Seguir el blog (Follow.it)¡Cuida! (Que Alguien Haga Algo Nº50)
(Por Javier Garisoain) –
Hay personas que se pasan la vida cuidando a los demás, protegiendo al débil, auxiliando a los pobres, a los enfermos, a los niños y a las viudas. No tienen caballo ni son andantes pero su profesión y su vocación (que dan la felicidad cuando ambas van de la mano) les obligan a ello. Hay otros que nunca pensaron en llegar a ser cuidadores profesionales, ni sanitarios, ni policiales, ni sociales, pero hubieron de serlo forzados por las circunstancias en la familia o la empresa cuando había que cuidar a los abuelos, o a los hijos, o a los empleados. Estos también son felices cuando entienden que la felicidad consiste en desear lo que se tiene y no en amar lo que se desea. Y luego están, o estamos todos los demás, que corremos el riesgo de pasar por la vida inevitablemente cuidados pero sin cuidar a nadie.
Es fácil pensar que quien necesita cuidados es el débil. Y sin embargo, cómo cambiaría el mundo si cuidáramos un poco más a los fuertes. Para que no dejen de ser fuertes, para que sean más fuertes si cabe, para que a su vez cuiden a otros cada vez más y mejor. Cuidar al cuidador es un propósito clásico en el mundo de la atención sanitaria y habría que extenderlo a todos los demás ámbitos: al educativo, al familiar, al defensivo, al económico, al político. Un cuidador descuidado es un peligro público especialmente cuando se endurece porque entonces ni cuida ni deja cuidar. Algo de esto está pasando con los higiénicos comités públicos y las ONGdG (organizaciones no gubernamentales del gobierno) cuando se comen a las viejas instituciones de caridad; cuando regulan, tasan y pesan los cuidados voluntarios que antes se hacían con una mano sin que lo supiera la otra; cuando no conciben un cuidado que no tenga su correspondiente reflejo propagandístico en las redes sociales.
Cuidar, en definitiva, es algo que está en todas partes, al alcance de todas las manos y de todos los bolsillos porque cuidar es querer el bien, es prevenir, es reparar, es amar.
(Publicado en Ahora informacion 171)