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14 de octubre de 2024 3

El mundo virtual, un gigante con los pies de barro

(Por Javier Garisoain) –

Nunca hubo un sistema político y social tan fuerte y opresor, o capaz al menos de ejercer la mayor opresión, como el contemporáneo. Nunca hubo, al mismo tiempo, uno tan débil y vulnerable. Es un gigante con los pies de barro, que ha confiado su alma al cientifismo electrónico, que respira enchufado a una red de fibra óptica y a unos cuantos miles de satélites, y cuya sangre lubricante es un dinero digital que ya nadie sabría definir. Así que prepárense para cuando caiga.

No sabemos cómo podría ser el colapso, ese temido cisne negro… una tormenta solar, el meteorito que invocamos al contemplar la última chorrada woke, un retroceso generalizado en el coeficiente intelectual o en la mismísima salud mental de las masas… En cualquier caso cada vez tiene más sentido el rollo preparacionista. La próxima vez, en lugar de reírse de quien acumule latas de conserva acuérdese de cómo se burlaban hace mucho tiempo de un tal Noé.

La degradación del mundo digital es cada vez más evidente y debería preocuparnos porque amenaza con llevarse por delante no sólo a los malditos gobiernos progres y a sus cipayos sino a cualquier estructura social u organización natural que haya caído en la omnipresente tentación digitalizadora. Todos estamos en peligro, porque todos hemos olvidado que “digital”, en última instancia, remite a algo tan real y analógico como son los dedos. Porque hemos tragado con eso de las “competencias digitales” sin entender que los únicos que de verdad tienen competencia digital son los artesanos. Ya me dirán qué competencias tendrán los demás cuando se vaya la luz y no sepan qué hacer.

Degradación es también inseguridad. ¿Sabían que los ciberataques aumentan día a día, que en los últimos año se han duplicado y que según el Ministerio del Interior son unos 300.000 al año en España? ¿Somos conscientes de que todos nuestros datos, dnis, declaraciones de la renta, cuentas bancarias, direcciones, vidas laborales e historiales sanitarios pueden estar en cualquier momento a disposición de criminales? ¿Y se ha parado alguien a pensar en la deriva inhumana que lleva la actual guerra de los drones? ¿En qué momento hemos normalizado los asesinatos preventivos y selectivos, por no hablar de la explosión remota de dispositivos electrónicos? ¿A nadie le preocupa que el internet de las cosas allane el camino al control remoto tanto de una nevera como de una central nuclear?

Internet, por otra parte, se está llenando de basura. Cada vez hay más contenidos automatizados o generados por Inteligencia Artificial que se crean copiando y pegando sin el menor atisbo de inteligencia natural. Llevábamos milenios afinando el espíritu crítico, aprendiendo a filtrar la verdad en la palabra, la escritura, el arte, la radio, el cine… Pero el nivel de desconfianza que nos empieza a exigir, de golpe y porrazo, la irrealidad virtual podría ser demasiado para nuestras pobres neuronas.

Todo esto, y otras cosas que me dejo en el tintero me lleva a lanzar una predicción, y a plantear una incógnita. Con permiso de la Divina Providencia que vaya usted a saber qué planes nos reserva para estos tiempos.

Internet morirá de éxito y eso hará que empiece a tambalearse la tiranía electrónica. Llegará un momento -ya está pasando- en el que cada vez más personas usaremos internet exclusivamente como mensajería, para comunicarnos con personas concretas. Entraremos también posiblemente para divertirnos, como cuando se va al cine o se lee un cuento, pero dejaremos de tomarnos en serio cualquier cosa digital. Especialmente si viene del gobierno o de grandes empresas. Como reacción, y por puro instinto de supervivencia, el mundo analógico volverá al lugar que le corresponde y la gente -la que quiera vivir con un mínimo de dignidad- buscará eventos presenciales, conversaciones cara a cara, conciertos en vivo, libros en papel, pago en efectivo…

La incógnita más angustiosa es saber cuántos quedarán atrapados entretanto por la inhumanidad de las IA. ¿Cuántos serán los sumisos voluntarios a los poderosos? ¿Serán un lamentable 20%? ¿O llegarán al 80% como en las pesadillas del apocalipsis zombie? ¿Cuántas personas renunciarán a vivir su propia vida a cambio de vegetar en un sofá con el cerebro prestado y los sentidos enganchados a la red-basura? He dicho que internet morirá, sí, pero me temo que morirá matando.

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3 comentarios en “El mundo virtual, un gigante con los pies de barro

  1. David_Cuervo

    Muchas gracias Javier por tus reflexiones.

    La digitalización es, en efecto, un problema humano propio de la modernidad.
    Surge de la sustitución de aspectos de la vida orgánicos por otros artificiales que según los “expertos” son más eficientes.
    “Nunca más de mil máquinas serán capaces de crear una flor”
    No se puede sustituir lo natural por lo artificial sin quitarse el alma. Yo personalmente siento el impacto de este proceso ya que la cantidad de trabajos a los que puedo acceder con mi discapacidad se ve reducido ya que las tareas de organización de documentos, archivo y reprografía que se me dan bien y son propias de mi oficio están siendo realizadas cada vez más con máquinas.
    Vamos a vernos en un futuro con un paro provocado por esta tecnificación excesiva y demasiado rápida que va a provocar graves desórdenes por el paro, inseguridad y gastos que provoca.
    Tiempo al tiempo, hay que generar alternativas reales y concretas a las que recurrir una vez esto se caiga.

    Un saludo cordial.

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  2. Interesante reflexión sobre el futuro de internet y el impacto de la inteligencia artificial en nuestras vidas. Sin embargo, me surge una duda: ¿no crees que este “retorno” al mundo analógico, aunque deseable para muchos, puede ser limitado a ciertos grupos o élites que tengan los medios o el acceso? Hoy en día, internet no solo es entretenimiento o mensajería, sino que también facilita educación, trabajo y comunicación global, incluso en regiones donde el acceso a lo analógico es escaso. ¿No podría entonces este cambio generar una nueva brecha social entre quienes puedan permitirse desconectarse y aquellos que dependan cada vez más de lo digital?

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  3. Javier

    Este es el tema más importante de nuestro tiempo, la tecnología como instrumento de control.

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