20 de mayo de 2017 0

EL MUNDO AL REVES

Vivimos en un mundo, que en unos cuarenta años más o menos progresivamente ha ido cambiando se puede decir que tal como lo concebíamos cuando éramos más jóvenes, ha hecho unos cambios muy radicales, pero de los muchos que ha habido destaco algunos que son bastantes importantes, es más si nuestros padres levantaran la cabeza ni se lo creerían .

Ya en los últimos años del Franquismo, aquí en España ya fue el comienzo de unas libertades y en especial los jóvenes empezaron a ver bien el tener en las parejas relaciones íntimas fuera del matrimonio, unos cuanto años antes no solo eran moralmente malas es decir pecado como ofensa a Dios, aparte perjudiciales para la salud en los varones, sobre todo cuando eran demasiado jóvenes, y en las mujeres era una manera de prevenir y evitar un embrazo no deseado, cuando aún no estaban casadas. Ahora en estos momentos que vivimos resulta que para la mayoría no es pecado, y es hasta saludable.
En una sociedad que era mayoritariamente católica, consideraban los hijos nacidos del matrimonio, como un regalo de Dios, y que se debían de aceptar todos los hijos que el Señor les daba, porque ser padres era importante y estaba valorado. Pero llegada la planificación familiar, se pueden elegir los hijos en el momento que la pareja quiera, pero cuando no los tienen por alargar demasiado el tenerlos, muchas optan por los medios artificiales de concepción. Aparte de otras consecuencias más graves derivadas de todo esto, violando normas éticas y morales que van en contra de la Divinidad. Procrear hijos es crear, y en ello Dios es participe de su obra creadora, si tener hijos es obra de la ciencia, es como no hacer partícipe al Creador. El hombre se hace Dios, y sustituye al Señor de todas las cosas. En este sentido la Iglesia ya se ha pronunciado. Toda cosa que va en contra del orden natural y más siendo una cosa tan seria, a largo plazo siempre pasa factura.
Hombres y mujeres se casaban teniendo claro desde un principio, aquello: “Hasta que la muerte nos separe”. Hoy muchas parejas ya ni se casan, con el agravante de que muchos matrimonios no son duraderos. Está el aborto porque las mujeres mandan de su cuerpo. Cuando en sí el niño desde el instante de su concepción es un ser independiente, y diferente de la madre.
Otra cosa son los llamados matrimonios homosexuales, es mas hoy puedes ser hombre y mañana mujer o viceversa. Lo más grave es que ya nada nos escandaliza, y todo nos parece normal y hasta suelen decir:” Que tiene derecho, que no hacen ningún daño”. Claro que sí y encima más si son buenas personas, y porque no tienen que serlo. El problema no es que haya casos aislados, sino que esto se generaliza, y abunda en la sociedad, Sodoma y Gomorra, eran dos diminutas ciudades, hoy el pecado esta tan extendido, por todos los lugares, que estas se quedan pequeñas.
Como algunas veces he dicho, un santo y buen sacerdote posee una sabiduría fuera de lo común, recuerdo el comentario que hizo un hombre consagrado a Dios decía así: “El pecado es como el iceberg, este es hielo que flota en el mar, en él se ve en la superficie un trozo pero dentro del agua hay una masa helada de dimensiones bastantes considerables que no se ve. También en esta clase de comportamientos, hay un porque que se esconde y no sale a la luz.
Por ejemplo el hecho de que haya jóvenes que dicen sentirse atraídos igual por un hombre, que por una mujer o viceversa, que hay detrás de ello, yo diría que muchos niños y adolescentes son personas que no tienen una personalidad madura, y son fáciles de manipular y pasan más tiempo en la escuela o el instituto, viendo la TV o el ordenador, que conviviendo con los padres y la familia, esto les provoca continuamente confusión. Pues de estos están recibiendo unos ideales y una cultura, que tiende a destruir los valores morales y éticos tradicionales, cuyo origen es la cultura y religión cristiana. Toda ideología que va en contra de esta, aboga a la destrucción del propio hombre. El ser humano está compuesto de cuerpo y alma, quien destruye el alma se auto destruye así mismo. Pero cuidado todos vamos en el mismo barco, para vivir y para morir. La vida es como navegar, y terminar con Dios para llegar al final del viaje a la otra orilla a salvo, lo que debemos procurar es que durante este, no caigamos en las aguas profundas del mar de la obscuridad, y que no podamos salir de este.
Este año 2017 es el centenario de Fátima. Allí se profetizo por medio de la Virgen, muchos acontecimientos que en el mundo se cumplieron. De los tres pastorcitos que se apareció la Virgen Lucia, Francisco y Jacinta, esta última la más pequeña de los tres antes de morir la Virgen se le apareció en varias ocasiones, aquí lo que le dicto a su Madrina Gadinho. Sobre los pecados: “Los pecados que llevan más almas al infierno, son los de la carne “. “Han de venir unas modas, que han de ofender mucho a nuestro Señor”” Los pecados del mundo, son muy grandes” “Si los hombres supiesen lo que es la eternidad, harían todo para cambiar de vida “. “Los hombres se pierden porque no piensan en la muerte de Nuestro Señor, ni hacen penitencia” “Muchos matrimonios no son buenos, no agradan a Nuestro Señor ni son de Dios”
Si Dios viniera a este mundo hacer justicia, por todos los pecados del hombre, casi nadie se salvaría. Pero Dios en su infinita paciencia, y su inmenso amor, desea la vuelta del hijo prodigo, a la casa del Padre, por eso un sincero arrepentimiento por parte de todos, así como un propósito de la enmienda, son necesarios.
Por eso el cristiano católico, que es creyente y practicante, es instrumento para llevar a muchas almas a Dios, sobre todo en aquellos que viven en situaciones difíciles de pecado de extrema gravedad. Por eso la Santa Misa y la oración en especial el Santo Rosario son necesarios como el hacer vida el Evangelio. Si fuéramos muchos que practicáramos todo esto, podríamos salvar a esta sociedad que gran parte de ella vive hundida en el lodo del pecado, porque se apartado del Dios verdadero que es Jesucristo.
Un abrazo a todos y que Dios os llene de bendiciones.
MARÍA JOSÉ BOU BERTOMEU