Mandan los rojos
(Por Carlos Ibáñez) –
La derecha española se está quejando porque no hay trasparencia en la distribución que el Gobierno está realizando de los fondos europeos. Estos no llegan a su verdadero destino. Sí se benefician de ellos los amigos del partido gobernante y de los grupos que lo apoyan.
Contemplando el panorama político español, no podemos evitar un retorno a nuestra niñez. A los años de la Cruzada y los inmediatos posteriores. Entonces España estaba dividida entre rojos y nacionales. El conglomerado, que forman en el Gobierno y sus apoyos, es una clara repetición del conglomerado rojo-separatista derrotado en la Cruzada. Hoy se aprecian diferencias entre el Gobierno y sus apoyos. Pero estas no son importantes y les permiten una unión para conservar el poder y disfrutarlo. También en la Cruzada existieron fuertes divisiones en el campo rojo. En Barcelona se llegaron a dar enfrentamientos armados.
Han llegado a mandar los rojos porque en 1978 se les admitió, a pesar de que seguían siendo rojos. Los que heredaron el poder del Caudillo les abrieron la puerta y les recibieron con amabilidad mezclada con pudor, por haberlos derrotado militarmente cuarenta años antes. Los vencidos, practicaron el conocido “déjame entrar que yo haré lugar”. Para ello fingieron estar dispuestos a iniciar una etapa política distinta a la anterior a 1936. Por eso los carlistas hemos proclamado, desde un principio, que la cacareada Transición no fue tal, sino una Traición.
El Gobierno de los rojos está dando pruebas, una vez más, de su incapacidad para gobernar. El descontento originado ha dado lugar a una oposición muy extendida. Oposición decidida por parte de un partido. Y tibia por otros que alternan sus críticas con incomprensibles intentos de llegar a un consenso.
A todos ellos les decimos: ¡hay que derrotar a los rojos! No pretendemos, ¡Dios nos libre!, volver al enfrentamiento armado. Pero puesto que estamos en democracia, es decir: en la guerra civil incruenta, advertimos a todos los españoles que el fin de este conflicto sólo puede conseguirse con la derrota de los rojos. Para ello, todos los que se quejan de las injusticias del Gobierno actual, deben reflexionar y llegar a la conclusión de que son rojos. Y obrar en
consecuencia. Pues por no haber sido consecuentes después de la victoria de 1939, nos encontramos como nos encontramos. Al sustituir la derrotada democracia, los que ocuparon el poder se fijaron más en los detalles que en el fondo del problema. Se preocuparon más en combatir los síntomas y no atacaron a la enfermedad. La mayoría de los que había militado en el bando vencedor estaba contaminada de liberalismo. Por esos subsistieron durante mucho tiempo instituciones liberales. Por eso la vuelta de la democracia se hizo inevitable. La restauración de la monarquía en la familia liberal fue la puntilla al Alzamiento.
Aprendamos, todos, de nuestros errores pasados para que la reacción frente a los desastres de la democracia que se está produciendo no vuelva a ser estéril.
Un comentario en “Mandan los rojos”
Pep
Bueno, se los del PP se quejan de que a ellos no les llegan fondos.
Al final, el político español no se queja de que haya corrupción, se queja de que esté mal repartida.