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16 de junio de 2021 1

La bombilla del ministro Sebastián

(Por Jose Bustinza) –

¿Han visto, amables lectores, cuánto ha subido la factura de la luz? Menos mal que el ministro Sebastián nos compró aquella bombilla de bajo consumo, en un proyecto de 64 millones de euros, abriéndonos nuevos horizontes de baraturas ecológicas. Gracias sean dadas. Para instruirnos, nuestro ministro no dudó en bajarse al chino y encargar a la señora Chan un porrón de bombillas. Le dijo: “me da una por dni, por favor. Y ya si eso me bajo por la tarde para que me haga una factura ¿a qué hora cierra? ¿que no cierra? Mejor, libre empresa” Porque el Sr. Sebastián es economista y de los buenos, de los partidarios de esa cosa que llaman libertad.

A mediodía la señora Chan tenía todas las bombillitas y nuestro ministro envió un cartero a por ellas, ya que la logística correspondería, por decisión del dedo ministerial, a Correos. Tras un primer intento en moto, nuestro cartero regresó con una flota de vehículos más adecuados. Pronto, la nueva bombilla entraría en todas las casas para resolver el raro problema de la incapacidad de los gobernados para adquirir un bien de su interés. Un descubrimiento insólito en quienes colman los comercios a todas horas.
No sólo fue la solución del gobierno de progreso para rebajar nuestra factura energética, sino que supuso un jalón ecológico y sanitario: la rotura de aquella bombilla incandescente que usábamos, ya prohibida, se arreglaba con escoba y recogedor; la de bajo consumo exige airear los gases y manipular con cuidado los restos por su contenido en metales nocivos. Además, no sé si lo saben, las luces led tienen en su espectro rayos dañinos para la piel, por lo que hasta en casa y especialmente frente a una pantalla debe usarse crema de protección solar.
Aquel ministro, economista de los de verdad, sabía que tampoco supondría ningún ahorro. Los precios se acomodan a la capacidad de pago, y si una familia se puede permitir determinado gasto eléctrico, los precios de este recurso se adecuan hasta obtenerlo, en ausencia de obstáculos morales o legales. Poco importa que el consumo sea menor. Una regla de funcionamiento del mercado. El mazazo de la última subida se debe solo a que todavía hay margen, por ello era esperable para los técnicos. Que los políticos lo acepten, también. A mayor base, con una demanda tan inelástica, mayor recaudación y mayor presupuesto, un niskanen de manual, que dirían los hacendistas. Niskanen es un señor que apuntó que los que aprueban los presupuestos (policy-makers en su lengua) los maximizan porque el gestor y los funcionarios que manejan mayores presupuestos creen estar en una categoría superior y más satisfactoria. Así que el presupuesto siempre tiende a crecer. Cortapisas legales no parece haber y morales, menos, que el infierno está empedrado en buenas intenciones de ecología, ahorro y satisfacción.
Les voy a confesar que nunca retiré la bombilla que el ministro Sebastián compró para mí. La supongo depositada en unos almacenes del gobierno similares a los que aparecen en la película de Indiana Jones. El de la foto. En algún lugar escondido adonde  pronto llegará también mi vacuna. Guárdenme el secreto.
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Un comentario en “La bombilla del ministro Sebastián

  1. Ignacio Martí Selva

    Buenos días,

    Vamos a ver, que el estado nos roba, es algo innato en el estado liberal-revolucionario, tarda más (como en USA) o menos (como en Europa), pero su finalidad es mas estado – menos pueblo, y eso tiene un camino, más impuestos, las necesidades del monstruo son muchas y los recursos son únicos, los impuestos, por ello la tendencia es su crecimiento hasta el infinito y su límite hasta una sociedad sovietica, donde la incompetencia y la falta de motivación llevo al kaos, y cuya consecuencia fue una sociedad corrupta y con morriña de una sociedad sovietica,

    Es una realidad, cada vez más intentamos convencer a nuestro hijos para que opositen, o trabajen para grandes corporaciones, les supondrá menos problemas para cobrar a final de mes, porque sabemos (los empresarios) o se intuye el que está en la empresa privada, que es una sociedad donde la “No miseria” pasa por estar en grandes y en estado, prefiriendo la segunda, porque la primera ya no es garantía. Y ese pensamiento que intentamos inculcar a nuestros hijos es el germen de una sociedad sovietica, es decir, el fin de una sociedad liberal.

    El estado, sólo garantiza los derechos de las empresas de IVEX (y eso viene de las puertas giratorias), el resto está a expensas de las decisiones internacionales (USA con los aranceles, Holanda con sus prebendas europas para importación de productos alimentarios enfermos y de países con carencias en controles fitosanitarios, Alemania con su necesidad de exportar tecnología y que para ello nos compra con subsidios puntuales, que luego va rebajando, para poder exportar su tecnología, etc., etc…).

    Yo si la recogí, la bombilla, por que la consideré mia tras el pago de impuestos (y deuda publica), y sin bromas, me duró 6 meses, 6 meses menos de la que compré en una tienda de chinos, por ello decidí comprar bombillas de bajo consumo en tiendas con referencias nacionales-europeas.

    Las ideas del señor Sebastián , solo valen para el Sr. Sanchez y el tribunal que aprobó su tesis.

    Que vergüenza dé Universidad, y que lastimica, yo que como estudiante y como profesor he pertenecido a ella, me da mucha lástima ver en qué se ha convertido.

    Pero es cierto que si quitamos con machete la tontería de los rojos y ecolojetas, en nuestras Españas que tenemos deficiencias de energía y tenemos que importarla de nuestro “socio” Francia, deberíamos hacer un esfuerzo por ahorrar energía, porque es un comportamiento patriota, consumir poco de lo que nuestra patria carece.

    La solución no es fácil, porque a pesar de tener una capacidad de energía eólica y solar por encima de nuestro países vecinos, nuestras estructuras. Nuestros poderes fácticos y nuestra mentalidad no está preparada para ese cambio. Pero es una cuestión, y en este caso si, de evolucionar (NO REVOLUCIONAR) en nuestras costumbres y en nuestra mentalidad. Aprovechar nuestros recursos sacrificando paisaje, pero ganando riqueza y menos dependencia energética.

    Bueno esto es un pensamiento.,,,, Lejos de intentar convencer a nadie

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