Titular corrompido en un ambiente corruptor
por José Fermín Garralda
¿Qué titular ofrece el digital El Público a la noticia y a las palabras de la CEE recogidas en vídeo que su lector puede visualizar?: “Los religiosos, ofendidos, avisan. La Iglesia del miedo”.
Así, toma castaña. Hablar de “La Iglesia del miedo” es hablar precisamente del sectarismo de quien dice eso. Los comentarios a la noticia son espeluznantes.
Monseñor Blázquez ha dicho, en nombre de la Conferencia Episcopal Española, lo siguiente, y lo ha hecho sin miedo y de forma razonada:
“A los padres corresponde el derecho de determinar la forma de educación que se ha de dar a sus hijos, de acuerdo con su propia convicción religiosa. Aunque no aparece en el texto al discurso, sí quiero decir lo siguiente. En los últimos días, personas con responsabilidades políticas, han emitido opiniones sobre nuestra situación: unas claras que tranquilizan, otras bastante oscuras que dejan perplejidad, y otras de carácter reivindicativo que crean sobresaltos. No es exagerado decir que probablemente una cierta confusión nos envuelve.Como estas manifestaciones rozan con frecuencia aspectos fundamentales de la Constitución, la inquietud afecta más hondamente a nuestra convivencia”. Recogido por el digital Diario Público – PTV.
Tras esta noticia, hay multitud de intervenciones, apostillas y mensajes, muchos de ellos lisa y llanamente desenfocados, sectarios, e hirientes. Por eso hemos escrito, entre los comentarios, el siguiente:
“Yo estoy de acuerdo con el obispo Blázquez y la Conferencia Episcopal Española. El derecho de los padres a la educación moral, religiosa, humana y científica de sus hijos es un primer principio, un principio fundamental, y son los padres quienes solicitan ayuda a los maestros para cumplir este cometido básico. Ayuda no significa ser sustituidos ni contrariados. La Constitución recoge este primer principio. Por eso, apelar a la Constitución tiene un valor instrumental, no último. No en vano, esto es así porque los contrarios a ese artículo constitucional que aceptaron y se ha practicado durante tantas décadas, alegan motivos extra constitucionales. El marco jurídico español habla del derecho inalienable de los padres a la educación de sus hijos (moral, religiosa, humana, científica…). El Estado es subsidiario por lo que respecta a los recursos materiales. Desde luego, los padres de la concertada no van a pagar dos veces o más. Y,desde luego, el Estado no es quien para enseñar. El tiempo del comunismo, y del jacobinismo político ya pasó. Ahora estamos los padres con nuestros hijos. Yo no insulto a nadie. Sin embargo hay contrarios que sí insultan, de forma muy desagradable e hiriente, y a mala uva. No entiendo que se pueda ser así. Esta mala leche sólo se comprende por los apriorismos, y el sectarismo que ha difundido la propaganda”.