Hay que acabar con la democracia
(Por Carlos Ibáñez) –
La retirada de la estatua del requeté del mausoleo de los muertos del Tercio de Montserrat, ha dado lugar a muchos comentarios. El más importante ha sido la crítica a los monjes por haberla consentido. No nos detendremos en esa crítica.
No sabemos la coacción a que han sido sometidos los monjes por parte de las autoridades que han exigido la retirada. Estas autoridades tienen un poder frente al que los monjes no pueden oponer otro. Pensamos que los monjes han obrado coaccionados. Como los cristianos húngaros bajo la dominación otomana, que tenían que ceder a las exigencias de sus opresores y firmaban los documentos añadiendo la indicación” lo he firmado por coacción”. Cediendo en actos externos, conservaron la Fe hasta que llegó su liberación. Algo similar ocurrió con nuestros mozárabes. Veneramos la memoria de San Eulogio y de otros mártires que no cedieron. Pero ¡cuántos hubo que, sin llegar a la apostasía, se plegaron a las exigencias de los dominadores!”
Hoy nuestra Jerarquía cede, se calla, ante muchas injusticias de los gobernantes. No les critico porque no sé lo que yo haría en su lugar. El enemigo tiene el poder, repito, y la Jerarquía no puede oponer otro poder.
Estamos en la misma situación que los húngaros bajo los turcos y nuestros mozárabes bajo los califas de Córdoba. Nos domina un conjunto de grupos cuyo denominador común es el odio a la Fe y a la Tradición. Adoran a un Dios falso: al Estado. En realidad, se adoran a sí mismos, que se han apoderado del Estado. Nuestra liberación llegará cuando sea destruido el sistema político que nos domina: la democracia. Y es esta verdad la que tenemos que repetir a nuestros compatriotas. Perdemos el tiempo si nos contentamos con una victoria electoral de un partido u otro de los que compiten en el Parlamento con los tiranos que nos oprimen. Una victoria electoral puede significar un paso. Pero no sirve de nada si nos conformamos con él. Ya vemos de qué han servido otras victorias semejantes. Los húngaros fueron libres cuando expulsaron a los turcos. Los mozárabes lo fueron cuando los reyes cristianos derrotaron a los moros. Nosotros no seremos libres hasta que no hayamos desterrado la democracia que nos ha traído la dinastía usurpadora y que está concretada en la Constitución de 1978.
Un comentario en “Hay que acabar con la democracia”
Liberio
A parte de que esto que padecemos no es una democracia sino una Partidocracia,¿qué sistema político defiende usted? Lo digo porque el sistema foral tradicional también tenía bastante de democrático.