Entrevista a Maribel Abradelo y Pablo Gutiérrez sobre “El fin de una época”, de Chesterton

A principios de este mes, se presentó la obra El fin de una época, una recopilación de artículos del escritor y pensador inglés G. K. Chesterton elaborada por los profesores Maribel Abradelo (vicerrectora de estudiantes del CEU San Pablo de Madrid) y Pablo Gutiérrez.
Desde Ahora Información, hemos querido entrevistar a estos autores para conocer más detalles sobre esta obra chestertoniana así como en relación al distributismo, corriente de pensamiento económico basada en la Doctrina Social de la Iglesia.
PREGUNTA 1: ¿Qué temáticas se abordan en la recopilación de artículos de Chesterton que habéis publicado?
Chesterton fue siempre un periodista de diferentes inquietudes y en sus 1535 artículos escritos y publicados en el Illustrated London News durante este año largo, que son los que recogemos en este primer volumen, habla de todos los temas sociales, locales, materiales y espirituales que se iban enlazando con la actualidad de su tiempo. Es más: en cada uno de ellos puede estar abordando más de uno y llevarlos, por si fuera poco, a su propio terreno.
Lo curioso es que habla sobre la incomprensión hacia los extranjeros, sobre el maltrato animal, las mujeres, el vegetarianismo fanático, la educación… parece como si hubiera escrito ayer mismo.
Tuvo sin embargo dos limitaciones impuestas por la publicación y que él confiesa: No podía hablar ni de religión ni de política, pero no creo que, cuando se han leído sus artículos, se pueda llegar a la conclusión de que respetó ninguna de estas prohibiciones en absoluto. Son, para él “los dos únicos temas con un mínimo de interés para una persona cuerda”.
PREGUNTA 2: ¿Creen que Chesterton anticipaba con precisión y exactitud el suicidio cultural al que se está sometiendo Europa Occidental?
Chesterton, siendo como era optimista, tenía la capacidad de ver los desastres a los que se veía abocada su generación y la sociedad en que le tocó vivir y creo que, sin pretenderlo también hablaba del futuro que desde su momento no podía discernir, sus temores también son los temores que hoy tenemos todos, porque no parece que hayamos aprendido de la historia. Anticipó cosas que en su tiempo eran muy difíciles ver, tales como que un excesivo papel del estado -incluso en una meritoria función de asistencia- podría llevar a que las familias acabaran olvidando su labor de cuidado a los mayores. El hecho de que hoy aparezca en Inglaterra un organismo oficial encargado de la “soledad”, porque es un hecho que muchos ancianos mueren solos, no fue previsto como tal por Chesterton; pero él si pudo prever que el Estado no podría, aunque quisiera y pretendiera, sustituir a la familia. La muerte en soledad de los ancianos requiere una estructura familiar más fuerte, y un Estado que apoye a las familias, no que las sustituya. Chesterton, sin duda, hubiera Estado de acuerdo con el protagonismo de la familia y con un papel del Estado que fuera principalmente de apoyo a las familias.
PREGUNTA 3: Chesterton afirmaba que la democracia permitía elegir a quienes no tenían las suficientes agallas para ello de acuerdo con la ética cristiana. ¿Aprecian en ello un paralelismo con el régimen de partidos en España?
No conocemos el fragmento exacto en que Chesterton dijo esto, ni el contexto. Lo cierto es que, si bien Chesterton era un demócrata convencido, lo era porque siempre defendió que el hombre común debía decidir en las cuestiones que le afectaban; por eso desconfió siempre de especialistas y burócratas que querían ordenar y regular la vida de los demás. Era tan demócrata que hasta, en una frase célebre, otorgó a la tradición del estatuto de “democracia de los muertos”.
PREGUNTA 4: El escritor en cuestión fue el promotor de una corriente de pensamiento económico llamada “distributismo”, inspirándose en la Doctrina Social de la Iglesia. ¿En qué consiste precisamente?
El distributismo sería un planteamiento alternativo al capitalismo que defiende la propiedad privada de la tierra y una forma equitativa de reparto de los bienes de producción, que fomente el que cada uno se sienta responsable y dueño de su futuro y pueda, de esta forma, conseguir su supervivencia por sus propios medios. Esta idea, sustentada por el principio de la subsidiariedad, fue una de las obsesiones de Chesterton y una de sus propuestas para aliviar la penosa situación económica que vivía Irlanda.
Chesterton huyó tanto del capitalismo como desconfió de las pretendidas virtudes del socialismo temiendo que, finalmente, no modificase nada, no supusiera un cambio significante hacia el Estado de bienestar de las sociedades occidentales.
PREGUNTA 5: Aunque el distributismo defienda el derecho del individuo a la propiedad privada, ¿qué le diferencia del argumentario católico a favor del libre mercado, promovido por figuras como Robert Sirico y Jesús Huerta de Soto? ¿Qué relación guardaría con las teorías de los escolásticos?
Para Chesterton, la cuestión económica y social no se resolvía con la mera existencia de la propiedad privada; tanto un gran capitalista como un socialista eran enemigos de los pequeños propietarios que, para él, debían ser la base de la estructura productiva. En algún momento, no en este libro, sino en Los límites de la cordura, Chesterton abordó el espinoso tema de si había que llegar al uso de la fuerza legal para garantizar el reparto equitativo de la propiedad. Chesterton criticó con insistencia no solo los regímenes socialistas, sino las grandes empresas y a las grandes multinacionales. Criticó con fuerza también las instituciones financieras que se basan en producir aumentos del valor a base de especulaciones, rumores, etc. En un viaje a Estados Unidos, le parecía quimérico eso de los “rascacielos”; él se declaraba partidario de los granjeros y campesinos que rascaban el suelo con sus azadones. También es cierto que Chesterton se movió en un plano de principios, no de soluciones técnicas; por eso, más que recetas, en sus escritos lo que encontramos son ideas que nos hacen pensar, que nos pueden abrir nuevos caminos. Hoy diríamos que era un maestro del “pensamiento creativo”.
PREGUNTA 6: En España y en Europa, predominan los Estados hipertrofiados y los tratos de favor entre empresas y gobiernos. ¿Qué solución se podría aportar desde una perspectiva chestertoniana?
Chesterton no habría apoyado, ni apoyó nunca el poder ejercido desde la supremacía económica sino una visión del Estado como protector de los intereses de todos los ciudadanos.
Sus propuestas, como hemos dicho, tenían mucho que ver con la empresa pequeña, la de tipo familiar. Pero soluciones, lo que son soluciones, no es fácil encontrar en sus escritos.
PREGUNTA 7: ¿Qué diría Chesterton sobre el auge del comercio electrónico, en el que grandes empresas como Amazon no tienen un protagonismo irrelevante?
Es curioso que en algunos de sus escritos Chesterton anticipase una comunicación sin cables, por el aire… ¿Estaría augurando la presencia de Internet? Quizá sí…
Creemos que Chesterton, que era un hombre sencillo y descuidado en lo material, no habría valorado excesivamente el comercio electrónico porque la inmediatez no era una de sus prioridades, sino más bien la reflexión y, sobre todo, la comunicación. Así como habría disfrutado Internet para poder entablar un diálogo próximo con sus lectores más distantes, para comprar habría preferido la relación cordial con los comerciantes de su barrio.