Entrevista sobre la Cristiandad.
Comparto aquí la entrevista que, Javier Navascués me ha hecho para “ADELANTE LA FE”, sobre la Cristiandad, por si fuera del interés de los lectores.
ADELANTE LA FE
La Cristiandad, cuando el cristianismo impregnaba el orden temporal
03/01/18 12:05 AM
Por Javier Navascués
La Edad Media es una época muy denostada por los enemigos de la Iglesia que la presentan con saña con visos oscurantistas cuando en realidad es un período lumínico en donde florece como un vergel esplendente la cristiandad. El cristianismo impregna del buen olor de Cristo todo el orden temporal y con sola su figura vestido lo deja de su hermosura.
Florece el arte por doquier engalanando las catedrales góticas, majestuosas, filigranas pétreas aderezadas de vitrales fascinantes, frescos celestiales y tallas exquisitas. Florece la cultura con exuberancia, los monasterios son manantiales de espiritualidad y sapiencia que conservan, como vino en barrica, la sabiduría clásica. Emergen pujantes las principales universidades del mundo como la de París o Salamanca, grandes luminarias de la cristiandad. El tomismo vigoroso irradia el orbe cristiano y pulveriza la herejía contumaz. Muestras diamantinas de un botón rutilante que culmina con la conquista y evangelización de América, según muchos historiadores brillante colofón y broche áureo del Medievo.
Miguel Ángel Bernaldez es miembro de la Junta de Gobierno de la Comunión Tradicionalista Carlista como Secretario de Formación y Programa e integrante del consejo de redacción de la revista Ahora Información. En esta entrevista nos da una visión global de la cristiandad a lo largo de la Historia, uno de los temas que le apasiona y ha estudiado a fondo.
¿Qué entendemos por Cristiandad?
Estamos hablando de una cultura muy especial y distinta a todas aquellas otras que han existido y existen en el mundo. Según Elías de Tejada, la Cristiandad fue organicismo social, visión cristiana y limitada del poder, unidad de fe católica, poderes templados, cruzadas misioneras, concepción del hombre como ser concreto, parlamentos o cortes representativas de la realidad social entendida como corpus mysticum, sistemas legales o “forales” de libertades concretas.
La Cristiandad no tiene una fecha exacta de nacimiento, como suele ocurrir con la mayoría de los hitos históricos, sino que se va construyendo poco a poco a lo largo de los siglos. Mas, sin embargo, se pueden ir marcando fechas significativas en la evolución de la Cristiandad.
El edicto de tolerancia de Nicomedia del 30 de abril del año 311 fue promulgado por el emperador Galerio y fue el precedente del más conocido edicto de Milán en el que en 313 el emperador Constantino amplió a todo el Imperio la tolerancia para el cristianismo. Posteriormente, el emperador Teodosio promulgó en 380 el Edicto de Tesalónica, en el que hacía del cristianismo la religión oficial del Imperio Romano. Era la primera unidad católica de la historia y hacia del Imperio una verdadera unidad, no sólo política, sino también religiosa. Ahí podemos decir que se empieza a fraguar la futura Cristiandad.
A partir de entonces, los cristianos, van desarrollando todo un corpus doctrinal y a la postre hacen nacer toda una doctrina cristológica que ha llegado hasta nuestros días y que podemos decir que está resumida en el Credo Niceno-constantinopolitano. Es a la vez, la época de los Padres de la Iglesia y que por su trascendencia posterior podríamos citar a San Agustín.
Toda esta primera Cristiandad se viene abajo con la caída del Imperio Romano en Occidente y la irrupción de los pueblos germánicos que, o bien son paganos o son arrianos. La Iglesia reacciona poderosamente, no dejándose arrastrar por el derrotismo o el pesimismo y consigue convertir a todos estos pueblos al catolicismo. y no sólo a los que han entrado en el territorio imperial sino a todos los pueblos bárbaros de Europa, ya sean germanos, eslavos, húngaros, etc. Y es aquí donde vuelve a surgir la llamada propiamente Cristiandad.
¿Cuáles con los principales frutos (culturales, filosóficos, teológicos…) de esta gran civilización?
Podríamos poner un sólo ejemplo paradigmático de los frutos de la Cristiandad: la creación del concepto de “Persona”. Es Boecio (480-524), del que procede la definición de individualidad humana, de persona. En la definición de la individualidad utiliza, precisamente el término persona, y dice así: Persona es naturaleza racional y sustancia individual.
