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23 de junio de 2018 0 / / / /

No, no es el mercado, ¿o sí?

En tiempos recientes hemos vivido la desamortización de las cajas de ahorros.

Igual que ocurrió en el siglo XIX, estamos viviendo desamortizaciones una detrás de otra. Un robo menos evidente, sin darnos cuenta, en nombre de la libertad de mercado, de la conveniencia política y de otras mil mentiras, está ocurriendo que las propiedades colectivas van pasando poco a poco a manos privadas, a manos de los más ricos.

Con la intervención de todos los factores económicos y la complicidad de los políticos hemos visto como las cajas de ahorro nacidas en el seno de la propiedad común y diversa y casi todas siendo a la vez montes de piedad, han pasado a ser controladas por los bancos que las han absorbido.

Lo que eran asociaciones sin ánimo de lucro, cumpliendo una acción social de primer orden, su patrimonio, su fondo de comercio y sus clientes dependen ahora de sociedades mercantiles controladas por unos pocos. Y esto es una desamortización. Un robo.

Y como en el XIX, propiedades colectivas y al servicio de todos (no solo de la Iglesia), pasaron a las manos privadas de los burgueses de la época o capitalistas o políticos ventajistas. Un exito del liberalismo.

A finales del XX y en la actualidad, ya mucho más descarada y sibilinamente ese fenómeno se ha multiplicado.

Veamos otros ejemplos:

El saqueo de la Seguridad Social. Otra desamortización. Otro robo.

La función social y distributiva de la Seguridad Social, por arte de biribirloque está desapareciendo, veamos:

Un trabajador medio cotiza obligatoriamente a la Seguridad Social durante unos 35 años. De los frutos de su trabajo aporta aproximadamente un 30% al sistema para atender principalmente a su salud familiar y para su jubilación. Nos olvidamos ahora de otras cotizaciones que han servido principalmente para otros robos y corrupciones (formación, fondo de garantía salarial, etc.).

La salud familiar.

La ampliación de la cobertura sanitaria a todo el mundo, a todos los que viven en España (sean de aquí o no, hayan aportado o no, etc.), va produciendo poco a poco el abandono de todo los que pueden del sistema. ¡Albricias¡: contratan seguros sanitarios privados. Normalmente en manos de unos pocos.

La jubilación.

Cada trabajador ha aportado un dineral en todos esos años por contingencias comunes, entre ellas su jubilación, a un fondo común. Ese fondo prácticamente ha desaparecido. Los políticos lo han saqueado y ahora nos dicen que, en el mejor de los casos, el Estado se hará cargo y pagará las jubilaciones.

Que no. Que lo que ha puesto cada trabajador y por imperativo legal, ha desaparecido. Ahora nos dicen que las pensiones se pagan con lo que aportan los cotizante actuales. Mentira. Mentira sobre mentira que, en el mejor de los casos ocultaría una estructura piramidal. Que no, que queremos cobrar con lo que hemos aportado. Que es nuestro. Que no queremos contratar un plan de pensiones. Que esto es caer en manos de unos pocos. En fin, otra desamortización.

Estamos viviendo ahora el proceso desamortizador de los taxis por Uber y otras empresas VTC, que son empresas multinacionales, que aparentemente dan servicios de calidad y explotan descaradamente a sus flamantes trabajadores.

No quiero desalentar con otros ejemplos. Desamortizaciones, ….. robos descarados.

Tras el divorcio, el aborto, la cercanía de la eutanasia, el recorte de las libertades concretas y la aniquilación de la Patria, creo que la Revolución, que es insaciable, atacará la propiedad privada.

La madre de todas las desamortizaciones, en donde se dan la mano democratas, conservaduros, demoniocristianos, marxistas y capitalistas. Todos liberales a los que los españoles de siempre, tras padecer… los derrotaremos.

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