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Ad Maiorem Dei Gloriam. Sobre el proceso de canonización del padre Huidobro

(Por Porfirio Gorriti) –

La noticia del proceso de canonización del jesuita Fernando Huidobro Polanco, estalla como el obús republicano que acabó con su vida terrenal el 11 de abril de 1937. La Iglesia Católica cumple su misión cuando se enfrenta a un pulso social que se aleja de Cristo, mientras se descompone cuando se transforma en un poder más de la sociedad. En nuestro período actual, contemplamos la apertura de numerosos procesos de beatificación de mártires de la guerra civil española, una de las mayores persecuciones que ha sufrido el cristianismo en los últimos siglos. El caso de Fernando Huidobro parece tener una connotación especial, dados los antecedentes históricos que acompañaron a su ministerio sacerdotal. La elección de la figura de un jesuita legionario aparece en la España de hoy como un acto inaudito de la Iglesia Católica frente a sus enemigos seculares, hoy dueños del poder ejecutivo y de las instituciones de la nación. Posiblemente, el aspecto interno más incisivo de este proceso es el protagonismo de la Compañía de Jesús, la congregación religiosa con mayor peso específico en Roma.

Los jesuitas padecieron una crisis explosiva nuclear en la modernidad, siendo que el humo y el fuego no han desaparecido todavía del todo entre sus miembros, algunos de los cuales fueron líderes de la malhadada Teología de la Liberación. La Historia está aliada con el Tiempo y emite sus juicios desapasionadamente; si la guerra hubiera sido ganada por el bando republicano- marxista, la Iglesia española habría sido reducida a cenizas en toda la faz ibérica y sus miembros abrasados con ella. El Siervo de Dios Fernando Huidobro vivió aquel tiempo terrible y consagró su vocación martirial en la comunión con los hombres que daban su vida en el frente y posibilitaron que la España católica siguiera en pie. Este supremo sacrificio, incomprensible y despreciado por los valores éticos contemporáneos, no puede ser olvidado por la Historia. Y tampoco por la Compañía de Jesús. Ad Maiorem Dei Gloriam.

BIOGRAFÍA FERNANDO HUIDOBRO SJ

Fernando Huidobro Polanco nació el 10 de marzo de 1903 en Santander, en el seno de una familia muy religiosa. Era el sexto de nueve hermanos, de los cuales uno fue jesuita y dos religiosas Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús. Los primeros estudios los hizo en Melilla y el bachillerato en Madrid. Después de cursar un año de Derecho en Madrid, ingresa en la Compañía de Jesús el 16 de octubre de 1919, haciendo los votos del noviciado en Granada el 21 de octubre de 1921. Los años siguientes realizó estudios de Humanidades (1921-1924) y Filosofía (1924-1927). Los tres años de la etapa de Magisterio los hizo en Aranjuez y Madrid. Inició los estudios de Teología en Oña (Burgos) en octubre de 1930. La expulsión de los jesuitas de España le hizo recalar en Marneffe (Bélgica) y Valkenburg (Holanda), donde terminó su formación en teología y fue ordenado presbítero el 27 de agosto de 1933. Hizo la tercera probación de la Compañía de Jesús en Braga (Portugal), en 1935.
Fue destinado como futuro profesor de filosofía y estudió en las universidades de Berlín y de Friburgo (Alemania) en el curso 1935-1936, donde fue discípulo aventajado de Martin Heidegger. Residiendo en Les Avins (Bélgica), donde estaba destinado como profesor, comenzó la guerra civil en España. Abandonando su labor intelectual, se ofreció al Padre General Jesuita para volver a España, ofreciéndose voluntario para penetrar en la zona republicana a auxiliar a los católicos ocultos. Ante la imposibilidad de concederle la misión para la que se ofrecía, en septiembre de 1936, fue enviado como capellán a Talavera (Toledo) con la IV Bandera de la Legión. El carisma del padre Huidobro, con un crucifijo legionario colgando del cuello, consiguió la devoción del duro corazón castrense de aquellos soldados, a quienes acompañaba siempre en vanguardia. Su labor fue totalmente sacerdotal, mediante la atención espiritual en el mismo frente de batalla a los heridos de ambos bandos. Su presencia en la línea de fuego le hizo caer gravemente herido en el frente de la Casa de Campo, en noviembre de 1936. No guardó el reposo prescrito por los facultativos y se reincorporó a su unidad en diciembre, en medio de la batalla por la Ciudad Universitaria de Madrid. Aprovechando un permiso, culminó los últimos ejercicios espirituales y los votos definitivos de la Compañía de Jesús en el 5 de abril de 1937, en el Colegio San José de Villafranca de los Barros (Badajoz). Regresó al frente cuando la artillería roja practicaba un intenso bombardeo y el capitán le mandó retirarse para salvaguardar su vida, pero él permaneció en primera línea argumentando la necesidad de administrar el sacramento de la confesión. Murió instantáneamente en la Cuesta de las Perdices por el estallido de un obús, mientras confesaba a un legionario herido. Era el 11 de abril de 1937 y contaba 34 años de edad. En carta a su hermano jesuita Ignacio, un mes antes de su muerte, comentándole su situación de grave peligro, le escribía: «y si es la muerte, será por amor». Su cuerpo reposa en la actualidad en el sepulcro construido a la entrada de la parroquia de San Francisco de Borja, en la ciudad de Madrid.
El Padre Fernando Huidobro Polanco gozó de fama de santidad ya en vida. Tras su muerte, comenzaron a atribuírsele favores. Tan solo diez años después de su muerte, se abrió la primera sesión de causa de beatificación. En la totalmente diferente España de hoy, exactamente en el 8 de enero del 2021, promovido por el Arzobispado Castrense y la Compañía de Jesús, tuvo lugar el solemne acto de apertura de Beatificación y Canonización del Siervo de Dios Fernando Huidobro Polanco, SJ.

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