Revista AHORA INFORMACION nº 172. Septiembre-octubre 2021
(Editorial) –
Desenmascarando las mentiras del indigenismo
Los indigenistas -como hacen todas las ideologías- no han venido para beneficiar a ningún supuestamente desfavorecido y pobrecito indígena amerindio sino para levantar, con mentiras y cuentos, el espantajo de una nueva división en una Hispanidad ya de por sí dividida. Lo explica perfectamente Marcelo Gullo en la interesante entrevista que publicamos en este número de Ahora información. El indigenismo es el último engaño que están difundiendo los beneficiarios de la leyenda negra antiespañola para seguir sometiendo a los pueblos hispanos sumiéndolos en el auto-odio y el vacío. El recurso a un pasado mítico, reinventado y endulcorado responde al intento patético de unos políticos anticatólicos y antiespañoles que pretenden sustituir de esta forma artificial las raíces auténticas de la Monarquía Católica que se esfuerzan en arrancar día a día.
Los nuevos movimientos indigenistas hispanoamericanos, creados y sostenidos a veces con descaro por elementos europeos de pura raza caucásica, no son sin embargo nada nuevo para un conocedor de nuestra historia reciente. ¿Qué son al fin y al cabo los separatismos centrífugos euskadiano o catalanista sino una especie de indigenismos peninsulares? La utilización de las peculiaridades étnicas o lingüísticas como arma política no son algo que se hayan inventado ni Evo Morales ni los mapuches “made in England” del siglo XXI. Unos y otros son una prueba más de cómo el mismo patrón de odio liberal-marxista, detrás de su discurso de falsa fraternidad universal, puede alimentar no sólo la lucha de clases, o no sólo la de los sexos, sino también el rencor racial.
La realidad histórica sin embargo, la que conocen los historiadores serios, es que esos llamados indígenas primigenios, ya fueran aimaras o vascos, vivieron pacíficamente durante siglos integrados en la gran Monarquía Católica y que llegado el momento fueron los más leales defensores de la legitimidad. Y la realidad geográfica, la que entiende cualquiera que sepa abrir los ojos, es que todos somos indígenas, porque todos tenemos nuestra idiosincrasia y que no por ello hemos de considerarnos ni mejores ni peores que otros.
A la realidad misma de las cosas nos debemos. Servirla es nuestra razón de ser. Vaya pues con esta revista nuestra pequeña aportación en esta lucha por la verdad.