Las leyes del lobby LGTBI
Con la falsa excusa de la “no discriminación”, se están aprobando en España diversas leyes que privilegian al lobby LGTBI mientras discriminan al resto, la abrumadora mayoría de la población.
Son ya muchas las comunidades autónomas que de una u otra manera han legislado en este sentido: Galicia, Andalucía, Extremadura, Cataluña, Murcia, etc. La última, por ahora, ha sido la Comunidad de Madrid. No deja de ser llamativo cómo en todas estas comunidades son distintos los partidos que detentan el poder y cómo todos ellos, -los partidos del Sistema- coinciden en atentar de forma tan flagrante contra la naturaleza humana.
Atentan contra la naturaleza humana, porque atacan de forma palmaria a la realidad de las cosas, se niega la evidencia, -las cosas son como son y no como queremos que sean-.
Atentan contra la naturaleza humana porque, es atentar contra la ley natural el privar a los padres el ejercicio de la patria potestad, tal y como se establece en estas leyes.
Se atenta contra la naturaleza humana el dar respaldo legal a matrimonios distintos a los formados por un hombre y una mujer, tal y como fue voluntad de Dios.
Y se atenta contra la creación e indirectamente contra su Creador. No se puede calificar de otra manera a las intervenciones quirúrgicas de cambio de sexo.
Pero no sólo se atenta contra la naturaleza humana y contra la creación, sino también contra los principio del derecho al destruir la presunción de inocencia, invirtiendo la carga de la prueba para los denunciados de transgredir dichas leyes, y de paso atentan contra una de las garantías consagrada en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en tratados internacionales como, por ejemplo, la Convención Europea de Derechos Humanos de la que tanto gustan alardear hipócritamente.
Además de todo eso atentan contra la más mínima coherencia, pues todos estos partidos del Sistema son guardianes fieles y celosos de la Constitución que en la actualidad sufrimos, y en ella se basan y justifican para perpetrar toda clase de desafueros, como ocurre con la ley aprobada por la comunidad madrileña, pues en dicha ley se dice en el preámbulo lo que sigue:
“….Estos valores se explicitan en el artículo 10, al disponer que la dignidad de la persona, los derechos inviolables que le son inherentes, el libre desarrollo de la personalidad, el respeto a la ley y a los derechos de los demás son fundamento del orden político y de la paz social. Además, en su artículo 14 reconoce que los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social”.
Y sin embargo se atenta al libre desarrollo de la personalidad adoctrinando a los pequeños desde los centros educativos.
Y además, en la ley catalana se contemplan sanciones económicas a aquel que no opine igual que los miembros de esta sopa de letras del lobby que nos ocupa.
Lo mismo ocurre con el artículo 27.3 de la Constitución, donde se dice: Los poderes públicos garantizan el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones. Parece ser que las únicas convicciones que se pueden tener son las de dicho lobby. Todo esto demuestra para qué sirve la Constitución. Es papel mojado pues se la saltan a la torera cada vez que les viene en gana a esos mismos poderes públicos que menciona.
También se atenta a la más mínima decencia científica y política cuando por ejemplo, al elaborar la ley madrileña, en ningún momento se consultó a ningún experto médico, pero sí se escuchó al lobby LGTBI.
Todos estos atentados a la ley natural enumerados sumariamente, le están siendo impuestos a la sociedad española y tarde o temprano, la sociedad pagará, -ya está pagando-, un alto precio por todo ello. Se quiere construir, mediante un deliberado sistema de ingeniería social, una sociedad artificial y por lo tanto la naturaleza, que nunca perdona, se va a cobrar su precio. De momento los primeros que van a pagar por ello, son los más indefensos e inocentes, los niños, a los que se les va a corromper, vía sistema educativo, se quiera o no se quiera. Y todo ello está haciendo de esta sociedad, una sociedad sufriente, en la que las evidencias, la verdad y la mentira, serán contradichas mediante leyes infames. La primera de todas, la Constitución mediante la cual se expulsó a Dios de la vida social y política y a causa de ello, se abrió la puerta a toda clase de males que han caído y seguirán cayendo sobre todos nosotros.
Por todo esto, hay que reclamar que los poderes públicos, y tras ellos toda la sociedad, vuelva su cara hacia Dios creador, respete su creación y de esta forma enerve todos los males que sufrimos y los que nos queda por sufrir.