Estados Unidos colabora con Israel en la ilegítima conquista de la capitalidad de Jerusalén
La embajadora de Estados Unidos en la ONU, Nikki Haley, ha sido muy clara frente a la resolución contra su país por reconocer a Jerusalén como capital de Israel. Lo ha considerado como un insulto a la capacidad soberana de su país para establecer sus diplomáticos donde quieran. El texto, presentado por Egipto, recibió el apoyo de catorce de los quince miembros del Consejo de Seguridad, pero Washington utilizó su poder de veto para impedir su aprobación.
Como recordatorio para nuestros lectores, Donald Trump ha decidido hace algunos días poner la embajada de EEUU de Israel en Jerusalén. Ha sido una decisión polémica en cuanto que las misiones diplomática suelen ponerse en las capitales de los países. Sin embargo, considerar a Jerusalén capital del Estado de Israel vulnera los tratados internacionales y la resolución 478 de las Naciones Unidas, por la que declara nula la Ley de Jerusalén, creada como resultado de la invasión de la parte oriental de la ciudad en la Guerra de los Seis Días, en 1967. Hay que recordar también que la ciudad debería estar gestionada tanto por árabes como por judíos sin ser capital de ninguno de los estados, tal y como se pactó tras el abandono del municipio por las fuerzas británicas en el año 1947.
Que Estados Unidos reconozca la capitalidad de Jerusalén es reconocer los hechos de los últimos 50 años. Desde que se formó el actual Estado de Israel, los dirigentes judíos han gobernado en la ciudad santa a pesar de que no se consideraba internacionalmente dicha ciudad como la principal sino Tel-Aviv.
Es cierto que los hechos son los hechos, pero tampoco olvidemos que no por 50 años de imposición, Israel tiene derecho a seguir atropellando a todos los grupos que no comulguen con su imposición sionista. Los cristianos partidarios de Donald Trump deberían recordar las penalidades que los cristianos pasan en Tierra Santa. Del 30% de habitantes cristianos en Jerusalén, se ha pasado en varias décadas a menos del 10%. ¿Por qué? Porque es un hecho reconocido internacionalmente que los cristianos y los musulmanes son tratados con mayor dureza en materia de cumplimiento de regulaciones municipales que los judíos. Es solo un ejemplo tonto de lo que ha obligado a muchos cristianos a huir de su hogar. La persecución contra los cristianos en Oriente próximo no solo ha sido llevada a cabo por los musulmanes, sino también por el estado sionista establecido por la sangre y la fuerza en Tierra Santa. Existen judíos y ciudadanos del Estado de Israel que no participan de estos atropellos. Sin embargo, el continuo acoso de las autoridades, desde los tiempos de David Ben Gurion, a los derechos de las minorías cristianas debería ser denunciado. El reconocimiento de la capitalidad de Jerusalén es en definitiva un modo de normalizar la situación de un territorio de imposición.