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28 de abril de 2020 0

“El nimbo y la pluma”: grandes custodios de la doctrina católica.

Recién aparecido, el libro EL NIMBO Y LA PLUMA: GRANDES CUSTODIOS DE LA DOCTRINA CATÓLICA inaugura la nueva Colección San Agatón, del sello editorial Letras Inquietas. Entrevistamos al autor, José Antonio Bielsa Arbiol, historiador, escritor y locutor radiofónico.

¿De qué trata El nimbo y la pluma, su tercer libro?

El nimbo y la pluma es una amena iniciación a los tesoros literarios de la tradición católica, a través de la presentación de catorce de sus más prominentes héroes nimbados… pluma en mano. De San Atanasio de Alejandría a Santo Tomás de Aquino, la franja cronológica contemplada en este libro va del año 300 hasta el fallecimiento del Aquinate, en 1274.

¿Qué figuras son estudiadas en el libro?

Los nombres de los Santos escritores nimbados seleccionados son bien conocidos entre los teólogos e historiadores eclesiásticos, aunque cada vez se hable menos de ellos. Puesto que había que hacer una selección, teníamos que escoger a los más prominentes, y tras un largo análisis y cotejo, llegamos a la conclusión de que los autores indispensables a tratar debían ser San Atanasio de Alejandría, San Gregorio Nacianceno, San Basilio Magno, San Ambrosio de Milán, San Juan Crisóstomo, San Jerónimo de Estridón, San Agustín de Hipona, San Pedro Crisólogo y San León Magno, de la Edad Antigua; y San Gregorio Magno, San Isidoro de Sevilla, San Anselmo de Canterbury, San Buenaventura de Fidanza y Santo Tomás de Aquino, de la Edad Media. Ni que decir tiene que todos ellos son Doctores de la Iglesia.

¿Por qué culmina su andadura en Santo Tomás de Aquino, sabiendo que en los siglos posteriores han proliferado otras insignes figuras?

Acertada observación. Efectivamente, decidimos poner punto y final a nuestro viaje con Santo Tomás de Aquino en cuanto el Doctor Angélico supone la máxima expresión de la Tesis Católica. Dejamos fuera del libro así a figuras posteriores tan significadas como Santa Catalina de Siena, San Bernardino de Siena, San Felipe Neri, Santa Teresa de Jesús, San Juan de la Cruz, San Roberto Belarmino, San Francisco de Sales, San Luis María Grignion de Montfort, San Alfonso María de Ligorio o San Pío X.

¿Quién es el potencial destinatario de esta obra?

Prioritariamente el hombre y la mujer de la calle, sin tiempo ni vigor suficiente como para acometer largas y prolijas lecturas de las fuentes originales, cuyo estudio y análisis, no nos engañemos, es una labor de muchos años y hasta décadas de trabajo.

¿Cree que el católico de a pie está falto de formación en estos temas?

Muy probablemente. La cuestión es: ¿qué leen hoy los católicos? Consideré desde un principio que el lesivo dinamismo del mundo moderno y la huida de la razón, así como la precaria condición del hombre de nuestro tiempo –de ordinario privado de las bellezas del silencio y la contemplación– debían vehicular nuestro plan de trabajo, sumamente pragmático en cuanto debía ir dirigido al lector postmoderno no iniciado. Para animar y dar vida a este ambicioso plan ha sido preciso un gran trabajo de simplificación.

¿Qué metodología ha seguido para dar forma al libro?

El libro está dispuesto en dos partes: “Edad Antigua” y “Edad Media”. En dichas partes, se insertan los estudios detallados de cada autor estudiado. Junto al breve comentario del contexto histórico y la semblanza histórica de los personajes, hemos detenido nuestra atención en sus obras escritas y en las aportaciones doctrinales de éstos.

Por último, ¿por qué recomendaría a la gente leer este libro?

Por su carácter pionero en el contexto editorial español de los últimos años. El nimbo y la pluma no es un libro de mera apologética, puesto que no tiene necesidad de hacer apología de nada: la Verdad debe ser mostrada abiertamente, sin andadores, por cuanto se sostiene por sí misma. Este libro aboga abiertamente por la recuperación “auténtica” de los grandes custodios de la doctrina católica, destacando sobre todos ellos la figura del Doctor Angélico, puesto que al igual que decimos que “Todos los caminos conducen a Roma”, con mayor razón debemos afirmar que “Toda filosofía correcta conduce al Doctor Angélico”.

José Antonio Bielsa Arbiol: El nimbo y la pluma. Letras Inquietas (abril de 2020)

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