Aumentan las bodas civiles y los divorcios
Según fuentes del Instituto Nacional de Estadística (INE), en 15 años los matrimonios católicos han bajado un 50% su número frente a un aumento significativo de las bodas civiles. En 2016 se ha alcanzado solo un 22% de bodas católicas en los primeros meses de 2016 frente a un 78% de bodas civiles. Solo 15.000 casamientos han sido ante un altar católico, de las 68.000 bodas celebradas.
El número de bodas totales también se ha reducido un 22% en estos 15 años de inicio del siglo XXI. Poco a poco el compromiso matrimonial se está haciendo impopular incluso entre los que prefieren bodas civiles.
El aumento de bodas civiles coincide con un incremento de rupturas familiares que desde 2007 alcanza números históricos. 161.000 divorcios en 2015. La bajada registrada en el primer semestre de 2016 interrumpe esta trayectoria dramática de rupturas familiares, aunque la tendencia sigue siendo creciente. Desde 2011 hay más de 100.000 divorcios cada año. Dos divorcios por cada tres matrimonios.
Las razones del crecimiento de bodas civiles y de divorcios
El periódico EL MUNDO, en un artículo de Eva Dallo, expuso varias causas de divorcios que abogados matrimonialistas han contemplado con frecuencia: problemas causados por la adicción a las nuevas tecnologías como los smartphones; cariño desmesurado a las mascotas; intromisión familiar excesiva. Algunos expertos católicos denuncian la pornografía como un elemento de riesgo que daña la realidad matrimonial.
El sociólogo Alfonso Pérez Agote, en declaraciones al diario EL PAIS, relaciona -con lógica- el aumento de las bodas civiles con la secularización. Por eso mismo, si el valor matrimonial más protegido es la fidelidad “hasta que la muerte los separe” en el compromiso católico, parece lógico que, una vez desmantelado socialmente el mensaje cristiano, las rupturas familiares sean más frecuentes en un país donde la boda católica se había convertido en un mero trámite social. Las razones profundas de la descristianización de España, y de la aceleración de este proceso escapan a este análisis pero dejan un amplio espacio para el debate y la autocrítica dentro de la Iglesia Católica y de los máximos responsables de su pastoral. Lo que con estos datos queda totalmente descalificado y fuera de lugar es el discurso eufórico que han defendido durante décadas los católicos progresistas y que incluye elogios a la constitución, a la transición o al sistema aconfesional vigente.
En cualquier caso, la pregunta más interesante (no existen datos estadísticos) es si los cada vez más escasos matrimonios católicos son ahora más estables que antes y si cumplen precisamente el objetivo que tenían en origen: ser una comunidad familiar para toda la vida. Que la boda católica haya dejado de ser un trámite cultural vacío en muchas familias, pudiera ser un signo doloroso, pero con un matiz positivo para la Iglesia Católica.
Un comentario en “Aumentan las bodas civiles y los divorcios”
Miguel Angel Bernáldez
La caída del número de bodas católicas delata el descenso del número de católicos entre los más jóvenes. Quizá la pastoral de la Iglesia sea la que esté errada y necesite una orientación diametralmente opuesta a la que se sigue desde hace ya mucho tiempo.