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24 de marzo de 2019 0

La familia Martínez-Fortún dona al Ayuntamiento su archivo, que comprende documentación a lo largo de seis siglos

La familia Martínez-Fortún ha donado al Ayuntamiento de Valladolid el archivo que conservan con miles de documentos que abarcan desde el siglo XV hasta finales del XX y que recogen abundante información sobre esta familia en particular, hechos históricos como el carlismo o la Guerra de Cuba y sobre la burguesía vallisoletana.

La familia Martínez-Fortún ha donado al Ayuntamiento de Valladolid el archivo que conservan con miles de documentos que abarcan desde el siglo XV hasta finales del XX y que recogen abundante información sobre esta familia en particular, hechos históricos como el carlismo o la Guerra de Cuba y sobre la burguesía vallisoletana.

El alcalde de Valladolid, Óscar Puente, en compañía del director del Archivo Municipal, Eduardo Pedruelo, ha recibido de forma oficial el archivo de la familia Martínez-Fortún, que ha sido donado al Ayuntamiento de Valladolid por Eduardo Martínez-Fortún Medrano por sí y en nombre de sus hermanos, para su conservación permanente en el Archivo Municipal.

Este “valioso” archivo familiar, como ha recalcado Puente, contiene más de cuatro metros lineales de documentos, equivalentes a unas cuarenta cajas de archivo, y más de 2.300 fotografías en distintos soportes –placas de vidrio, negativos en película, positivos en papel–.

Alberga vestigios de cinco siglos –desde el XV hasta mediados del XX) de historia de la familia Martínez-Fortún; una familia cuyos orígenes se remontan a la Navarra del siglo IX, y que llegó a Valladolid en el siglo XIX procedente de Cuba.

Óscar Puente ha reiterado el agradecimiento del Consistorio a la familia por “el gesto que ha tenido”, al tiempo que ha definido este momento como “histórico” por el valor e importancia que le da a este archivo. Asimismo, ha garantizado que el legado “se mantendrá vivo” y a disposición de los investigadores.

Por su parte, Eduardo Martínez-Fortún, que era el custodio del archivo familiar hasta su donación, ha explicado que ahora lo deja en “las mejores manos posibles” para que pueda mantenerse “mucho más tiempo, otros 500 años”, como ha confiado tanto él como el director del Archivo.

Martínez-Fortún ha agradecido el trato recibido por parte de Pedruelo, que le ha aclarado las dudas que tenía sobre el aspecto legal de la donación y su almacenamiento, algo que ha recordado que es importante pues considera que las viviendas actualmente no están concebidas para guardar este tipo de documentos, que “pueden acabar en manos de anticuarios o en mercadillos de viejo”.

Eduardo Martínez-Fortún ha explicado que primero “husmeó con curiosidad” el archivo, cuando lo recibió de su tía María Luisa, pero posteriormente se ha sumergido en su estudio sobre las evoluciones de sus antepasados, a los que en muchos casos cree que tiene “la sensación de conocer”.

El archivo consta de dos partes claramente diferenciadas, con un primer bloque con documentación desde el siglo XV hasta finales del XIX, aunque predominantemente del siglo XVII, que corresponde a diferentes familias –Docampo, Velázquez, Villafáñez, Muñoz, Barrio, Contreras, Alonso, Santander y otras– cuyos mayorazgos fueron a parar a la familia Martínez-Fortún después de la muerte, en 1637, de Lucas Velázquez, su último poseedor.

Se trata de una documentación muy variada, en la que se encuentran casi todos los tipos documentales característicos de los archivos familiares.

INFORMACIÓN GENEALÓGICA

Destaca la “rica y abundante” información de carácter genealógico, como ejecutorias de hidalguía, pruebas de limpieza de sangre, árboles genealógicos, junto a la que se encuentra información sobre la administración de los bienes que forman parte de los mayorazgos (entre los que destacan determinadas haciendas radicadas en la provincia de Segovia).

El segundo bloque, con documentación más moderna, desde el último cuarto del siglo XIX hasta mediados del siglo XX, se refiere mayoritariamente a los Martínez-Fortún, herederos de los mayorazgos anteriores. Entre esta documentación se encuentra abundante información sobre el carlismo, sobre la familia Borbón y los descendientes deCarlos María Isidro –primer pretendiente carlista–, sobre los distintos militares de la familia, sobre Cuba y sobre la burguesía vallisoletana del siglo XIX y de comienzos del siglo XX.

Destaca en este bloque la información relativa a figuras singulares de la familia como don León Martínez-Fortún y Erlés, que fue comandante general de Álava, conde de San León, y ayo de Jaime de Borbón y Borbón-Parma –Jaime I, pretendiente carlista– y los hermanos Francisco, José María, Mariano y Carlota de Cossío Martínez-Fortún.

Entre los documentos más valiosos del archivo se ha destacado, entre otros, las nueve ejecutorias de hidalguía de los siglos XVI y XVII, y la espléndida colección de fotografías familiares de los siglos XIX y XX.

Todos estos documentos, como ha explicado Eduardo Pedruelo, están sometidos a estudio y digitalización en el Archivo Municipal para poder ser puestos a disposición de los investigadores y los ciudadanos en los próximos meses.

Fuente: La Vanguardia
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