Mahometanos y nacionalistas
(Por Castúo de Adaja)
El mundo occidental (des)vive envuelto en un cúmulo de sinsentidos y simplistas periodísticos desde que el pasado sábado se produjera el sangriento y espeluznante acto por todos sabido: el ataque terrorista de Hamás – concretamente de las brigadas muyahidines al-Qassam – contra civiles y militares en Tierra Santa. A pesar de que entre mi deseo estaría el de enderezar la absurda y descerebrada carrera que han iniciado medios de comunicación, políticos y hasta catedráticos de bar por dar su opinión, creo que se trata de un aspecto tan complejo que no puede cubrirse únicamente en un sencillo escrito como es este. Así pues, pretenderé aportar dos pequeñas pinceladas que espero sean algo de aire fresco más allá del cruento debate entre el “tú más” y “yo comprendo todo” que tanto estamos oyendo estos días.
En ocasiones se tiende a confundir a la población palestina con el conjunto de habitantes de Gaza o, sencillamente, con los musulmanes que habitan aquellos farragosos territorios llenos de fronteras y puntos de control en que se ha convertido Tierra Santa. Palestinos hay muchos y, a pesar del interesado ímpetu de ciertas organizaciones de calificarlo como “pueblo”, en realidad nos encontramos ante una masa confusa y compuesta de diferentes grupúsculos, facciones interesadas y ciudadanos a los que el concepto de “Palestina” les viene a dar algo igual. Y sí, entre aquellos palestinos – que no es otra cosa que una denominación geográfica para un grupo de poblaciones que habitan un lugar – está una minoría cristiana que viene siendo oprimida por unos y otros desde que entraron las ideologías liberales y el renacimiento del islamismo yihadista, allá por los ss. XIX y XX. De ahí el título de este artículo.
Mahometanos porque, en primer lugar, éstos, y no los “palestinos”, son los que han atacado de una manera “bestial” a la población – bestial porque no entra dentro del raciocinio, que nos permite comprender la Ley Natural, el modo en que se han desarrollado los actos, de tal manera que sólo tiene el calificativo bestiario frente al humano. Un movimiento yihadista que hunde sus raíces desde que a finales del s. XIX y principios del s. XX se diera un renacer ideológico de las posturas extremas de la expansión islámica. Desde que en 1882 el Imperio Británico se hiciera de facto con el control de Egipto, comenzó a surgir una postura rupturista con el otomanismo unificador que hasta entonces imperaba. El concepto de yihad como expansión meramente militar volvió a las madrassas coránicas con renovada fuerza, viendo salir de su seno expresiones políticas y armadas como la de los “Hermanos Musulmanes”, que abogaban por la lucha armada para el renacer de la “gloriosa” expansión del islam que se había dado con el profeta Mahoma en el s. VII pero con una diferencia: estaban éstas imbuidas por el nacionalismo decimonónico surgido de las teorías liberales desarrolladas por sujetos como el historiador alemán Leopold von Ranke.
Y como quiera que sea que, donde falta la Verdad, las opiniones chocan; así ocurrió con la “liberalización” del fanatismo religioso islamista, que, emponzoñado con el concepto “ideológico”, vino a chocar en la tierra de Abraham con el surgimiento del movimiento “sionista” del que el judío austro-húngaro Theodor Herzl es uno de los padres. Padre que tuvo, además, un encuentro de gran interés con San Pío X el 26 de enero de 1904, en el que el Santo Padre, con gran prudencia ante la trampa liberal-nacionalista que se le planteaba, respondía a Herzl de esta manera cuando éste le preguntaba por su opinión acerca del establecimiento de un “Estado de Israel” en “Palestina, la tierra secular” (sic.): “Nosotros no podemos declararnos a favor de este proyecto”.
Dije al principio que pretendía evitar los infértiles debates y manifiestos que surgen minuto a minuto a nuestro alrededor, y quiero yo finalizar este brevísimo pero extenso artículo destacando y resumiendo mis palabras en dos ideas: (1) que quienquiera que se atreva a decir que “comprende” lo que está sucediendo miente; y (2), que no podríamos aproximarnos a unos sucesos tan desgarradores para nuestra Tierra Santa sin comprender que detrás de ello se encuentra un aspecto “diabólico” – pues es divisorio de los hombres entre sí y del hombre para con Dios – como es el veneno ideológico: irracional (pues no atiende a razones entre las partes enfrentadas), y antinatural (pues establece la “idea-opinión” desvinculada de la Verdad revelada como la cima del pensar y actuar).
He dicho.
Un comentario en “Mahometanos y nacionalistas”
I. Caballero
Felicitar a Castuo de Adaja por su perfecto trabajo sobre lo que realmente sucede en Palestina y el sufrimiento de los cristianos perseguidos tanto por Israel como por el Islam.
Sobre este tema del Islam tengo tres trabajos, anteriores a esta guerra perversa y provocada, uno que denomino, “La religion de la paz’, un segundo, “La Taqiya”, el tercero, “La esquiva’ y finalmente una serie de citas del Coran.
Si le interesa a nuestro diario os los puedo mandar.
Estos trabajos se han publicado en El Criterio, EL EED, El Diestro y en otra media docena de diarios en las semanas pasadas.
Saludos cordiales
DIOS, PATRIA y REY LEGITIMO