OPINIÓN: Núcleos de Lealtad
(Por Fernando Miguel Marín) –
La izquierda española vuelve otra vez a la carga contra los ¨ sentimientos religiosos¨, lo cual debemos de extrapolar tan solo hacia el sentimiento religioso católico.
Durante años toda la clase política española se dedicó de dar lecciones contra aquellos que alzaban la voz contra el islam, ni desde una postura racista o racial. Si por contra, contra una cultura que nada tiene que ver con la nuestra y contra una religión que ni duraría en acabar con nuestra forma de vida o nuestra propia Fe.
Poniendo en situación al lector, nos encontraremos que el problema es lejano y data del año 1996, cuando en España y gracias al Gobierno de José María Aznar, necesitábamos mano de obra por la cultura del pelotazo inmobiliario.
Con Zapatero, nació primero aquella famosa ayuda al cheque-bebé, su medida estrella en política social y que permitió que miles de musulmanes se animaran en tener hijos. El Estado les daba nada más y nada menos que 2.500 euros por niño nacido.
Lo arreglo con la nacionalización masiva de estas personas y donde políticos de toda índole aprovechan para hacerse la foto y ganarse él voto de estos nuevos ciudadanos, acompañado, eso sí, de la promesa electoral de ayudas sociales por doquier.
Una década después y con un organigrama bien diseñado, ya era demasiado tarde para frenar la que nos venía encima. La palabra ¨ islamofobia¨, calaba como un mantra, siendo mal visto defender otra postura que no entrase dentro de sus esquemas pragmáticos.
Se habían adueñado de barrios, de tiendas de toda la vida y en algunos casos era y es prácticamente imposible vivir en algunos municipios donde impera su ley.
Los ataques contra la Fe católica se multiplicaron y solo un pequeño reducto de gente se manifestaba en oración contra los sacrilegios y ofensas que recorren toda la geografía de la piel del toro.
Tenemos abiertos tres frentes de batalla:
1. Una nueva reconquista silenciosa por parte del enemigo islámico, que a través de su alta natalidad, su invasión migratoria hacia nuestras costas y su dominación en algunos municipios hacen de ellos un enemigo visible y real.
2. La clase política imperante quienes legislan dando ayudas de nuestros bolsillos para un ejército que en cuanto pueda acabará con nosotros sin ninguna piedad.
3. Del mismo modo, esta clase política, redacta leyes contra el sentimiento religioso mayoritario del pueblo español y este último las acata como si la cosa no fuese con ellos.
También siendo la situación agónica, no todo está perdido y podemos dictaminar que existe un Núcleo (no muy mayoritario) que mantiene una Lealtad para con sus tradiciones.
Los Núcleos de Lealtad:
Es necesario que los componentes de estos núcleos, entiendan que estando todo perdido, es más necesario que nunca hacer una oposición frontal con todos los medios necesarios para crear una ¨Comunidad¨.
1. Dicha Comunidad, política y social tiene que crecer, bien mediante la propaganda, bien en las parroquias o en círculos íntimos.
2. No necesariamente este Núcleo debe de estar conectado con otros, ya que la discreción del ejército silencioso debe de ser una prioridad, tanto para salvaguardar su integridad, así como de las acciones que se lleven a cabo.
3. Es necesario hacer un revulsivo en la forma de comunicación, para que nuestro mensaje llegue para aquellos que no nos conocen y que sepan que aquí tienen su trinchera.
4. Un ataque = Una respuesta. Si quitan una cruz, nosotros pondremos una. Y además al día siguiente. Si atacan una Iglesia, haremos un acto de reparación y de oración tan rápido como nos sea posible.
Inclusive hacer guardias para defender la propiedad ante recientes ataques.
Tarea ardua y compleja la que se nos avecina, pero elaborando los tres primeros puntos, el último se desarrollara solo.
De nosotros depende ser Soldados de Cristo y defender nuestra Fe contra el enemigo invasor y contra los lacayos que los protegen y animan para acabar con nosotros.