Necesitamos un Rey de verdad
(Por Carlos Ibáñez) –
En mi juventud llegó hasta mí un canto de los voluntarios carlistas de 1872. Decía así: Agure
Beltza orrekin / ez gera konpondu / Don Karlos bear dugu / goiz edo berandu. Traducido: Este viejo liberal no nos sirve / necesitamos a Don Carlos / más tarde o más temprano.
Para aquellos voluntarios el tener un Rey no era cuestión de ideología. Lo veían como una auténtica necesidad.
Hoy vemos clara esa necesidad. La palpamos; nos apremia. Necesitamos un Rey. Que lo sea de verdad. Que no esté dominado por un partido político que está deseando su derrocamiento.
A la pandemia del coronavirus se ha sumado la tormenta “Filomena”. Cuando más necesaria se ha hecho la calefacción en los hogares, nos ha llegado un desmesurado aumento de la factura de la luz. Los mismos medios de comunicación han tenido que hacerse cargo de las noticias de las muchísimas familias de condición modesta, que no pueden conectar la calefacción por el altísimo precio de la electricidad. O se mueren de frío o de hambre.
El altísimo precio que nos oprime, está motivado por la organización de la red eléctrica, la falta de centrales nucleares y los altísimos impuestos. Por motivos ideológicos se suspendió la construcción de centrales nucleares. Incluso hubo que desmontar la de Lemóniz, cuya construcción iba adelantada, y compensar a la empresa constructora del desembolso que había realizado. Compensación que sigue repercutiendo en el actual recibo de la luz. Todo ello culpa de los políticos que engañan al pueblo para obtener sus votos y sirven a sus ideologías, sin tener en cuenta las auténticas necesidades del pueblo.
Con un Rey de verdad eso no ocurriría. Porque las necesidades reales anularían los sueños de las ideologías. Porque las decisiones del Rey no dependerían de los votos de una multitud engañada. Porque la lealtad de sus súbditos le proporcionarían el poder que necesita para gobernar. No olvidemos que fueron los Reyes, con el apoyo de las capas más humildes de la sociedad, los que libraron a los pueblos de los abusos de los señores feudales.
El sistema político actual es perjudicial para todos. Pero es muchísimo peor para las clases humildes. La experiencia dice que las crisis se ceban en las clases inferiores. Esto no es ideología. Lo estamos viendo en los medios de comunicación.
Nos viene a la memoria el salmo 71
Dios mío confía tu juicio al rey
Tu justicia al hijo de reyes:
Para que rija a tu pueblo con justicia
A tus humildes con rectitud.
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Que él defienda a los humildes del pueblo,
Socorra a los hijos del pobre
Y quebrante al explotador.
Con el sistema que hoy tenemos, es el explotador el que gobierna desde la sombra.