Artur Mas en el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña: “Soy el máximo responsable del referéndum del 9N”
Ayer, lunes 6 de febrero, compareció Artur Mas, antiguo Presidente de la Generalitat, ante el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC). La razón es el referéndum separatista que se celebró el 9N de 2014. Se enfrenta a la acusación de haber desobedecido al Tribunal Constitucional en el mandato de no celebrar el plesbicito por ser contrario a las leyes fundamentales del ordenamiento jurídico español. Se enfrenta a un delito de desobediencia que podría estar penado con multas o incluso con la cárcel. Pero el ex-presidente de la Generalitat está muy tranquilo y dispuesto a ser un mártir de la causa secesionista. Ha llegado media hora tarde en un acto más de falta de respeto a las instituciones de todos porque quería darse un baño de masas, en un alarde de su rebelión contra la unidad de España. La movilización, organizada oficialmente por la Assemblea Nacional Catalana (ANC), tenía la intención de arropar a Mas y constituirlo en una especie de héroe provinciano. Ya en octubre de 2015, cuando acudió a declarar por primera vez ante el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC), la imagen de la jornada fueron 400 alcaldes que le arroparon. Esos 400 alcaldes no hicieron honor a sus cargos, que son posibles gracias a la tradición y a la lucha de muchas generaciones de españoles. Este lunes se ha superado el hito de 2015, buscando el paso de Mas y Carles Puigdemont, actual Presidente de la Generalitat, por debajo del Arc de Triomf de Barcelona con el apoyo de 40000 catalanes. Todo al estilo de la antigua Roma y de los regímenes autoritarios que querían imitar a los emperadores romanos.
También les han tomado declaración a Joana Ortega, ex-Vicepresidenta de la Generalitat, e Irene Rigau, ex-Consejera de Educación. Ellas también han sido acusadas de desobediencia.
A continuación reproducimos algunas declaraciones estelares del ex-Presidente de la Generalitat ante el TSJC.
¿Que ha dicho Artur Mas al Tribunal?
“La iniciativa política del 9-N fue mía y de mi Gobierno. Yo di todas las directrices políticas”
“El 9-N no fue un capricho individual ni una salida de tono, sino la consecuencia de amplios acuerdos parlamentarios”.
“Cuando decidimos sacar adelante el 9-N nos quedamos solos desde el punto de vista político”.
“Con el cambio de formato, la Administración ya no podía hacer la consulta por sí misma. Se necesitaban voluntarios. No se habría podido llevar a cabo el 9-N sin la participación generosa de 42.000 personas. Fueron elemento imprescindible y pieza clave”.
“Los que estábamos comprometidos con el 9-N queríamos que saliera bien. Por eso proveímos la base logística para la celebración del proceso participativo”.
“El ánimo de desobedecer no era la voluntad del Govern”.
“Contrapuse dos deberes: cumplir el mandato parlamentario o atender la resolución imprecisa del Tribunal Constitucional”.
“El presidente del Gobierno dijo que el 9-N no era ni un referéndum ni una consulta. Y si tan delito era lo que estábamos haciendo, ¿por qué el Tribunal Constitucional no hizo nada para hacer cumplir su prohibición?”.
“El ‘conseller’ de Presidència [Francesc Homs], me consta, pidió opinión jurídica”.
“Soy el máximo responsable de todo lo relacionado con el 9-N”.
¿Es verdad lo que ha dicho Artur Mas al Tribunal?
- Artur Mas prometió que se iba a celebrar la consulta soberanista a pesar de las prohibiciones judiciales.
- La avaricia rompe el saco. El ex-Presidente quiso evitar los tribunales y pactó con el Gobierno Central que la Generalitat de Catalunya no se implicaría en el plesbicito. Sin embargo, no pudo resistir la tentación de aparecer un héroe al presumir de desobediencia y proclamar los resultados.
- Como informó Diario Ya y OKDiario, Artur Mas acusa de un montaje judicial del Gobierno contra su persona pero ha ignorado en su declaración el olor a financiación ilegal del plesbicito y las continuas relaciones de su persona con cuentas en Suiza y escándalos contables de su partido.
- Artur Mas habla de consultas soberanistas espontáneas que se nutren de la voluntad popular y de voluntarios sin retribución. Sin embargo, hay un plan muy urdido desde la Generalitat y la alta sociedad catalana: promover este tipo de eventos reivindicativos por medio de las televisiones públicas; controlar las consciencias políticas de los catalanes por medio de entidades llamadas “de la sociedad civil” e invadir toda la vida social catalana con proclamas construidas en los laboratorios ideológicos de la partitocracia. Todo financiado con dinero público. Hablar de clamor popular en este caso es demagogia.
En definitiva, Artur Mas ha tenido la oportunidad en este juicio de seguir enunciando su discurso victimista y heroico por el que quiere volver al centro de la política catalana. Había perdido la popularidad tras su forzada salida por el pacto de Junts pel Sí con la CUP. Recordemos que ese veto de la CUP fue por causa de la corrupción. Ahora tiene la “oportunidad” de ser procesado por la Justicia, aunque no tenga ningún respeto por ella. No le importa llegar tarde al tribunal si es para recibir un homenaje personal subvencionado por las instituciones autonómicas. La clave está en que Más y los suyos utilizan las instituciones para promover un plan secesionista inadmisible y menos sin un debate en las Cortes Nacionales, atendiendo nuestras tradiciones y nuestra historia común.