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La garra pagana del nacionalismo vasco
(Por Porfirio Gorriti) –
La mano de Irulegui es un precioso descubrimiento en un enclave geográfico navarro, cuya instrumentalización y sobredimensión por el nacionalismo vasco, falsedad en esencia, ha comenzado desde su primera comunicación pública. La función del objeto era indudablemente ornamental, su datación cronológica se ha establecido en un siglo antes de Jesucristo y su relevancia proviene de sus grabados en alfabeto ibérico. La mano de Irulegui no es, ni mucho menos, el único vestigio histórico de estas características; si bien, es indudablemente una joya arqueológica. Una pequeña joya dentro del tesoro que es la historia milenaria de la nación más antigua de Europa que es España. Tal como se ha bombardeado en los medios informativos generales, la mano de Irulegui puede convertirse en un objeto excepcional si el tamiz del tiempo confirma que se trata realmente del registro escrito más antiguo en lengua vasca, ya que muy pocos científicos son capaces de interpretar y discriminar los matices fonológicos que corresponden al arcaico alfabeto ibérico. En nuestro blog tomamos como cierta la hipótesis del origen vasco de las inscripciones que posee el objeto para sostener que este dato no cambia absolutamente nada sobre las verdades antropológicas del origen arcano del vascuence, tal y como se llamó durante siglos en lengua romance española a lo que hoy se llama euskera.
El dogma nacionalista sostiene que la raza vascoparlante tiene su raíz neolítica en ambas vertientes del Pirineo navarro, pero las evidencias científicas son demoledoras para este fundamentalismo, pues estas indican que el habla vasca llegó a los actuales País Vasco y Navarra desde tierras orientales del Ebro, expandiéndose a Francia en época posterior. Estas conclusiones están basadas en la traza de las inscripciones pétreas funerarias de raíz lingüística vasca. A la ausencia de la constatación histórica de la lengua vasca hasta época relativamente reciente en el actual Euskadi, se la ha denominado vasconización o euskaldunización tardía y la maquinaria del poder del nacionalismo vasco, con el Partido Nacionalista Vasco como alma máter, la combate con todas sus fuerzas. El PNV siempre ha situado a líderes inteligentes al frente de la estrategia cultural-informativa, lo que lo ha consolidado en el poder social de nuestros días. Sus líderes maniobraron impíamente en la tormenta de los tiempos y su evolución ideológica, desde un catolicismo beligerante y excluyente hasta el ateísmo y la idolatría, es la historia centenaria de un triunfo abyecto. Su trayectoria histórica es la antitética del tradicionalismo vasconavarro, derrotado política y sociológicamente en la postmodernidad y prácticamente aniquilado hoy. El desenterramiento y exhibición pública de La mano de Irulegui no es una casualidad, sino el fruto del control transversal del poder político de la Administración, medios de comunicación y equipos pseudocientíficos subvencionados.
La tragedia de la idolatría contemporánea en la región vasconavarra ya la hemos abordado en nuestro blog [https://www.ahorainformacion.es/blog/la-idolatria-del-olentzero/]. Sobre la tragedia de la manipulación y desinformación de nuestros tiempos, con el periodismo libre e independiente asimismo aniquilado, nada debemos añadir a nuestros selectos lectores. Estamos asistiendo a la creación de un nuevo dogma nacionalista: el monte de Irulegui como última resistencia natural vasca, masacrada por un imperialismo romano antecedente de la opresión del estado español. Puede ya afirmarse, sin temor a equivocarse, que La mano de Irulegui es el nuevo ídolo de adoración para quien tiene en la identidad social vasca el timón de una esqueletizada espiritualidad. El nacionalismo vasco ha vendido su alma al diablo para obtener el poder terrenal y mantiene una fuerza electoral decisiva, pero su inexorable destino es la caída y el fuego.
Las masas radicales cuya mundanal vida ha girado en torno al aberrante ideal de luchar contra la opresión de España tienen ya una edad muy avanzada, sin recambio generacional proporcional. Las masas convencionales que componen la rama troncal del PNV ya no crecen bajo la sociología del fértil postfranquismo y el ideal de la independencia de Euskadi como proyecto trascendente vital se va diluyendo como un azucarillo en agua fría. Un número creciente de jóvenes vascos vaga sin rumbo por nuestro mundo globalizado y la mitología es una luz mortecina que alumbra sin brillo a la nada. El fin de los nacionalismos regionales en España ha empezado ya su cuenta atrás, porque toda ideología humana tiene su final marcado por los grandes cambios evolutivos sociales.
El vascuence milenario constituye la raíz viva más ancestral de España. Las gentes vascas, junto con el resto de los españoles, engendraron una nación católica fundamental en la historia de Europa y de la Cristiandad. Dios quiera que, en tiempo cercano venidero, los vascos corten la garra pagana del nacionalismo vasco y recorran nuevamente el Camino, la Verdad y la Vida que solo son posibles asidos de la mano de Jesucristo.
Lecturas recomendadas:
Vasconia españolísima de Monseñor Zacarías Vizcarra Arana, fallecido en 1963. La obra que tuvo dos ediciones (1939 y 1971, en la ministerial Publicaciones Españolas) fue objeto en el País Vasco de una auténtica purga durante la Transición. El principal valor de este libro son las pruebas abrumadoras que aporta sobre la colonización vasco-española del actual País Vasco francés en la Alta Edad Media. Sería urgente su reedición actualizada.
Biografía no autorizada del PNV del escritor navarro Fernando Vaquero. Obra editada en el año 2022 por la joven editorial Pompaelo. El libro aporta un análisis sistemático de la historia, quintaesencia y maquinaria del Partido Nacionalista Vasco, a través del cual se denuncia la paranoica y mendaz construcción de la patria vasca con su postrera traición al catolicismo. Deseamos el mayor éxito tanto a la editorial como al autor.