Los separatistas llevan a los estudiantes a las manifestaciones contra la Guardia Civil
Íñigo Méndez de Vigo, ministro de Educación, ha pedido el pasado viernes a la Alta Inspección de Educación que abra un informe sobre la movilización de escolares para participar en manifestaciones contra la Guardia Civil y la Unidad de España en Cataluña. Llega algo tarde el ministro, porque desde hace más de 3 décadas, el catalanismo tiene el control de las escuelas y ha manipulado las consciencias a su gusto. Sin embargo, lo que está pasando estos días es algo clamoroso. No investigar sería la vergüenza muy grande para un ministro de Educación español (quizá el último si siguen a las bravas).
La situación es la siguiente: profesores de algunos institutos públicos han dado consignas a estudiantes de que no fueran a clase sino que se manifestaran delante de edificios públicos pidiendo la celebración del referéndum secesionista. De hecho, los institutos de Olot (Gerona) enviaron una circular a los padres para que dieran su permiso para que los escolares pudieran “defender la democracia y la libertad”. Incluso el instituto de Lluis Peguera llevó a sus alumnos a la comisaria de Manresa para manifestarse contra las medidas judiciales que ha llevado a cabo el Gobierno de España contra dirigentes indepedentistas. Y la cosa no acaba aquí. Las redes sociales y los servicios de mensajería instantánea son un hervidero de más ejemplos en todos los estadios educativos (infantil, primaria, secundaria y bachillerato) de dicha manipulación.
Un horror desde el punto de vista educativo, en definitiva. La utilización separatista de la escuela pública nos demuestra dos cuestiones interesantes:
- La facilidad que tiene cualquier estado o movimiento para instrumentalizar la educación pública para sus propósitos
- El poco escrúpulo que los secesionistas tienen por la conciencia de los más pequeños, que están dispuestos a manipularlos.