Para poder hablar de los principales frutos de la Cristiandad es necesario destacar lo fundamental que en este resurgir resultó la creación por toda Europa de monasterios en los que además de evangelizar a pueblos no cristianos, se los civilizaba. Mientras, se iba elaborando toda una serie de escuelas filosóficas dentro de lo que se conoce como “La Escolástica”. A todo esto, hay que añadir los distintos “renacimientos” que fueron apareciendo durante la Edad Media, empezando por el visigótico, continuando por el carolingio, etc. Todo esto posibilitó el resurgir de actividades artísticas y culturales:
La aparición del románico, del gótico en arquitectura y pintura. El desarrollo de la música gregoriana y de la polifonía. Junto a las actividades artísticas se fueron desarrollando una serie de técnicas que posibilitaron el aumento de la producción agraria, se desarrolló el comercio y se facilitó el resurgir de las ciudades.
En cuanto a los frutos teológicos. Junto con los logros de la Escolástica, entre los que destacan Santo Tomás de Aquino, tenemos la Escuela de Salamanca. El gran esfuerzo intelectual realizado entonces no ha llegado a superarse nunca y sirvieron de base para el desarrollo del Concilio de Trento.
¿Cuál fue la cumbre de la Cristiandad? Figuras clave.
Son muchas las figuras clave de la Cristiandad que habría que resaltar. Junto a San Benito, San Bruno, como fundadores de órdenes contemplativas, tenemos a San Francisco de Asís y a Santo Domingo de Guzmán como fundadores de órdenes mendicantes. A esta orden perteneció Santo Tomás de Aquino, quizá el mayor representante de la filosofía y la teología de la Cristiandad. Y no podemos olvidar al Papa Inocencio III en cuyo pontificado podríamos poner la edad cumbre de la Cristiandad. Junto a todos ellos también podemos citar a reyes como San Fernando III de Castilla y León, a San Luis IX de Francia o a los Reyes Católicos.
¿Cuándo empezó a decaer la Cristiandad?
Si tenemos que fijar el momento en el que la Cristiandad empieza a decaer de forma palpable, habría que fijar, precisamente, el momento de mayor esplendor. En plena Edad Media, empiezan a parecer herejías como la de los bogomilos, esta fue una de las muchas herejías que empezaron a socavar la Cristiandad. La más importante fue la de los cátaros, herejía que, para erradicarla, hubo de predicarse una cruzada contra ellos.
Junto a esto empiezan a aparecer filósofos y teólogos, como Guillermo de Ockam, Wicliffe, Jan Hus, etc., con ideas heterodoxas que fueron condenadas por la Iglesia, pero cuya semilla quedó latente y que después recogió Lutero para elaborar sus tesis heréticas.
No se puede olvidar tampoco, la relajación de costumbres dentro de la jerarquía de la Iglesia, fuente de muchos escándalos que alimentaron las tesis heréticas antes mencionadas. Y por último es necesario recordar la llamada “Querella de las investiduras”que supuso un enfrentamiento entre la Iglesia y el Imperio y que a la larga dejó debilitada tanto a la Iglesia como al Imperio frente a la aparición de la herejía luterana.
Analice lo que significaron las diferentes revoluciones contra la Cristiandad… Revolución protestante, Revolución francesa e Ilustración, Liberalismo, Revolución Rusa, Revolución de mayo del 68.
La Revolución, (con mayúsculas), es la rebelión del hombre y las sociedades contra la Ley Natural que Dios que ha creado para el hombre y la sociedad. A partir de aquí, podemos hablar de revoluciones concretas como manifestaciones de la Revolución con mayúsculas. Antes de Lutero, ya había habido revoluciones que no llegaron a triunfar, aunque, sí dañaron a la Cristiandad.
Sin embargo, a partir de la revolución luterana, la Revolución triunfa, aunque no lo hace de una forma inmediata puesto que la Cristiandad se defendió de diversas maneras. Pero a la larga y gracias a su virulencia, esta revolución luterana, que en virtud de su misma doctrina da lugar a otra serie de sectas, de las que la más importante es la calvinista, provoca en toda Europa toda una serie de guerras de religión que devastaron el continente, redujeron drásticamente la población y arruinaron la economía de los países. En España, no hubo guerras de religión gracias a la existencia de la Inquisición que lo impidió. Pero esto fue una excepción dentro del panorama europeo.
De todas las sectas nacidas de la revolución luterana, la más importante, fue la calvinista, cuya implantación en Francia, Inglaterra y Escocia resultó fundamental en el devenir histórico posterior. El calvinismo, dio lugar a las revoluciones de Inglaterra, con la decapitación del rey Carlos I, y la proclamación de la república en Inglaterra, cuando los puritanos, van a la América inglesa y hacen allí su revolución, igualmente los hacen bajo el signo republicano, lo mismo pasa en Francia, donde la influencia de los hugonotes fue fundamental en Revolución Francesa donde también se crea una república.
