Seguir el blog (Follow.it)Peregrinación a San Miguel
(Por Soledad Baleztena) –
El domingo 12 de junio partimos de Pamplona a las ocho de la mañana, con ánimos e ilusión por hacer la peregrinación anual a San Miguel de Aralar. Llegamos en coche a Madoz, desde donde saldría la expedición de peregrinos; al llegar nos encontramos con un camino por delante y una tormenta por encima, pero también con muchos valientes dispuestos a no dejarse vencer por ella. Atravesamos un bosque experimentando el dicho de: “quien bajo un árbol se cobija, dos veces se moja” y una vez pasado el bosque seguimos nuestro camino por un claro desde el que se alzaban montañas allá donde mirásemos. El último de nuestra alegre expedición, Sancho, portaba el cristóforo coronando un paisaje tan bonito, verde y montañoso. Alrededor de las once paramos a almorzar acompañados del “dulce y melodioso” sonido de los toros y las vacas que nos rodeaban. Reanudamos la marcha y ya de un último tirón llegamos a San Miguel donde, lo primero que hicimos, fue asistir a la Santa Misa junto con los que habían llegado en coches. En San Miguel nos juntamos personas de todas las edades desde carlistas benjamines hasta veteranos pasando por un gran número de jóvenes. Tras la Misa, nos quedamos a comer en el refugio; los pequeños y jóvenes tras la comida salieron disparados a inspeccionar las montañas mientras los mayores estuvieron disfrutando de la sobremesa. Finalmente, hacia las cuatro y media entramos de nuevo en la basílica a rezar el Rosario a nuestra Santísima Madre y a renovar la consagración de las juntas carlistas al Arcángel San Miguel.
Así, finalizó la peregrinación, de la que, una vez más, todos volvimos a nuestras casas esperando poder reunirnos pronto en otra actividad para honrar a Dios, la Patria y el Rey.
