Entre rebrotes del virus y amenazas de nuevas restricciones
(Ahorainformacion.es) – Esto no ha terminado aún. La epidemia es real pero sus efectos conviven con el afán totalitario de los políticos que se desesperan por aprovechar el río revuelto al servicio de sus respectivas ideologías. Las medidas preventivas recomendadas que son, fundamentalmente, la distancia o la mascarilla, coinciden tanto con los deseos políticos de lograr una sociedad atemorizada e individualista que todas las recomendaciones sanitarias caen en el saco roto de la desconfianza.
Los palos de ciego que van dando los científicos no ayudan en absoluto. Los epidemiólogos y sabios de la estadística médica no se ponen de acuerdo y menos aún cuando sus conclusiones parciales se transforman en un titular periodístico manipulado. ¿Quién sabría explicar realmente el por qué de la diferente incidencia de la pandemia en unos u otros países? ¿Por qué las estadísticas que refleja la prensa del Nuevo Orden Mundial cargan las tintas y personalizan una acusación de mala gestión en Trump, en Bolsonaro, o en Johnson y sin embargo pasan de puntillas sobre el desastre de la gestión de Sánchez?
El caso de Suecia, por ejemplo, que optó en su momento por un perfil muy tolerante y evitó el confinamiento y el cierre generalizado de la actividad social y económica ha pasado factura y ha dejado más de 5.000 muertos, una tasa de 50 por cada 100.000 habitantes. La incidencia de la enfermedad en su territorio supera con creces a la sufrida por Dinamarca, Finlandia o Noruega. Pero, aun así, ¿cómo se explica que haya quedado aún lejos de las tasas sufridas por España, Italia, Bélgica o el Reino Unido?.