Alberto Ruiz de Galarreta Mocoroa. In memoriam
+ Ha fallecido
el dr. don Alberto Ruiz de Galarreta Mocoroa,
tras ofrecer con heroísmo lo mejor de sí mismo en su dilatada vida.
Suplicamos al Altísimo que le acoja en Su seno de amor.
Nuestra condolencias a don Rafael Catalá y su querida familia.
Nació el 28 de diciembre de 1922 y ha fallecido a eso de la una del mediodía del 12 de septiembre, con casi 97 años. El entierro será en el cementerio de Polloe de San Sebastián -ciudad donde vio su primera luz- a las 10:45 de la mañana del sábado 14 de septiembre de 2019.
Confiamos que por la divina Misericordia se habrá reunido con su madre Doña Elvira y familiares en el cielo.
El sí puede decir: ¡Somos nosotros de aquellos!, término que en forma interrogativa utilizaba con el seudónimo J. Ulíbarri al final de su “Elogio y nostalgia del cura Santa Cruz” (1967). Él sí fue de aquellos, entre los mejores.
Gracias, don Alberto, por su sencillez y amabilidad, gracias por su trabajo constante y heroico hasta el final, y gracias, don Alberto, por ser el alma de las Jornadas de la Unidad Católica de España de 1989 al presente 2019.
Que el buen Padre Dios, a Quien sirvió, se lo haya pagado.
Don Alberto junto a don José Ignacio Dallo en el salón de Acción Católica en Zaragoza. Jornadas por la Unidad Católica de España. Foto: JFG
Don Alberto realiza el juramento de la Unidad Católica ante el Arzobispo de Zaragoza en la iglesia de San Juan de los Panetes. A su izda. don José Ignacio Dallo y a su derecha el P. Fco. Suárez. Foto: JFG
Don Alberto entre el P. Dallo y don José Silva. Salón de las nazarenas, plaza del Pilar. Foto:JFG
Julian Gil de Sagredo -presidente de las Jornadas de la Unidad Católica-, María del Carmen Palomares y don Alberto en los salones de la Acción Católica en las Jornadas de Zaragoza.
Ante Dios nunca serás héroe anónimo.
José Fermín Garralda
(Fotos: JFG)
2 comentarios en “Alberto Ruiz de Galarreta Mocoroa. In memoriam”
Alvaro
Se ha ido una persona de grandes convicciones, leal e íntegro, pero sobre todo se me ha ido un gran amigo. Don Alberto le echaré siempre de menos, echaré de menos poder charlar con usted, aprender de su experiencia, de sus opiniones y anécdotas. De usted aprendí muchas cosas, aprendí sobre libros antiguos, también aprendí lo que es dedicar toda una vida a unos ideales, por todo esto y mucho más lo llevaré siempre en el corazón y no le olvidaré nunca. Espero que esto sea tan sólo un “hasta luego” y no un “adiós”. Qué descanse en la gloria de Dios y disfrute de la compañía de los que le habían precedido. Hasta siempre!!!
José Fermín Garralda Arizcun
Con Vd., ¡hasta siempre!