Nobles carlistas del alma mía
(Por Cristofer Pons Rodríguez) –
Hay una nobleza que no se mide por la posesión de uno o varios títulos nobiliarios. Y esa es precisamente la nobleza del alma; nobleza a la que debemos aspirar, pero también refinar, todos los carlistas.
Y nobleza obliga a los carlistas a ser ejemplo de Tradición. Y es que la Comunión no es un partido político, es una comunión de almas al servicio de Nuestro Señor Jesucristo y por ello no solamente hacemos Comunión cuando nos reunimos en rosarios, conferencias, manifestaciones o actos… La hacemos fundamentalmente en nuestra vida cotidiana, en nuestra familia y relaciones humanas, en el trabajo, en nuestro tiempo de ocio y también en nuestros hábitos.
Lo nuestro no es una reunión de amigos, aunque florezca la amistad en el seno de la Comunión. Va más allá: lo nuestro es un ejército de caballeros y damas, que han tenido el valor de levantarse entre las tinieblas para cumplir la misión apostólica de la que todo cristiano tiene obligación.
Frente al aturdimiento o la confusión de muchos católicos, que creen erróneamente que están eximidos de lucha “porque no hay nada que podamos hacer”, debemos gritar muy alto aquello tan bíblico que nos dice: ‘Militia est vita hominis super terram’, la vida del hombre es la lucha sobre la Tierra…
Debemos recuperar el espíritu del caballero español, que sin duda es un espíritu inquieto y que está en las antípodas del yugo protestante de la amargura, la comodidad y de esa cierta predestinación a la que muchos católicos se aferran, para justificar su nula disposición a luchar por el Reinado Social de Cristo en nuestra querida Hispanidad y en todo el Orbe.
Quién quiera venir que venga, pero si no es para luchar bravamente y sabiendo que el triunfo vendrá cuando Dios disponga, mejor no venga. Pues luego no es plato de buen gusto oír aquello de ‘yo estoy muy quemado o agotado’. En nuestra Comunión los que arden no son los cansados o los cobardes, son los corazones de tantos correligionarios y simpatizantes y éstos arden de amor a Cristo Rey.
Conozcamos y vivamos el ejemplo de tantos y tantos guerreros y misioneros de España, luchadores de Cristo Rey, que han servido con honor en prácticamente todos los lugares del orbe. También de esos compositores, pintores o escritores que han acercado a Dios a tantas personas, ya sea directa o indirectamente. Y es que en todo lo bello está impreso el rostro del Creador.
Con Cristo Rey la espera es corta, pues ya ha vencido por nosotros. Así que podemos afirmar con rotundidad que, con tan buen patrón como Santiago y siendo España tierra de María, la victoria es nuestra. De nosotros depende ahora poner nuestra espada al servicio de esta noble y santa Causa que es la Hispanidad Católica, como faro de la Cristiandad, procurando su universalidad.
¡Viva la Hispanidad Católica!
¡Viva María Santísima!
¡Viva Cristo Rey!
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2 comentarios en “Nobles carlistas del alma mía”
José F. Garralda
Gracias por su exposición. Estoy muy de acuerdo. Efectivamente, la Comunión es mucho más que un partido político, y si es partido legal -que lo es- es por y para ser antipartido. Lo único que yo cambiaria es el orden.
Vd. dice:
“no solamente hacemos Comunión cuando nos reunimos en rosarios, conferencias, manifestaciones o actos… La hacemos fundamentalmente en nuestra vida cotidiana, en nuestra familia y relaciones humanas, en el trabajo, en nuestro tiempo de ocio y también en nuestros hábitos”.
Podría decirse:
“no solamente hacemos Comunión en nuestra vida cotidiana, en nuestra familia y relaciones humanas, en el trabajo, en nuestro tiempo de ocio y también en nuestros hábitos; si la hacemos ahí es por y para también reunimos socialmente en rosarios, conferencias, manifestaciones o actos… Con salud suficiente andamos con dos piernas”.
José F. Garralda
Gracias por moderar las opiniones.