Trampa a Trump ¿llega a su fin la era Trump?
Por Iván Blanco
Un día le oí decir al Reverendo Padre Javier Olivera Ravasi que Donald Trump no era San Luís de Francia, y no puedo estar más de acuerdo con él. Sin embargo, “por sus frutos los conoceréis”. Trump no es un hombre humilde, ¿Qué duda cabe?, pero en este mundo avaro y ateo, él reconoce que Dios es soberano. ¿Cuántos presidentes occidentales hacen tal cosa? ¿Quién menta a Dios Nuestro Señor en sus discursos?
Mientras los gobernadores demócratas, en mitad de la pandemia, mantenían abiertas clínicas aborteras y licorerías, por considerarlos servicios esenciales, cerraban centros de culto, iglesias, mezquitas y sinagogas. Pero Trump, mandó abrirlas porqué él, un hombre millonario que podría ser presa de sus deseos y ensoberbecido por su fama, reconocía que “América necesita más plegaria, no menos”. Es el primer presidente de los EEUU que ha ido a una marcha en favor de la vida, cuando en todo occidente proliferan las legislaciones a favor del aborto cada vez con menos óbices para acercarse al infanticidio. En Francia, la laica Francia, una madre ya puede abortar hasta el noveno mes si tiene “angustia psicosocial”. En breve serán aprobados los abortos post-nacimiento, es decir, arrojar a los niños desde el monte Taigeto como si de espartanos se tratara. Nuestra civilización descristianizada está retomando costumbres paganas, abolidas y abandonadas hace 2.000 años, convirtiéndonos como pueblo en el más retrógrado de todos los que habitan el orbe.
Trump significa un “No” a todo eso. Es un katejon. No es la respuesta, pero nos da tiempo como decía Don Javier Garisoain. Un tiempo que parece se nos escurre entre los dedos mientras, la que se denomina la “Primera Democracia del Mundo”, hace aguas en sus mecanismos electorales. El ejemplo está dejando mucho que desear de ejemplar. Mientras escribo estas líneas, y después de dos días de recuento, éste aún no ha finalizado. Huele a pucherazo decimonónico a leguas. Pero no es del posible fraude de lo que hay que salvarse, es el mecanismo democrático en sí, el que es perverso. Que la suma de voluntades individuales decidan lo que es la Verdad o mentira, que el Bien se someta a sufragio, a la caprichosa veleidad de la gente un martes por la tarde, es cuando menos peligroso, por no decir pecaminoso y luciferino.
Pero volviendo a Trump, ¿Han oído a algún medio hablar bien de él?… Yo tampoco. No parece real que nadie pueda decir algo bueno de Donald Trump. Diferentes cadenas, diferentes dueños, diferentes radios, ¿Misma obediencia? Me parece un poquito sospechoso. El otro día oí a los tertulianos de un programa de la COPE, alabar a Biden y atacar a Trump como si se tratara de un paria. ¡La COPE! Ni más ni menos que la radio de la Conferencia Episcopal permitiendo que el grueso de sus invitados alaben a un candidato que aboga por el aborto. Una radio que aprueba que se defienda el globalismo y el laicismo, y que no haya una voz autorizada discordante. No le pido nada a los medios privados regados de millones por fundaciones supranacionales con intereses espurios. Se lo pido a la radio de la Iglesia.
Cuando veo que el medio que un católico escucha, esperando entrever la doctrina de la Iglesia en el grueso de las opiniones vertidas en su parrilla programática, está vendida al liberalismo y que sólo destila modernismo, pienso en las palabras de San Juan Crisóstomo: “El infierno está empedrado con la calavera de los malos obispos”
A todo esto, siguen pasando las horas y no acaba el recuento de votos. Si la situación fuera contraria, si fuera Trump quien adelantara a Biden y no terminara el conteo, los medios estarían sacando bilis contra el republicano. Pero como lo que se está cociendo va a ayudar al demócrata, la gente no dice esta boca es mía. El todavía presidente ha dicho que se está instrumentalizando un fraude y lejos de desmentirlo el Partido Demócrata, pide paciencia hasta que se cuente el último voto. Parecen seguros de sí mismos y no invocan a la Verdad, pues se va haciendo palmario que les queda lejos esa virtud. ¿Y esos medios palmeros del globalismo, qué están haciendo? Lo que han hecho hasta ahora, tamizar lo que ocurre en EEUU para que nos traguemos una elección amañada mientras los mensajes del presidente están siendo censurados en Twitter.
Oliéndome que la era Trump llega a su fin, miraré a menudo con entusiasmo y emoción la que creo ha sido su mejor alocución como Presidente de los EEUU; el discurso que dio en su visita a Polonia y en el que aborda temas medulares para nuestra civilización. Fondo y forma que no le he oído a ningún político jamás. Mientras eso llega, les pido que recen por Donald Trump. Él necesita más plegaria, no menos.
3 comentarios en “Trampa a Trump ¿llega a su fin la era Trump?”
Luis G (TheGarret)
Estados Unidos tiene un problema muy similar al que tiene Cataluña, la población está dividida. Allí entre republicanos y demócratas, y aquí entre constitucionalistas y nacionalistas. Esta situación, en ambos casos, puede desencadenar en enfrentamiento civil que a su vez traiga problemas mayores. La diferencia entre ellos y nosotros radica en que ellos, republicanos y demócratas, aman su país, y aquí unos aman su tierra hasta el punto de creerse dueños de ella, y otros que no practican con esa idea les dejan hacer.
A.C.
Mateo 7:15
Mateo
Mateo lo dijo a las 7:45