Ultraderecha homosexualista
(Por Javier Garisoain) –
Vox ha diseñado y lanzado recientemente una campaña dirigida supuestamente a captar el voto de los homosexuales. En ella afirma que “Nosotros defendemos a las personas homosexuales”. ¿Qué quieren decir con eso? ¿De qué o de quién las defienden?
¿De los que pensamos que la homosexualidad es un desorden y el aberrosexualismo político una ideología corrosiva?
Si lo que quieren es que no haya palizas a los afeminados que denuncien cualquier clase de paliza callejera y punto. Que hagan como hacen con lo de la “violencia intrafamiliar” con la que se pide simplemente respeto para todos sin rollos feministas. ¿No?
Con este tipo de campañas Vox se hace un poquito el progre para que le perdonen la vida y dejen de llamarles fachas. Tal vez ganen algunos votos peperos. Que les vaya bien, pero que no nos hablen de regeneración moral, de tradiciones o de reconquista. La resurrección de la España tradicional no vendrá de recortes en la verdad sino de su defensa radical, con caridad hacia todas las personas, y con intransigencia en los principios.
Lo más curioso es que el ala derechista de Vox, o sea, el guerrillero Alvise, también ha considerado oportuno pagar una pequeña cuota al aberrosexualismo reinante. En el discurso de su exitosa noche electoral decidió incluir la presunta homofobia de los musulmanes en la lista de los primeros problemas de España.
Y digo “presunta homofobia” a propósito porque la relación del islamismo con las aberraciones sexuales daría para hablar largo y tendido. El hecho de que las ultimas versiones rigoristas del islam -como las icónicas grúas de Teheran- sean represoras del homosexualismo no nos puede hacer olvidar que en otras escuelas, momentos y lugares los mismos musulmanes han tolerado y promovido todo tipo de vicios y aberraciones. El niño mártir San Pelayo es un buen testigo de ello. Porque fue asesinado por no consentir en ser sodomizado por Abderraman III y sus muchachos en una refinada Córdoba del siglo X que contaba con un barrio casi exclusivo para afeminados.
El Islam carece de coherencia doctrinal o teológica. Tiene escuelas, corrientes… pero nada serio en conjunto. Por eso depende del poder político que levante la espada en cada momento. El Islam, más que una religión es un movimiento político, y por eso se suele llevar bien con los comunistas. Porque en realidad son comunistas. La “umma” islámica se parece mas al “partido” de los regímenes comunistas que a la comunión de los santos católica.
En fin, volviendo a esos gestos “gay friendly” de la derecha más derechosa: hay que condenar cualquier ataque gratuito a cualquier persona, claro que sí, pero ¿por qué entrar en ese juego de decir que aquí en occidente el homosexualismo es parte de nuestra cultura y poco menos que una institución que haya que defender? No. Ese no es el camino. “Demasiado mariconeo” también aquí, me temo.
5 comentarios en “Ultraderecha homosexualista”
José mari
Tienes toda la razón
Ramon de Argonz
Muy requetebien
Jose
No le falta una coma.
Elplus.es
I. Caballero
El trabajo de Javier NO se puede mejorar.
Los homosexuales los vemos por todas partes en las TV’s como presentadores, locutores, entrevistadores, entrevistados…
…. los cantantes Satanistas … los actores y actrices, también mayoritarios.
Y qué decir de los presidentes de gobiernos, Macron y su esposo Jean-Michel Trogneux, los expresidentes de EE. UU. Barack y MiguelitO, MiguelitO futuro presidente …
Omnipresentes en todos los medios …. la pregunta que procede… parece como si no hubiera mas que homosexuales ….
Saludos
Viva Cristo Rey
DIOS, PATRIA y REY LEGITIMO
M Concepción
Buenos días:
Al hora de valorar, un católico debe discernir entre homosexualidad y homosexual, al igual que con todo aquello que consideremos importante, a la hora de juzgar.
Se puede condenar el pecado y el delito, pero no a la persona que lo comete. Eso sólo le corresponde a Dios.
“No romperás la caña cascada”.
Siempre hay que estar a favor del ser humano, pero debe legislarse en favor de la protección de los inocentes, asegurándose evitar la perversión moral y cualquier otro tipo de abuso.