18 de abril de 2023 2

Las abortistas son las esclavas del capitalismo

(Por Francisco Segarra) –

Es muy sencillo: las abortistas producen gratis materias primas para todo tipo de industrias globales. Entre estas materias primas, cabe destacar el tejido fetal y los órganos humanos.

El sueño de toda empresa es no pagar por la materia prima, tenerla en abundancia y que quienes la producen no cobren, lo cual, como es sabido, se llama esclavitud. Las abortistas, pues, no son en absoluto comunistas: un comunista, incluso un buen socialista, jamás aceptaría que un obrero no cobrase su salario. O que un proveedor no cobrase por su producto o servicio.

Las abortistas son las tontas útiles del más perverso de los capitalismos

Sí, se trata de un capitalismo criminal. Tengo algún amigo, aguerrido y valiente reportero, que, como periodista, me cuenta que él no se atreve, ni NADIE en el mundo se atreve, a destapar la verdad, con nombres, apellidos y cifras, de la monstruosidad del aborto.

Es lógico porque, en síntesis, el proceso de esclavitud de las feministas abortistas es el siguiente:

Multinacionales médico farmacéuticas, de la cosmética, de la alimentación y otras muy poderosas -incluso militares- financian no solo a las Planned Parenthood de turno (el proveedor de órganos y tejido fetal que cobra a las empresas, pero no paga a las esclavas que se creen libres por abortar), sino que financian a los grupos y partidos feministas, a través de ayudas a gobiernos, ayuntamientos y comunidades (pregunten a Colau o Ayuso), ONG’s y demás chiringuitos vinculados a la ONU y la OMS.

La ideología feminista incrustada en todos los partidos de izquierdas y derechas (pregunten a Maroto y Feijóo) es muy rentable para esos mismos partidos porque cobran por difundirla muy buen dinero. Eso sí, a través de todo tipo de sociedades pantalla. Lo del Tito Berni o el asesinato de Rita Barberá son solo bromas de mal gusto al lado del poder criminal de estos grupos multinacionales y de sus cómplices políticos y mediáticos.

En otras palabras, si usted tira de la manta sobre quiénes son en España los de la patronal del aborto -se sabe, claro, pero, repito, nadie se atreve a investigar- y sobre qué hacen y de quiénes cobran, se va a encontrar usted con las multinacionales que menciono al principio y algunos estados muy poderosos, por no hablar de FAMILIAS muy poderosas, metidas también en el otro gran mundo del gangsterismo moderno: el tráfico de drogas, cuyo guardia urbano es la propia DEA estadounidense. Guardia, juez y parte.

Con el aborto sucede exactamente lo mismo. Y nadie, ni siquiera los más tenaces provida, se meterán en ese infierno.

En cuanto al tráfico de órganos, es de una crueldad inimaginable y, como digo, lo manejan los mismos elegantes caballeros. Y damas, no las olvidemos.

El feminismo, para terminar, es un invento capitalista

El llamado “sufragismo”, también: aumento del número de votantes para comprar el voto. Aumento del número de productores/as para pagar un sueldo por cada dos personas. Sencillo, insisto. Y las mujeres, cuya complejidad en lo sentimental las hace ingenuamente torpes en lo racional, han tragado con tales cuentos… Y las que triunfan según el mundo -de los hombres- lo hacen a costa de su libertad, de su familia y de su felicidad. Cambian hijos por EBITDA.

Solo nos queda rezar el Rosario. Sí, el Santo Rosario en concreto, porque es la oración de la Santísima Vírgen María, a quien temen todos los demonios y todos los infiernos, porque pisa la cabeza de la serpiente antigua. A los endemoniados les duele la nuca, o la tienen muy sensible. (Las abortistas deberían mirarse el cuello, por cierto). El Rosario frente a Lucifer, el CEO de los diablos. Recémoslo en todas partes, en la calle, hoy, más que nunca. Amén.