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13 de diciembre de 2016 0 / /

Reformar la constitución (I)

Es una aspiración de determinados partidos políticos españoles. ¿Qué pensamos los carlistas de ello?
Desde el momento en que se dio a conocer la vigente Constitución los carlistas anunciamos su fracaso. Y hemos acertado. No porque estemos dotados de un poder profético, sino porque todas las constituciones de este tipo están llamadas a fracasar.

La II guerra Mundial nos fue presentada como un conflicto entre la democracia y el totalitarismo. El campo democrático estaba acaudillado por Inglaterra y los EE. UU. . Pues Inglaterra carece de constitución escrita. Y la de los EE. UU. consta de unos pocos párrafos.

Es absurdo pretender que toda la vida de una nación se rija por un documento que abarque todos los detalles de la vida. Estos detalles se deben ir resolviendo a medida que van apareciendo, con arreglo a unos principios. Así es la Constitución de los EE.UU. : una declaración de principios intangibles. De acuerdo con ellos, los norteamericanos han ido añadiendo una serie de disposiciones, que denominan “enmiendas”.

Por su parte, los británicos promulgan leyes de acuerdo con esos principios que no están escritos; pero que todos aceptan.

En España carecemos de principios. Durante siglos hemos sido fieles a una Tradición. Pero la democracia actual ha renegado de ella. Y así estamos. Tenemos una Constitución sin principios sólidos en que fundamentarla. Y esa Constitución se vulnera un día y otro día por los mismos que recurren a ella cuando les conviene. ¿Para qué reformarla? ¿Para hacer de la reforma el mismo caso que de la actual?

Necesitamos principios. Los carlistas los profesamos y defendemos. Estos son:

1. NADA SIN DIOS.
Por mucho que los intelectuales discurran y nieguen, el mundo ha sido creado por Dios. Hijos de Dios somos los humanos. Los individuos no existiríamos sin la sociedad. Y esa sociedad se rige por las leyes establecidas por Dios.

Dios ha hablado. Su Revelación se contiene en la doctrina de la Iglesia. De ella han surgido las leyes más justas que han regido a la humanidad. Los mismos principios de la Revolución: libertad, igualdad y fraternidad, son principios cristianos que se han vuelto locos, al prescindir de su Promulgador. Que son cristianos es innegable: su divinización (es decir su locura) se ha producido en países cristianos originariamente. La Democracia no ha nacido en ningún país musulmán o budista.

Los principios cristianos, aunque conservados por una Iglesia determinada, son válidos para toda la humanidad. Dirán los liberales, que fundar en ellos nuestra futura Constitución es despreciar a quienes no pertenecen a la Iglesia. Pues que presenten, los españoles ateos o musulmanes algo mejor que lo que nosotros proponemos. Queremos imponer nuestros principios, en atención a los no cristianos, porque estamos convencidos que también para ellos son beneficiosos y que en nada les perjudican. Observando la realidad y los perjuicios que para todos, también para ellos, ha originado su olvido y desprecio.

2. ESPAÑA ES UNA.
Es algo indiscutible. Siglos de convivencia confirman la hermandad entre las tierras que forman España. Imaginemos, por unos minutos, que se ha producido la independencia de una o varias regiones, en las que se habla de ella, y veríamos los perjuicios que surgirían para todos. Si la vida nos ha unido, separarnos es algo que va contra la vida. Dejémonos de sueños y establezcamos por principio la realidad.

3. LA MONARQUÍA.
Ha sido el sistema político que hizo posible nuestra historia y nuestra unidad. La experiencia ha demostrado la imposibilidad de una república en España. Las dos experiencias republicanas han fracasado por obra de los mismos republicanos.

Es indudable el deterioro que la sociedad española ha sufrido en estos dos últimos siglos. Las ideas de la Revolución han ido corroyendo nuestra Fe y corrompiendo nuestras costumbres. La evolución, a peor en ese sentido, experimentada en los últimos cuarenta años, es algo evidente para quienes la hemos vivido. Semejante retroceso se produjo, también, durante los años de la I Restauración, a juzgar por lo que enseña la historia.

Pues eso mismo, demuestra la superioridad del sistema monárquico sobre el republicano. La Monarquía da a la política una estabilidad que permite la realización de un proyecto. Aunque sea satánico. Con monarquía la Revolución ha sido capaz de descristianizar España. Mientras que las repúblicas cayeron por su propia descomposición.

Los españoles, antes que una constitución debemos asumir los principios en qué fundarla. La constitución se ira haciendo con el tiempo. Como se hicieron los Fueros que estructuraron la España tradicional.

Y puestos a elegir principios, los carlistas proponemos los que hemos mencionado. ¿Alguien tiene algo mejor? ¡Que lo exponga!

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