El fuerismo liberal
Aparece hoy, en la prensa de Bilbao, un artículo defendiendo el fuerismo liberal.
Cuando daba mis primeros pasos en la acción política, me llego un dicho que corría entre los carlistas de Guipúzcoa: “liberal eta fuerista?, adarra!”. Es decir:” ¿Liberal y fuerista? ¡un cuerno!” Para significar la incompatibilidad que hay entre liberalismo y fuerismo.
El autor que comentamos se refiere a la aparición de los conciertos económicos vascongados, por obra de los liberales fueristas del siglo XIX. Todo lo que dice es cierto. Como son indudables los beneficios que los conciertos económicos han reportado a los vascongados y a los españoles en general. Cuando expresamos este juicio, ¿quiere decir que llegamos a un acuerdo entre el liberalismo y el fuerismo? ¡De ninguna manera!
El liberalismo es una ideología que proclama tres principios: libertad, igualdad y fraternidad. Y los proclama de una manera absoluta. Los Fueros son leyes que antes han sido usos y costumbres. Han nacido de la misma vida social. Y como la vida social supone variedad, son diferentes unos de otros. Los Fueros son incompatibles con la igualdad. Y esa ha sido la razón que, para combatirlos, han esgrimido los unificadores liberales.
Los liberales fueristas vascongados cedieron en su liberalismo para hacer un hueco al fuerismo. Ello fue debido a que su doctrinarismo no les había cegado hasta el extremo de no ver los beneficios que las instituciones forales habían reportado a la Provincias vascongadas. Beneficios que había que conservar para el futuro.
Ello no es extraño. En muchas ocasiones se ha dado una bendita inconsecuencia en los que profesan ideologías antinaturales. Y en su actuación han dejado de lado los principios que proclaman. Y es que la naturaleza humana no está corrompida. Tan sólo fue dañada por el Pecado Original. Y el hombre siempre conserva un sentido común que le lleva a inclinarse ante la realidad y a obrar en consecuencia.
Ese fue el caso de los liberales fueristas vascongados. Y a los carlistas, como amantes de la verdad, no nos repugna reconocer lo beneficioso de su actuación. No alabamos su liberalismo. Reconocemos su sentido común al actuar dentro de un sistema liberal, ya instaurado, y dejar de lado la adoración por la igualdad, para instaurar un sistema fiscal, que a nadie perjudicaba y a muchos beneficiaba.
Y, como lo venimos diciendo en otras ocasiones, lo fundamental del Carlismo es la defensa de la Verdad. Nuestro sistema de pensamiento no es una ideología, es una doctrina que se inclina ante la Verdad. Y por eso vemos con simpatía la actuación concreta de aquellos liberales fueristas. Insistiendo que la bondad de la misma no radicaba en el liberalismo que profesaban, sino en su parcial abandono del mismo, para hacer un lugar a la Tradición.
Un comentario en “El fuerismo liberal”
Joaquim M.ª Cymbron
Texto magnífico! Cumple tres reglas esenciales, que se imponen al que quiere doctrinar:
1. Brillante en el verbo;
2. Clarísimo en la exposición;
3. Y, sobretodo, recto a la Verdad sabiendo distinguir como manda la buena dialéctica escolástica!
Gracias, Carlos, por tu preciosa lección histórica tan admirablemente presentada!