Malos humos.
En relación al tabaco todo es confusión. Su nombre mundialmente extendido hacía referencia – parece ser – a la pipa que utilizaban los indígenas de América para quemar la cohíba. Éste era el nombre que le daban a las hojas. Empezando por esta confusión todo se lía más.
Ahora, la Generalitat – o lo que la suplanta – como antes el gobierno vasco (bastante antivasco por múltiples razones) ha decidido prohibir fumar en los vehículos cuando viajen menores.
Piensa uno que el tabaco, como tantas cosas, tiene su lado bueno y su malo. Parece evidente el disfrute de sus consumidores – por lo menos ponen esa carita- aunque su voluntad se encuentre disminuida por el efecto de sus ingredientes, alguno de ellos inteligentemente añadido sin más razón que alterar la voluntad del consumidor.
De lo anterior lo único obvio es que los menores no reciben ningún beneficio de aspirar esos humos, por lo que su derecho a su salud (o nuestra obligación para preservala) impera.
Piensa uno que la sociedad tiene obligación de intervenir en el orden privado. Las familias no somos un montón de unidades juntitas cuyo funcionamiento interno no altera al conjunto y podemos por ello cerrar los ojos ante un abuso porque éste es privado. Lo que sucede en nuestras casas exhalta o abaja el conjunto. Resulta curioso que quienes mantienen que es una injerencia en las familias no suelen sostener la misma opinión respecto de las drogas. Creo que porque éstas, ya se sabe , son malas sin remisión y sus partidarios visten muy mal y no son de los nuestros.
Nuestras autoridades, conforme estudios previos, nos avisan de las consecuencias para nuestra salud. Creo que el gremio médico debe tener autoridad para imponer a la sociedad la obligación de preservar la salud del prójimo. Si es capaz. Aquí es donde veo más problema. Hay pruebas de la malignidad de los humos que hablamos. Al menos en grandes dosis y durante un gran periodo. Pero miren el siguiente gráfico que reúne estudios sobre si determinados alimentos previenen o provocan cáncer.
No está el tabaco, sólo alimentos pero ¿lo ven? No hay ningún acuerdo y existen estudios que afirman que los mismos productos causan y evitan el cáncer y en distintas medidas.
Donde sí hay acuerdo es en que el 78,4% del precio final del tabaco son impuestos. El Estado, no sé si gana con el tabaco a largo plazo, pero se lleva su parte.
Uno – que no ha fumado nunca – se había hecho el propósito de empezar cuando se jubile. Porque ya total… y lo de los aritos y toserle a la gente parece divertido. Sin embargo creo ahora que resultarles una levosa carga a todos ustedes me resulta mucho más atractivo. Y cuantos más años mejor. Que lo sepan.