El fraude del reciclaje
(Por Javier Garisoain) –
El reciclaje se ha convertido en el negocio del siglo, o al menos, en un negocio inevitable y creciente debido a dos razones. Por un lado, en el origen de todos los procesos de fabricación o producción de bienes materiales hay una fiebre consumista, una publicidad desaforada y un dispendio gigantesco en envases. Y por otro lado, al final de la cadena, se pierden unas cantidades ingentes de energía en concienciar, separar y transportar la basura en lugar de invertir todo ese esfuerzo en el tratamiento de los vertederos.
Todo el esfuerzo que se hace -cada vez más por obligación y bajo amenaza de multa- en separar los deshechos es en gran medida es un trabajo inútil. Y cada vez compensa menos al consumidor medio que no gana nada con ello más allá de la comodidad instantánea que aportan el usar y tirar, la cocina rápida, el abre fácil y la comida basura.
Hay negocio en todo este proceso, un gran negocio, y por eso la misma propaganda lo vende como sostenible y reciclable. Unos hacen negocio con los productos basura. Otros, al final de la película, buscando los últimos vertederos, aquellos en los que ya no se recicla nada. Como esos que dicen que han enriquecido durante décadas a las mafias del sur de Italia.
Si en vez de la cultura consumista del usar y tirar se primara el trabajo artesano y de calidad habría menos residuos. Si en vez de una globalización que lleva a Vizcaya hierro de China o a Valencia naranjas sudafricanas habría menos contaminación.
Suena muy bonito eso de la aldea global, el libre comercio y la disponibilidad barata de tonterías exóticas, lo que no se suele considerar mucho es que la basura también se ha globalizado. Por cada contenedor de productos transoceánicos que viene para acá quemando gasóleo hay otro de material reciclable que no está muy claro dónde terminará almacenándose. La psicología refranera lo explica con claridad, tanto para las personas como para las ciudades: ojos que no ven, corazón que no siente. En cuanto perdemos de vista la bolsa de la basura deja de ser nuestro problema. En este momento lo fácil es pagar por exportar la hez propia a cualquier vecino pobre. Pero si cada ayuntamiento, o cada barrio, tuviera que gestionar su propio vertedero ¿no se las ingeniarían para reducirlo? La solución para los vertederos tiene que estar ahí, en el ingenio y la ingeniería. Estoy convencido de que si toda la energía y recursos que se dedican a concienciar, separar, poner contenedores de colorines y transportar de aquí para allá todas las basuras se concentraran en una verdadera ingeniería para el reciclado de vertederos, saldría a cuenta. Seguro. Claro que para que todo esto se enderece tendría que importarnos el futuro de nuestros hijos. Y si no hay hijos…
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4 comentarios en “El fraude del reciclaje”
María
Suscribo. Primero nos conciencian con montones de cosas para que reciclemos y luego esa basura hay que tirarlas.
Quienes acumulamos juventud recordamos cómo las cosas se arreglaban y no se tiraban como ahora. Se valoraba que fueran de calidad y buena factura y que no pasaran de moda dentro de la misma temporada. La ropa se arreglaba y se ‘heredaba’ Las oenegés son contrarias a estas herencias, entrar en el test de declararnos pobres.
Alguna incoherencia veo en el uso de las dichosas bicis… de repente tenemos que ir en bici al cole, cuando antes íbamos a pie… y habrá que poner un estacionamiento de bicis en cada colegio.
Otro gran productor de basura es la comida envasada. Ya no se cuecen los garbanzos, no se guisa apenas… al desaparecer las madres de familia a la antigua usanza que esas sí que hacían economías en el presupuesto familiar y estaban ahí para sus hijos y su marido.
El cambio de modelo repercute en una menor calidad de vida y también la hace más cara.
Por no incidir en lo que esto influye en el matrimonio… ‘reciclable’.
Las mujeres trabajamos para consumir más… o eso es lo que nos venden
Saludos
Ignacio Marti
Buenos días,
En cuanto al cítrico valenciano frente al sudafricano,!tan solo se pide igualdad de medidas fitosanitarias, es decir, que la fruta en África se trate con los productos permitidos en Europa, y que el producto que se exporte a África tenga las puertas igual de abiertas que en Europa.
Pero no el lobby Holandes es más fuerte que el sector agrario español.
Esa es la defensa de nuestros gobernantes frente a la Europa de los Países Bajos, si el Duque De Alba levantará la cabeza….
Un saludo
Jor
Toda la razón. Incluso, más preferible que esta industria actual del reciclaje levantada por el marketing, sería que todos estos posibles vertederos más enfocados en el reciclaje y el acondicionamiento de mercancías defectuosas significarían más empleo para artesanos. Porque reciclar sería una artesanía, y el hecho de que hoy en día se promueva el simple acto de separa en colores la basura no hace un buen uso de lo que la gente demandaría que se hiciera con esa materia prima, pero en cambio un artesano particular lo haría mejor que un plan estatal de reciclaje usual.
Ana María
Totalmente de acuerdo con María. En esta sociedad todo lo hacemos deprisa. Se trabaja, se lleva la casa, se viaja, se sale con amigos, se hace deporte ….Y se consume deprisa, no sea que nos quedemos rezagados. Si nos paramos un poco y se volviera al modelo tradicional de familia podríamos consumir lo más lujoso de esta vida, nuestro TIEMPO,.
Tiempo para disfrutar guisando ( que nos han dicho que es lo peor, pero llega a ser muy entretenido), para estar relajadamente en familia viendo una película, para pasear. Todo ello gratis. Porque las mejores cosas de esta vida son gratis, y no hacen desperdicios.