FIRMA: por la restauración en su lugar del Monumento al Requeté en Montserrat
FIRMA AQUÍ para que pueda restaurarse en su lugar el recién profanado monumento al Requeté en Montserrat
CARTA DIRIGIDA AL ABAT DE MONTSERRAT
Ante la retirada del monumento a los requetés caídos del Tercio de Nuestra Señora de Montserrat, emplazado en el exterior del monasterio del mismo nombre, solicitamos al Rvdo. Sr. y Rvdo. P. Manel Gasch Hurios, Abad de la comunidad benedictina de Montserrat, que se restaure su profanación. El escultura del Requeté yacente debe ocupar su lugar en la Santa Montaña y mirando, desde que fue colocada, a la Mare de Déu, nuestra “Moreneta”.
La comunidad benedictina no puede olvidar que los 319 requetés catalanes caídos en combate lo hicieron por defender la misma religión que profesa la comunidad. Esta Abadía no puede olvidar a sus 23 monjes martirizados y beatificados por la Iglesia. Ni mucho menos puede obviar que sólo a nivel eclesiástico, en Cataluña se produjeron 2.441 asesinatos. Entre ellos tres obispos catalanes (sin contar con los que murieron en suelo catalán), 1.538 presbíteros, 824 religiosos y 76 monjas. Igualmente, no se puede dejar caer en el olvido a los miles de catalanes asesinados en la Cataluña gobernada por Comanys, muchos de ellos por ser simplemente católicos.
Pedimos una VERDADERA memoria histórica y ello no puede lograrse ocultando lo que proporciona sentido a nuestra historia. Queremos que se recuerde el terror vivido en la Cataluña republicana durante el trienio 1936-1939. Es un deber recordar a aquellos que dieron su vida por defender por Dios y por España. Nadie puede dar lecciones de catalanidad y españolidad a aquellos requetés que cada noche, en las trincheras, rezaban el rosario y entonaban el Virolai.
Protestamos que, por el contrario, se ensalce anualmente al responsable de casi 8.500 asesinatos en Cataluña, Lluís Companys, que se jactaba de haber acabado con la religión católica en Cataluña. Y reclamamos que, oficialmente, se oficie una Santa Misa en reparación de la reciente profanación del Mausoleo donde descansan los restos de doscientos requetés del Tercio, esperando -como señala nuestro Credo- la resurrección de la carne, en el día del juicio final, donde se reconocerán sus méritos.