La felicidad que nos viene del Norte
Casualmente, ha caído en mis manos una revista que parece ser, edita el BBVA titulada “ábaco”, es la nº 73. correspondiente a la primavera de 2017. Dentro de ella he encontrado junto con los apartados lógicos que se podría esperar en una revista de este tipo, un pequeño artículo cuyo autor es Jaime Bosqued y su título es el que encabeza este texto: “La felicidad que nos viene del Norte”. Y en su introducción se dice lo siguiente: Si Dinamarca y Suecia son dos de los países más felices del mundo, por algo será. Su estilo de vida, que se resume en conceptos difícilmente traducibles como ‘Hygge’ y ‘Lagom’ es el secreto para lograr una existencia más saludable y, sobre todo, relajada. Es el momento de seguir su ejemplo.”
No he olvidado todavía que, cuando estudiando lógica matemática, se nos decía que de una falsedad se puede llegar a cualquier cosa. Y es lo que pasa con este artículo, que da por sentado una falacia como la copa de un pino y de ahí pretende sacar una conclusiones que se supone, deberíamos seguir para ser tan “felices” como los escandinavos. ¡Y un jamón! Si la primera premisa es falsa, si el razonamiento está construido sobre un cimiento erróneo todo el edificio se viene abajo y por lo tanto, nada de lo que se expone en este artículo es de recibo.
Porque, ni Dinamarca, ni Suecia son los países más felices del mundo. No es admisible pensar que los países con mayores índices de soledad, de suicidio, de malos tratos a las mujeres o de delincuencia puedan ser los más felices del mundo.
Da la casualidad que Suecia encabeza el índice de criminalidad en Europa y Dinamarca le pisa los talones en tercer lugar y Finlandia va en cuarto lugar mientras que los países del sur de Europa como España, Portugal y Grecia, están en los tres últimos lugares.
Pero si nos fijamos en las estadísticas de malos tratos a las mujeres, ocurre otro tanto de lo mismo, son los países nórdicos como Suecia los que encabezan el dudoso honor de liderar la tabla, mientras que los países del sur van a la cola.
En los registros de los suicidios ocurre algo similar, ganan los del norte por goleada. Y así podríamos ir consultando diferentes estadísticas para sacar conclusiones completamente opuestas a lo que pretende vender el BBVA. Suecia y Dinamarca no son los países más felices de Europa sino de los más infelices y por lo tanto mejor no seguir su ejemplo y que se queden con sus “secretos de la felicidad” que tan poco resultado les ha dado.
Ahora bien, si por el contrario, se nos ocurriera consultar las tasas de ateísmo en Europa, veríamos como son los países nórdicos, los que más ateísmo “disfrutan”, mientras que los más “atrasados” países del sur de Europa, son los más practicantes, al menos a día de hoy. Quizá eso vaya dando una pista del por qué de la “felicidad nórdica”.
Todos estos datos que no son ningún secreto y que no cuestan nada encontrar, los han podido consultar y seguramente que los tiene en su poder el BBVA y el autor del artículo, Jaime Bosqued, y saben a ciencia cierta que del Norte no nos viene la felicidad, ni nunca nos ha venido. Lo saben y sin embargo, la propaganda es persistente y contumaz, pues no sólo se trata de este artículo, sino que se trata de una campaña orquestada y organizada tenazmente, -no se puede saber muy bien por qué, ni por quién-, para que abandonemos nuestras costumbres y modos de vida y adoptemos otros que sólo nos traen la soledad y la infelicidad. Asombroso y sospechoso que un banco como el BBVA participe en esta campaña. ¿Qué se proponen? Pues yo sospecho que en el fondo lo que se proponen es que abandonemos nuestra fe, única garante de nuestra felicidad aquí y en la vida eterna. Seguramente por aquello de que no se puede servir a dos señores, a Dios y a dinero, y habiéndose optado por el dinero, hay que abandonar a Dios y claro, pretenden que todos hagamos lo mismo, que sirvamos al dinero, que es lo mismo que servirles a ellos.