Estas revoluciones de inspiración calvinistas y orientación republicana, tienen como característica, la atribución de la soberanía a la sociedad, (en realidad, a la mitad más uno de la sociedad), arrebatándosela a Dios. A partir de aquí la mayoría, es la que decide lo que es bueno y lo que es malo, desplazando de esta manera a Dios, lo que a la larga conduce a un ateísmo práctico. En la actualidad, la Revolución ha dado un paso más y ya no se trata de un ateísmo práctico sino de una teofobia virulenta de la que sólo estamos conociendo sus primeros pasos. La influencia de las revoluciones antes mencionadas, se van reproduciendo por toda Europa y América y en la actualidad se está intentando implantar en el resto del mundo.
Se suele fijar el nacimiento de la Revolución francesa en 1789, pero la revolución se venía fraguando desde bastante tiempo antes gracias a la Ilustración. Esta no nace en Francia, sino que va entrando en Francia a través de pensadores ingleses y alemanes, todos ellos protestantes, y de aquí nacieron los ilustrados, como Rousseau o Voltaire. de forma que la revolución se puede decir que ya estaba escrita mucho antes de la toma de la Bastilla. Ni que decir tiene que el absolutismo que practicaron los borbones franceses facilitó enormemente toda esta labor. Los resultados más palpables de la revolución francesa, fueron la descristianización de Francia.
El liberalismo, compendio de herejías, tal como lo conocemos, es la doctrina resultante de la Revolución francesa. De diversas maneras el liberalismo, se consiguió difundir por toda Europa con mayor o menor rapidez, pero siempre y como toda revolución, de forma violenta, pues la resistencia de los pueblos a la misma fue notable.
El anarquismo, el socialismo y el comunismo, son reacciones, contra los abusos económicos que el liberalismo económico había traído a las sociedades europeas. Pero partían todos del mismo presupuesto: la soberanía del pueblo, frente a la soberanía de Dios, pues aquí se había pasado del ateísmo teórico al ateísmo práctico. La Revolución Rusa, tenía como todas las revoluciones, vocación expansiva y así han estado difundiendo sus errores por todo el mundo. Y aún hoy en día, después de la caída de la Unión Soviética, sus teorías y doctrinas se siguen difundiendo por el mundo.
La Revolución de mayo del 68, es el intento por vía pacífica, de difundir las doctrinas socialistas por la Europa liberal, que en aquellos momentos empezaba a hacer aguas ideológicamente. En realidad, se trató de una aplicación de las teorías de Gramsci, en el sentido de que la ideología comunista debía expandirse mediante la difusión de sus ideas en el mundo de la cultura. En la Universidad de la época, encontró terreno abonado.
¿Qué queda de Cristiandad en la post modernidad?
Después de las guerras de religión y de la Paz de Westfalia, la Cristiandad, tal como se había conocido hasta entonces, se rompe y la casi la mitad de Europa, se pasa al campo protestante. Fue España la que se encargó decididamente a defender esta Cristiandad agonizante. Mas, por otro lado, en América, empieza a aparecer una nueva Cristiandad, netamente española. Y, por último, perdida América y sumergida en un balcánico puzle de repúblicas liberales, quedó en España un último bastión de la Cristiandad, enfrentado a muerte contra el liberalismo. Fue el carlismo que, nacido en 1833, aún pervive empeñado en la misma lucha.
Es de Elías de Tejada el siguiente párrafo: “España, tras haber sido derrotada en la defensa de la Cristiandad, se va a constituir en christianitas minor, cerrada en un primer momento a las influencias europeas, de modo que, en otro posterior, tras la íntima escisión espiritual provocada por la irrupción en su seno de la Ilustración, el tradicionalismo resultará una suerte de christianitas minima. Por eso el tradicionalismo hispánico, a través de la monarquía hispánica y la segunda escolástica, enlazó directamente con la Cristiandad medieval y el tomismo. Nunca se interrumpió, pues, entre nosotros persiste la línea de la tradición católica, en combate sin tregua ni cuartel contra (tras la primera batalla con la Protesta) todas las infiltraciones europeas, absolutistas en el siglo XVIII, liberales en el XIX, democráticas, fascistas o socialistas en el XX.”
Javier Navascués
Ha trabajado como redactor en el Periodico de Aragón y Canal 44 de Zaragoza y como locutor y guionista en diferentes medios católicos como NSE, EWTN, Radio María etc…y últimamente en Agnus Dei.