Diario de la desescalada. Miércoles, 3 de junio
Miércoles, 3 de junio de 2020
San Carlos Luanga y compañeros mártires, San Juan Grande, Santa Clotilde, Santa Olivia.
8º día de luto oficial
Malas noticias
Todos contra Trump. Al menos todos los progres. En los Estados Unidos de América, la cuestión del tratamiento de los negros es un asunto que ha sido utilizado como arma arrojadiza, de forma recurrente, por los diferentes partidos desde los tiempos de la Guerra de Secesión. Puede ser lógico que surja una protesta ante un caso evidente de brutalidad policial como el sucedido en Mineápolis con la muerte de George Floyd, pero la extensión de las algaradas por todo el país -¡y por todo el mundo!- con esta excusa y la culpabilización de Trump de todos los casos de racismo hace pensar en intereses ocultos que, una vez más, están manipulando la rabia de los negros y de las clases más desfavorecidas. Ultimamente se han visto protestas similares, todas cortadas por el mismo patrón manipulado, en París, Londres, Buenos Aires, Zaragoza… Por si alguien tenía alguna duda, la aparición del reconocido masón José Borrell defendiendo las protestas contra Trump, o la repesca de un caso policial similar al de Mineápolis ocurrido en París ¡en 2016! demuestran que en todo este revuelo lo de menos es el racismo. Porque lo único que se busca es la desestabilización y el desgaste de Trump. Los casos particulares pueden ser muy emotivos y dignos de que se haga justicia. Pero las estadísticas no mienten. ¿Sabían que el 97% de las muertes violentas de negros en los Estados Unidos son causadas por otros negros? ¿Sabían que el 81% de los blancos asesinados en 2015 en USA lo fueron a manos de criminales negros? Por último, no está nada claro que alentar disturbios o saqueos en las ciudades vaya a favorecer electoralmente a los adversarios del actual presidente norteamericano. Trump se está sabiendo presentar como el presidente de la ley y el orden y eso, al menos en los Estados Unidos, da votos.
Las secuelas del virus, tanto económicas como médicas son graves. Diversos informes médicos están alertando sobre la gravedad de algunas secuelas que podrían ir asociadas a la enfermedad COVID-19. Se trataría de algo más que daños en los pulmones. Toda la estrategia de los políticos en la presente crisis se ha basado en infantilizar a la población con distracciones y chistes para ocultar la verdadera dimensión de una tragedia que sólo en España ha causado más de 40.000 fallecimientos. La severidad de normas y multas han enfocado el temor del rebaño no en la realidad de un virus dañino sino hacia los caprichos de unos gobernantes enfrascados en su experimento totalitario. Ahora son los médicos y sanitarios quienes, cansados de tanto disimulo -y cansados en general- advierten de la posibilidad de rebrotes. En Ahora informacion no somos negacionistas, sabemos que el virus de las ideologías es peor a la larga que cualquier otro, pero nos sumamos a los llamamientos de los médicos. Sean prudentes.
Marlaska lo tiene cada vez más complicado. Si el ministro del interior fuera un fontanero del PSOE como Abalos, por ejemplo, no habría ningún problema. Nada como una huida hacia adelante y una acumulación de mentiras para que la prensa más razonable te deje como un caso perdido. El problema es que Grande-Marlaska ha sido juez y tiene o tenía cierta respetabilidad entre los suyos. No puede permitirse el lujo de mentir al estilo Abalos ni mucho menos copiar las incongruencias del neoburgués Iglesias. Le han pillado mintiendo porque ahora ha salido a la luz una circular interna y reservada de la Guardia Civil en la que se demuestra que el cese del coronel de la Guardia Civil Pérez de los Cobos fue por lo que todos sabemos: por no “proteger” al gobierno de las investigaciones que le perjudicaban en torno al 8M.
Buenas noticias
Se van levantando las restricciones en todo el mundo. En parte por una mejora generalizada de la situación sanitaria y también porque se hace necesaria una reactivación de la economía. A distintos ritmos y con marcos legales muy dispares, las medidas más duras del confinamiento se van levantando una tras otra en países como Marruecos, Portugal, Filipinas, en toda Europa, en Brasil… En este último país, el presidente Bolsonaro, ha sido noticia por decir que algún día todos vamos a morir. Esta obviedad en boca de Bolsonaro es una agresión ultraderechista para la prensa progre, mientras que si lo dice Carlota Casiraghi (la no-princesa de Mónaco lo explica en su libro “Archipiélago de pasiones” escrito conjuntamente con su profesor de filosofía Robert Maggiori), entonces es una brillante reflexión filosófica. En España las fases siguen avanzando y, a pesar del Estado de Alarma que previsiblemente será renovado hoy gracias a los cambalaches del PSOE y al papelón de partidos como Ciudadanos que va aprobando todo lo que le pide el gobierno, el ambiente general en la calle es de un alivio creciente.
¿Contra el gobierno o contra el sistema? La estrategia de los partidos de la oposición en España va dirigida a buscar el relevo. El sistema turnista de partidos, que establece una guerra civil permanente entre las facciones políticas, no permite otra opción. Por eso al gobierno nunca se le puede reconocer nada, ni siquiera cuando alguna vez, aunque sea por casualidad, acierte. Y lo mismo sucede en el sentido contrario. A ojos del gobierno nada de lo que digan sus señorías de la oposición puede ser bueno para los españoles. Porque parece que conceder algo de razón al enemigo es perder puntos en la guerra electoral. El sistema establecía, ya antes del actual experimento totalitario, un régimen de absolutismo cuatrienal en el que el gobierno, encaramado en su mitad-mas-uno de diputados, puede invocar el derecho a entrar en los hogares, a invadir la conciencia de los niños, a decretar la legalidad de cualquier aberración. El aborto, la ruptura de la familia, la institucionalización de la mentira histórica ya estaban aquí antes del virus. La gestión criminal de la crisis sanitaria es un extra. Un nuevo motivo para sumar a las razones que ya tenían colmada la copa. Pero no perdamos la perspectiva. El enemigo de España no es Sánchez sino un sistema que permite que tipos como Sánchez acumulen tanto poder de destrucción en sus manos.