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23 de noviembre de 2020 2 /

¿Lengua vehicular?

(Por Zortzigarrentzale) –

La estrofa más famosa del poeta euskaldún Felipe Arrese dice así (traducida al castellano):

Nací vascoparlante / me crie vascoparlante/ en vascuence puro / me enseñó mi madre.

Son fundamentales las madres en la transmisión de conocimientos a sus hijos. Chesterton asegura que ellas les enseñan todo lo más importante y que, cuando les queda poco para aprender, se los envía a la escuela.

En Europa central donde, a principios de pasado siglo, era lengua oficial el alemán, dado que alemanes eran los emperadores de Berlín y Viena, convivían, muchas otras lenguas: francés italiano, húngaro y diversas eslavas. Lo mismo ocurría, y ocurre, en Suiza. Por eso era corriente que muchos de sus habitantes hablasen perfectamente dos o más idiomas. Pero entre ellos, daban preferencia al que les había enseñado su madre; al que denominaban con el término alemán “Muttersprache”. En español decimos la lengua materna.

Ahora, en los medios oficiales, se emplea em término lengua vehicular. Lo que mejor hace la democracia es inventar palabras para complicarnos más la vida.

Y los gobiernos se atreven a decir cual debe ser la lengua vehicular. Es decir: la lengua en que los niños deben estudiar en los centros de enseñanza. Y eso es algo que no debe ser decidido por la autoridad. Al niño se le debe dar la facilidad de poder estudiar en la lengua en que le habló su madre.

Es un achaque del liberalismo centralista el marcar la lengua que se ha de usar en las escuelas. El mal viene de muy lejos. En nuestra juventud hemos conocido hombres vascoparlantes que escribían con letra inglesa bien formada – prueba de que habían asistido a la escuela – incapaces de hacerlo en correcto castellano, porque no lo habían asimilado correctamente. Y tampoco en vascuence porque nadie les había enseñado.

Por eso nos unimos a una campaña de recogida de firmas, al filo de 1970, en la que solicitábamos del Ministerio de Educación el empleo del vascuence en la enseñanza, allí donde fuera la lengua de uso común.

Hoy con las autonomías se ha dado vuelta a la hoja. Y se obliga a los niños castellanoparlantes, que han recibido el idioma de sus madres, a estudiar en vascuence. Los malos efectos los hemos podido comprobar hace unos días con una niña de trece años. No explicaba que en la asignatura de historia había estudiado “Al Ándalus”. Y que, según lo aprendido, en la España musulmana había muladios y mozarabios. Así castellanizaba los términos que en vascuence son: muladiak y mozarabiak. Es un pequeño detalle de poca importancia. Pero es seguro que el obligar a los niños a estudiar en una lengua que no es la que emplean usualmente, dará lugar a carencias culturales mucho mayores.

Se trata de una niña inteligente, que obtiene sobresalientes en casi todas las asignaturas. Por eso nos atrevemos a conjeturar que muchos compañeros de su clase, no se han enterado de nada de lo que han estudiado.

En nuestra carrera, hace setenta años, por una extraña decisión del catedrático, estudiábamos una asignatura en un texto francés. La proporción de suspensos era más alta que en otras asignaturas y no estaba justificada por la dificultad de la materia. El obligar a hacerlo en una lengua que no es la propia del estudiante, aumenta considerablemente la dificultad del estudio.

Fieles a nuestro principio de que el Estado debe devolver a la sociedad las atribuciones que le ha usurpado, los carlistas sostenemos que los gobiernos deben dejar la enseñanza en manos de los que saben. Que sean las instituciones docentes las que decidan qué enseñar y en qué idioma hacerlo. Luego los padres decidirán el centro a que envían a sus hijos.

Y que nos dejen de eso de lengua vehicular, que, a nosotros, en un principio, nos sugiere una lengua dotada de ruedas, manillar y pedales, como las bicicletas.

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2 comentarios en “¿Lengua vehicular?

  1. MariAnto

    Es una barbaridad prescindir de la lengua materna y que muchos padres no dominan porque vienen de otros sitios y ni siquiera pueden supervisar y mucho menos ayudar a sus hijos. Cuando uno vive en su patria tiene derecho a que se le hable en la lengua oficial.
    Por otra parte, en algunas comunidades autónomas hay una especie de coiné que ni los autóctonos dominan.
    Gracias por tan precioso escrito.

    Responder
  2. Zortzigarrentzale,

    Respecto al “coiné” que no los autóctonos dominan, puedo añadir un dato.
    La sirviente de los otros abuelos de mis nietos es vascoparlante. Cuando mis nietos precisaban ayuda para resolver sus deberes en vascuence, recurrían a ella.
    No los podía ayudar porque “no entiendo eso”.
    Otra:
    Una abuela carlista del Valle de Arratia. La invité a que hablase con sus nietos en vascuence. A la primer frase que la dirigieron, empleando el que les enseñaban en la ikastola, reaccionó: “¿Quién entiende eso?”

    Responder

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