Recuperar nuestra ciudadanía (ante las complicidades y traiciones al pueblo que dicen representar)
Que esto es de risa, es evidente. Todos queremos ser un Puigdemont para cachondearnos -perdone Vd. la vulgaridad- del gobierno liberal conservador del Sr. Rajoy que salva a España de la ruina.
Lentitud, contradicciones, habladurías, protagonismo de los periodistas, televisión en directo, falta de resolución, paños calientes, sorayismo, dejar a los golpistas por aquí y por allá, que el Sr. Junqueras se reúna con cinco consejeros en las dependencias del Parlamento en Cataluña una ver puesto en vigor el Art. 155, la fuga del capo mayor al estilo siciliano o del Señorito Puigdemont… todo esto es un sainete. Triste, pero todavía no hemos llegado a la puerta del Infierno.
Qué maravilla de manifestaciones populares en Barcelona -creo que vamos por la cuarta en poquísimo tiempo, más otras de menor alcance-, aunque la llamada Sociedad Civil Catalana, que expulsa a SOMATEMPS de su seno…, invita al socialista y anticatólico Sr. Borrell, al Sr. Frutos que es un comunista íntegro en cuanto que íntegramente comunista etc.
Mi pregunta es por qué hay que seguir el rollito a toda esta gente, a los jefes visibles de la partitocracia, y al Gobierno que conscientemente desgobierna. ¡Mira que decir todo un ministro de educación del Gobierno de España algo así como que la educación en Cataluña goza de buena salud!
Otra pregunta que me hago es por qué fiarnos de los enormes despachos y de las brillantes ideas de los Iglesias, Monedero, Echenique, Arrimadas, Rivera, González, Guerra, Sánchez, Soraya… si la realidad es lo que es y quieren los españoles. La realidad -y esto es muy importante- la cuenta el pueblo español en arranques de sinceridad, sin interferencias partitocráticas, sin lavados de cerebro de los periodistas que tienen jefe y jefazo, sin callejones sin salida (o nosotros o nadie…), sin que haya necesidad de mirar a los augures de un sistema que -dice- se mantiene a sí mismo. La pregunta es: “- ¿Qué quiere Vd. por sí, lisa y llanamente?” Y más que preguntar tanto -lo que hoy día ya supone un marco enrarecido- hay que abrir los ojos al día a día de la vida de los españoles.
Los nacional-separatistas del PNV, los pro etrras de Bildu, y sus amigos los GOLPISTAS del separatismo en Cataluña tienen claro sus objetivos, aunque a veces los oculten como lo hacen los del PNV y la sucursal peneuvesca en Navarra llamada Geroa Bai. Supongo que los del brillante despacho de cada cual, tienen sus inspiradores y jefes fuera de España, y que el Club Bilderberg y las logias masónicas etc. tienen mucho qué decir o qué hacer. Por algo todos son muy internacionales o internacionalistas. Todos ellos tienen claro lo que quieren pero también el pueblo español lo tiene claro. Ya se le ha visto enarbolar la bandera de España, sin complejos y con llaneza.
Sin embargo, si la barahúnda de los primeros tienen claro lo que van a hacer, el pueblo español siente que no puede hacer nada. No, no puede a primera vista.
Los españoles NO ESTÁN EN BUENAS MANOS. Los siento por ellos. Se han dejado engañar y gobernar mal y a ojos cerrados durante muchas décadas, se han agrandado los complejos que a partir de hoy podrían remitir de liberarse de la patitocracia, y ahora parece que la solución al problema es muy difícil. De cara a tal solución no espero nada del Art. 155, porque ni llega al fondo de la cuestión, ni se aplica con convicción, sino de forma suavecita para que los progres no se disgusten, para que nadie pueda identificar (¿?) a Rajoy con Francisco Franco, y para que los GOLPISTAS vuelvan a la política. Esto no es una juerga sino que ya es una tragedia.
Que se nos justifiquen ahora lo que han hecho los malminoristas, los del bien posible, los del mal menor, los del diálogo entreguista, los perezosos y vagos… los que han confiado de los ucedistas y luego los peperos. Sin embargo -hay que decirlo- lo mismo ocurrió en 1808 y en otros momentos de la historia. Me refiero a la historia de la traición de las élites al pueblo español, que se instalan a sí mismas de dirigentes pero diciendo -engañando- que en democracia no existen tales élites sino el pueblo liso y llano. Mentira: esta democracia decadente es un gobierno de oligarquías consentidas porque ellas mismas no nos dejan otro remedio (o eso o la nada) (¿?). O eso, o te dejan fuera de la ciudad. Pues bien, no hay más soñlución que nos pongamos desde fuera de nuestra ciudad a recuperar nuestra ciudadanía .