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14 de diciembre de 2016 0 / /

Y volvió el salvapatrias

Una vez más Jose Maria Aznar, a través de su laboratorio ideológico FAES, ha lanzado una serie de críticas al gobierno (y por ende a su partido) por su postura frente al desafío independentista y en general porque, según dice “hemos asumido el relato de nuestros adversarios políticos”. Sin entrar a valorar si tiene o no razón, da la sensación de que muchos padecen una pérdida de memoria muy notable. Es bueno recordar ciertas cosas, porque es saludable conocer el inmediato pasado y por justicia. Sin ánimo de ser exhaustivo considero necesario citar una serie de cuestiones importantes y graves que muchos han olvidado o quieren olvidar:

– Aznar llegó al gobierno en el año 96 con mayoría simple y no tuvo escrúpulos en pactar con el separatismo catalán y vasco para auparse al poder. Se pasó del “Pujol enano, habla castellano” a hablar catalán en la intimidad. Consecuencia de ello fueron las mayores transferencias a las comunidades autónomas que se habían dado nunca, entre ellas una fundamentalísima como es la educación que ahora tanto lamentamos, y aceptó sin problemas la inmersión lingüística en Cataluña. En el caso vasco no hay si no recordar las palabras del separatista Arzallus, he conseguido con Aznar en 3 años más que con Felipe en 14.
-Durante su gobierno (que evidentemente no derogó ni retocó en modo alguno la ley del aborto) las cifras del aborto ascendieron a 511.429.  No contento con ello Aznar legalizó la píldora abortiva RU-486 y la PDD. Y como le parecía poco autorizó la experimentación con células madre embrionarias con la ministro Pastor a la cabeza.
-Aznar prometió una regeneración democrática si le elegían pero todo quedó en agua de borrajas: no desclasificó los papeles del CESID, indultó a criminales del caso GAL, no promovió la independencia judicial, etc. etc.
-Para darle gusto a la izquierda y al separatismo no se le ocurrió otra cosa que acabar con el servicio militar, algo a lo que no se atrevió ni el propio Felipe González, contribuyendo a convertir al otrora glorioso ejército español en un ONGército.
-Abrió la puerta a la inmigración de forma exagerada. El efecto llamada no lo creó Caldera años después, si no Aznar con su ministro Mayor Oreja a la cabeza.
-Producto de sus complejos habituales (que no son monopolio únicamente de Rajoy, no nos engañemos) quiso llevarse bien con la prensa de izquierdas, en especial Prisa, y no ejecutó la sentencia del Tribunal Supremo del famoso “antenicidio”.
-Sin caer en la demagogia izquierdista del no a la guerra, hay que recordar que Aznar apoyó, siquiera moralmente (seguramente más que eso) una guerra ilegítima, injusta e innecesaria que aún están padeciendo en Irak y que no ha solucionado nada, excepto los intereses geoestratégicos de los E.E.U.U. Recordar ahora a Aznar en TV jurando que en Irak habían armas de destrucción masiva resulta patético.
-Aún resuenan en nuestros oídos aquello de “movimiento vasco de liberación” cuando se refirió a ETA, y recordamos muy bien que se sentó a hablar con los etarras. No sé si negociaría o no, ni me importa, solo sentarse es una indignidad impropia de un presidente del gobierno español.
-No tuvo los arrestos suficientes para implantar las leyes “estrella” de sus gobiernos, como el Plan Hidrológico Nacional (que tan bien le habría venido a mi querida tierra murciana) o la Ley de Calidad de la Enseñanza (LOCE). Tuvo 8 años para hacerlo, 4 de ellos con mayoría absoluta. No lo hizo.
-Su milagro económico basado fundamentalmente en el ladrillo funcionó a corto plazo. Fue pan para hoy y hambre para mañana y lo estamos pagando a día de hoy.
-El producto de su política es el actual gobierno, cuyo presidente fue elegido (muy democráticamente) a dedo por el propio Aznar. ¿De qué nos quiere salvar, de sí mismo?
¿Qué autoridad moral tiene este hombre para criticar lo que él mismo hizo durante su gobierno? No es cuestión de defender al gobierno del PP (¡Dios me libre!), pero con solo recordar estas cuestiones y muchas más nos damos cuenta de que Aznar es un hombre del sistema, es pura casta política, y no tocaría, caso de estar él mismo en el gobierno,  un solo cimiento que haga tambalear el stablishment. ¿Alguien se imagina a Aznar acabando con el aborto, defendiendo a la familia natural, plantando cara de verdad a la izquierda revanchista y rencorosa, dando por terminado el desastroso estado de las autonomías, poniendo pie en pared frente al separatismo de toda laya, recuperando soberanía frente a la plutocracia de la UE, etc. etc.? ¿Porqué no lo hizo antes? Es pura fantasía.
Es curioso observar, sin embargo, cómo estos salvapatrias consiguen convencer e ilusionar a la gente. Un salvapatrias además causante o responsable de muchos de los problemas que llevamos arrastrando durante años. Tuvo su momento y lo desaprovechó. Y a base de bien además.  Si de verdad queremos la salvación de España ésta no vendrá de viejos dinosaurios de la política. Hacen falta ideas diferentes, savia nueva, proyecto nuevos y distintos, salpimentado todo ello con la rica Tradición española que es católica, patriota y social. Todo lo demás, y la historia lo ha demostrado con creces, está abocado al fracaso.
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