Como en el patio de Monipodio, Sr. Sánchez
AQUÍ no hay un hombre solo. No es sólo el ambicioso Sr. Sánchez. A una criatura no se le pueden ocurrir tantas cosillas y que cuentan con tantísimas perlas. Y que vuela seguro como en la alfombra de Aladdín.
Aquí hay un buen grupo y muy organizado. Un grupo de salón, muy seguro de sí mismo, que va a la una, que busca tensar la cuerda hasta que se rompa. Ahora es su momento. Ahora o nunca.
La picaresca cervantina tendría en el hoy -como materia prima- sus mieles. Desde el presente, aquello de Cervantes se entiende mejor, y además en clave interclasista, afectando sobre todo a las altas esferas de la política.
Crearon al tal Iglesias, y han convertido el desastre electoral de éste señor en un éxito para desmontar España. El comunismo es más socialista que el Sr. Sánchez. Y el socialismo siempre fue internacionalista: todo lo más un totum revolutum de mil naciones-Estado como una nueva URSS.
El Monipodio español tiene ya su corralito que, empezando en Andalucía con un alto precio y mucha desvergüenza, al fin han hecho extensivo a toda España, a las órdenes del gran Monipodio que vive muy lejos, en alguna gran urbe del mundo, aunque viene cuando quiere en avión. También los anteriores tenían su corralito partitocrático, pero con los social-comunistas-separatistas todo es más evidente.
Y que “¡Nadie se burle con quebrantar la más mínima cosa de nuestra orden, que le costará la vida!”
En el ayer soleado patio que es España, el actual Sr. Monipodio, Sr. Sánchez, ha pactado con los que asaltan las instituciones y los que han jurado destruirlas. El Sr. Torra, a pesar de ser antidemócrata y de afanes golpistas, está resultando ser un singular favorecido. Todos somos iguales pero unos más que otros (Orwell). Por lo visto él, sólo él, ellos y sólo ellos, son La Democracia: “¡oh diosa!”. Una democracia anti-Democracia, una ley anti-Ley, una españa anti-España, una diosa -reciba uno u otro nombre, que hay muchos para el idólatra- contra Dios. Nos referimos a esas magníficas y antiguas instituciones que la españa liberal (la españa ingenua pero nada tonta, aunque no aprende de las consecuencias de sus mil errores anteriores, la españa equivocada y acomplejada que mira y remira al extranjero), dio al buen pueblo español, utilizando su credulidad y con ciertas trampillas. La españa del engaño y las sonrisas. Los amigos de la Pipota y la Gananciosa.
Sánchez, como Sr. Monipodio, fue elegido por unos, a quienes ahora defrauda completamente. Pero como él manda, no le importa, que los descontentos a nadie pueden recurrir. Hace lo que dijo que no iba a hacer: “- ¡Oh, juicioso mandato imperativo!, ¿dónde mueres?” Así mismo, son muchísimos más los españolitos que no le eligieron. Sin embargo, a pesar de todo ello, el Sr. Monipodio manda y congrega entonando el gaudemus a los enemigos de España para que sean sus amigos, a los enemigos de la ley para burlar la ley, a los contrarios a esa democracia liberal que los demócratas debieran defender aunque por lo que se ve “el sistema” no quiere ser defendido… En su patio ayer soleado, el Sr. Monipodio y sus chapuzas dispone como si España fuese un cortijo.
La lista reciente de despropósitos del Sr. Sánchez & Company es muy larga y gravísima.
Hemos visto el documento abierto como llamada“Agenda para el reencuentro”, y sus 34 medidas. Lo conoce todo el mundo desde yahoo.con/noticias… Cuando algo se hace público, se normaliza, y de increíble se hace creíble. A ello les están sucediendo otras medidas más.
Hasta la prensa mercenaria como “Diario de Navarra” dice que “Sánchez legitima a Torra. El mandatario catalán recibe al presidente español como si fuera un jefe de Estado extranjero”. Algo es algo, pero luego la misma prensa rebaja la tensión, para que quizás en la práctica no sea para tanto.
También es penoso que el Sr. Casado acuse a Sánchez de “rendir pleitesía” a Torra y de dar “pasos irreversibles” en contra del constitucionalismo. Pero, señor mío, ¿qué hizo en su día el Sr. Aznar ante Pujol? ¿Qué no cedió para establecer una luna de miel donde se cocía el mal presente?
Otra cosa: ¿Pero es que la Constitución no se puede cambiar? (Sí, otra cosa son las trampas que precedan y están precediendo a una reforma-ruptura). Lo que ocurre es que España es anterior a la Constitución de 1978, y los españoles y catalanes también. España tiene su constitución histórica que muestra que todo lo obrado por unos y otros está desajustado con la realidad profunda de nuestras patrias, la grande y las chicas, que no por chica es menos importante que la grande que engloba como síntesis a todas. El nacionalismo separatista ha sido el hijuelo del liberalismo, y desde luego está bien apoyado por los marxistas. “- ¿El pueblo?: bueno, eso es otra cosa”.
Sólo nos queda, sr. Casado y otros de su cuerda, retomar como solución la tradición catalana y de España. El tradicionalismo o Carlismo bien sabe de ello. Decimos esto para quien desee entender.
Ramón de Argonz