, acusa a los cristianos de querer desestabilizar la nación turca y de ser agentes extranjeros. Las amenazas contra ellos, sus lugares de cultos, sus familias… son constantes.
No obstante, por la llegada de refugiados a Turquía se han llenado de nuevo las Iglesias, tal y como Iglesia Necesitada ha relatado. Aquellos que no pueden ir hacia Europa, han encontrado en las comunidades cristianas de la península de Anatolia un refugio. La leve intolerancia de Erdogan permite que los 100000 cristianos que viven Turquía, lo hagan al menos con algo de paz.
Una base social yihadista
En Turquía hay grandes redes logísticas y de reclutamiento tal y como demuestran las continuas redadas que la policía del país realiza. Las detenciones ya ascienden a millares y en relación con el último atentado, ya hay 8 personas detenidas relacionadas con el solitario autor de los disparos. Estas redes logísticas y de reclutamiento unidas a la tolerancia inicial del Gobierno Turco al ISIS hizo que Ankara, capital del país, se convirtiera en una autopista yihadista, según Mónica Marks, del Instituto para el Diálogo Estratégico. La capacidad de desmontar esas redes antiguas y otras nuevas se ha demostrado difícil, por lo que la mejora de la respuesta del país contra el ISIS en cooperación con EEUU y la Unión Europea ha supuesto también tener que hacer frente no solo a un enemigo fronterizo sino también a un enemigo interno.
Tenemos que recordar que Turquía hace frontera con Siria directamente y que la influencia sobre ciudades del sur como Gaziantep y Sanliurfa se ha hecho notar. De Gaziantep, la frontera con Siria solo dista de 50 kilómetros y de Alepo, uno de los focos más horribles de la guerra, alrededor de 100 kilómetros. En términos de referencia para españoles: la distancia entre Sevilla y Huelva son 100 kilómetros; la distancia entre Madrid y Guadalajara son 50 kilómetros, la distancia entre Pamplona y San Sebastián son 53 kilómetros… Sanliurfa también dista de la frontera 50 kilómetros. En el camino de esta última ciudad hacia Siria se encuentra Akçakale en la que la simpatía por el ISIS es general. En estos escenarios, un niño enviado como suicida en agosto mató a más de medio centenar de personas en una boda en Gaziantep. También la organización terrorista ha asesinado a activistas y periodistas sirios en estas ciudades y ha intentado secuestrar a reporteros occidentales.
El grupo de inteligencia privada, Soufan Group, ha estimado que más de 2000 combatientes del Estado Islámico serían de proveniencia turca, lo que deja en una posición vulnerable al país de Asia Menor en cuanto a reclutamiento yihadista. En este sentido, la pobreza ha jugado a favor del grupo terrorista en cuanto que barriadas desfavorecidas de Estambul y de Ankara han funcionado como canteras de reclutamiento también, por lo que la maquinaria propagandística del ISIS no restringe su exito a las ciudades fronterizas.
Después existen condicionantes que favorecen esta situación: ha rebrotado el conflicto con el Partido de los Trabajadores del Kurdistan (PKK), grupo nacionalista y guerrillero que quiere la autodeterminación de parte del territorio de Turquía y otros países. Esta organización es enemiga del ISIS pero también es muy odiada por el pueblo turco, por lo que algunos ven en el Estado Islámico una oportunidad para combatir definitivamente al grupo kurdo.